El Excel puede cerrar prolijamente, ¿pero con la gente adentro? En líneas generales, y más allá de algunos reparos, el mercado valoró las medidas anunciadas por el Presidente y luego detalladas por Nicolás Dujovne. Por supuesto, quiere ver el “delivery” ahora. Más aún con un Gobierno que ha incumplido casi todas sus metas. Y eso incluye ver cómo se digiere social y políticamente todo el cocktail recesivo, que ya venía avanzando y ahora se acelerará. Una inflación de 42% y una caída del PIB de 2,4%, como trascendió que espera Hacienda (una cifra verosímil, por cierto, y no muy lejana a la de los consultores), no es fácil de incorporar, y menos con salarios reales derrapando entre 10% y 15% y un clima electoral que se intensificará mientras se acerque el verano.
“Creemos que los anuncios son buenas noticias para el mercado, pero la principal incertidumbre está relacionada con la capacidad del Gobierno de obtener una aceptación social para cumplir con el equilibrio fiscal”, dicen desde Max Valores. No sólo hay que diseñar un plan atinado sino que, más importante aún, hay que saber implementarlo: el famoso enforcement.
“Preferimos esperar hasta que tengamos más detalles sobre el nuevo programa del FMI y el impacto de la depreciación del peso en la actividad económica y el desempleo. La pregunta principal es si la imagen del Gobierno es lo suficientemente fuerte como para sobrevivir a un escenario de una gran depreciación, una profunda recesión con un aumento en el desempleo y una caída en los salarios reales. Este es el principal riesgo para los activos argentinos en nuestra opinión”, concluyen.
“Al discurso de (Mauricio) Macri le faltó una convocatoria a la oposición clara, que transmita que la base de apoyo político de este plan es amplia. Nos quedan fuertes dudas al respecto, siendo este tema central que puede ser determinante para el éxito de plan, máxime con un Gobierno que no tiene mayorías parlamentarias”, dijeron desde Delphos.
