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La “Fase 1” cumplida, las apuradas en el BCRA y el nuevo temor del mercado

El primer desafío de Caputo era estabilizar el dólar y lo está logrando

13 julio de 2018

Por Leandro Gabin 

En el Gobierno están confiados en que la “fase uno” de la estabilización es una realidad. Aclaraban fuentes oficiales que el país no tiene ninguna oportunidad de “dar vuelta esta crisis” sin que el dólar esté contenido. “Por eso fue muy importante que el mercado se tranquilizara con la llegada de (Luis) Caputo y la suba de tasas en el secundario de Lebac. Básicamente tentar con tasas altas fue la solución que estabilizó al dólar”, resumía una fuente de la Casa Rosada.

En el Gobierno están, ahora sí, muy conformes con la nueva administración en el BCRA. No sólo están convenciendo al ala política, sino que también a varios de los economistas críticos que no ahorraban municiones contra el team Sturzenegger (y no sólo Federico sino, también, para con su círculo íntimo).

Incluso dicen que hay actualmente un “mejor clima” interno en Reconquista 266. “No eran personas muy queridas por la gente. Hicieron muchas cosas que los desgastaron. Internamente, el hecho de publicar los sueldos de todos los empleados y poner en igualdad de condiciones a un director con un economista junior con la prohibición de invertir en ciertos activos generó malestar”, comentaban desde la entidad.

La mano dura que aplicó Sturzenegger le produjo muchos enemigos en la institución. La gremial estaba con los pelos de punta contra Mariano Flores Vidal, el alter ego de Sturzenegger y uno de los que aún mantuvo su cargo sólo gracias a que fue el negociador de Reconquista 266 con el FMI. En medio de una batería de medidas no muy amigables con los empleados, habían dispuesto que cualquier llegada tarde por más de cinco minutos (literal) al horario pautado tenían que contar con la autorización de un superior. “Quisieron imponer cosas que generaban malestar en todos los empleados y por eso nadie los lloró cuando se fueron”, afirman en el banco.

Se  van y llegan

La era Caputo se va completando de nombres. Esta semana llegó al directorio Pablo Quirno, quien se desempeñó como jefe de Gabinete de Finanzas. Otro ex JP Morgan de perfil bajo se incorporó así al BCRA. Quedan sólo dos sillas por ocuparse. Pero una de ellas ya tiene dueño: Santiago Bausili, secretario de Finanzas y mano derecha de Caputo en esa cartera, también irá al BCRA el mes que viene. Se cree que podría ostentar el cargo de vicepresidente segundo detrás de Gustavo Cañonero, o bien ser un director más. Sucede que habría espacio para el retorno de otro viejo conocido, ex asesor de Quintana-Lopetegui y artífice intelectual del 28-D: Vladimir Werning. Alejado por una enfermedad, este economista (también salido de las filas del JP Morgan) podría ocupar la última silla en el directorio. Esto, sólo si el Gobierno no quiere guardarse un lugar en la entidad para “negociar” alguna tregua con el peronismo no kirchnerista. Estará por verse.

Quedó un sabor amargo en el mercado por el anuncio, a las apuradas, de Caputo acerca de ampliar la visión que tenía el BCRA con respecto a la política monetaria y sumarle un monitoreo a los agregados monetarios. Muchos economistas se quedaron preguntando qué quiso decir el Central con ese enunciado donde no fijan en ningún momento un nivel de crecimiento de la cantidad específica de dinero. “Se habían comprometido a mostrar cambios en la política monetaria, algo avisado en el comunicado pasado, y tuvieron que improvisar. Todavía están armando equipo y se nota cierta descoordinación”, deslizó una fuente desde Reconquista 266, que mira a lo lejos los primeros pasos de la nueva conducción.

“La decisión no resulta un cambio en el esquema de política monetaria, ya que no se especifican metas de agregados monetarios y por ende no puede evaluarse ni el grado de compromiso de la autoridad monetaria ni el éxito de la política monetaria según esta referencia”, dice la consultora EcoGo en su último informe.

Más bien, continúan los ex Estudio Bein, parece ser un mecanismo de reforzar el tono hawkish de la política monetaria en medio de las turbulencias en el mercado de cambios (teniendo en cuenta que el control de los agregados tiende a conducir a una política monetaria más restrictiva y menos flexible que el esquema de metas de inflación), formalizando en lo discursivo las acciones que la autoridad monetaria viene conduciendo en las últimas semanas tendientes a retirar liquidez del sistema.

Manso (por ahora)

Sea como fuere, el primer desafío de Caputo lo está cumpliendo: estabilizar el dólar. El “Messi del equipo económico”, como le dice gente del Gobierno y del mercado financiero, sabe que sin paz cambiaria no hay nada. Ahora luce mucho más probable encarar el resto de los problemas con el dólar fuera de la tapa de los diarios. Uno no menor es seguir reduciendo el stock de Lebac. El martes próximo vencen $ 536.000 millones, un monto elevado pero que llegó a ser mayor en el pasado. Se cree que con las supertasas en el secundario de Letras en torno al 60% la más corta, Caputo no tendrá problemas para renovar una parte y, eventualmente, pagar cash otra bajo el esquema de seguir bajando el stock.

Pero?

En el mercado financiero miran cada día más este nuevo esquema en el que se baja deuda en pesos con tasas altas (Lebac) y se aumenta el endeudamiento vía Letes (en dólares). Los resultados de la licitación de Letras del Tesoro a 210 y 378 días y el bono Dual, esta semana, trajeron más preocupación al mercado. En primer lugar, la adjudicación de Letes totalizó US$ 514 millones distribuidos en US$ 220 M para el título más corto y el remanente de US$ 294 M para el tramo largo. Hacienda convalidó una tasa de 4% en el caso de la letra a 210 días y 5,5% a 378 días. “La tasa de adjudicación total se ubicó en 92,7%, dato que refleja la escasa demanda por dichos títulos”, dice Delphos Investment.

Por el lado del bono dual, se adjudicó el 76,4% de las órdenes subscriptas totalizando US$ 1.638 millones a una tasa mensual de corte de 2,35%. Delphos dice que asumiendo que únicamente lo recaudado por ambas Letes tiene como destino refinanciar los vencimientos correspondientes al viernes 13, la tasa de rolleo se ubica en 42,8%, un nivel preocupante teniendo en cuenta que las licitaciones previas venían superando el 50%. La bola de las letras es lo que empezará a mira el mercado. Claro, más adelante, cuando ya no haya que preguntarse si la nave se estabilizó completamente.

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