El Economista dialogó con Marco Bastos, analista político de Octopus Brasil, sobre el hipercompetitivo escenario electoral que se avecina en el vecino país, que votará el 7 de octubre y, luego, el 28 en la segunda vuelta.
Jair Bolsonaro lidera, según todas las encuestas, pero no podría ganar una segunda vuelta porque es muy rechazado. ¿Coincide?
Sí, coincido. Bolsonaro tiene la tasa de rechazo más alta: 43%. Mientras los otros candidatos tienen promedios de 20% a 25%. El escenario más parejo sigue siendo Bolsonaro con (Fernando) Haddad en balotaje pues el sentimiento anti-PT todavía es muy fuerte.
Si bien está muy lejos, el que más chances de crecimiento y probabilidades tiene de entrar a ese balotaje, precisamente es Haddad, que es casi un desconocido aún. ¿Coincide?
Correcto. Haddad ya fue el candidato que más creció en la última encuesta de Datafolha. Subió de 5% a 10% y seguirá subiendo en la medida en que el elector del PT, principalmente de bajos ingresos del nordeste del país, se informe de que él es el candidato de Lula. Haddad es el Cámpora brasileño y ni el PT lo disimula. El slogan es “Haddad es Lula y Lula es Haddad”.
¿Tiene chances el candidato del “mercado”, Geraldo Alckmin?
Sí, todavía tiene chances. El atentado a Bolsonaro no produjo ningún cambio en su intención de votos y en su tasa de rechazo. Alckmin ya volvió a criticar su contrincante por la derecha con spots publicitarios. Su intención de votos subió en San Pablo, lo que puede indicar que la táctica de criticar a Bolsonaro le está funcionando. Su única chance es tomar votos de Bolsonaro. Si bien es difícil, todavía es temprano para decir que se terminó el juego.
