El Economista - 70 años
Versión digital

vie 29 Mar

BUE 22°C

“La economía no va a ayudar a Macri en 2019”

El Economista dialogó con Matías Carugati (Management & Fit)

Alejandro Radonjic 11 junio de 2018

Entrevista a Matías Carugati Economista jefe de Management & Fit Por Alejandro Radonjic

El Economista dialogó con Matías Carugati (Management & Fit) sobre los efectos económico (y políticos) del acuerdo con el FMI.

Primero, una reflexión del anuncio y, sobre todo, el deal per se y la negociación. Daría la impresión de que el Gobierno consiguió bastante y no cedió tanto...

En líneas generales, se trata de un acuerdo que ayuda a evitar un escenario de ajuste desordenado y, sólo por eso, deberíamos valorarlo. El préstamo en sí es por un monto bastante elevado, lo que le da margen al Gobierno para cubrir sus necesidades financieras, por lo menos, hasta el año que viene. Además, trae una serie de cambios relacionados con el BCRA que apuntan a incrementar la efectividad de la política monetaria para combatir la inflación. La mayor velocidad de ajuste fiscal y la confirmación de la flotación cambiaria implican que el FMI está interesado también en cerrar el déficit de Cuenta Corriente. Lo cual es lógico, puesto que los Stand-By-Agreements se otorgan para enfrentar problemas de Balanza de Pagos. Dicho esto, considero que no habría que sobreactuar el resultado. Más allá de que las condiciones internacionales ameritaban anticiparse a posibles dificultades de financiamiento, llegamos al FMI como consecuencia de una turbulencia mal administrada, que derivó en corrida. Las implicancias sobre la economía real de todo este evento recién están empezando a sentirse. El nuevo sendero fiscal va a tener un impacto sobre el nivel de actividad, más aún si el ajuste se recuesta por el lado del gasto. En otras palabras, el FMI nos ayuda a evitar el ajuste desordenado, pero nos obliga a hacer más rápido un ajuste que se trató de estirar en plazos más largos. Algún costo va a traer. No tenemos detalles de la negociación en sí (no sabemos realmente hasta donde logró el Gobierno frenar las demandas del staff del FMI), pero el resultado muestra una redefinición importante de la política económica. El proceso de consolidación fiscal será mucho más rápido que lo que planteó Nicolás Dujovne en medio de la corrida. Y el BCRA, si bien salió fortalecido en su autonomía, también enfrentará cambios. Puntualmente, en aspectos que se criticaban desde el sector privado y que la entidad hacía “oídos sordos”: Lebac y emisión destinada al Fisco.

Imagino que no tienen mediciones ex post, ¿pero cómo venía impactando en la opinión pública la “cuestión FMI” y cómo cree que se digerirá? ¿Primaba más el pragmatismo financiero o la mala imagen que tiene el FMI?

No hemos hecho mediciones puntuales respecto al FMI, pero el impacto seguramente será negativo. Los indicadores de gestión, tanto aprobación de gestión e imagen del Presidente como expectativas, venían en baja desde diciembre pasado. La reforma previsional, el intento fallido de reforma laboral, el “Triaca-Gate”, una inflación más alta de lo esperado y la suba de las tarifas venían afectando el humor social. Con una sociedad que venía mal predispuesta, lo que pasó en el último mes solo empeorará el cuadro, por varias razones. Primero, porque el tipo de cambio es el termómetro típico del argentino promedio. Una depreciación rápida y abrupta se interpreta como que las cosas están mal y/o que estarán peor. Segundo, porque el FMI sigue siendo mala palabra. La sociedad tiene memoria. Y los recuerdos del último programa del FMI en el país no son, precisamente, positivos. Por el contrario, se interpretan como otra señal de alerta. Tercero, porque el pedido de ayuda al FMI entra en contradicción contra un discurso que venía enfatizando que lo peor había quedado atrás. Contradicción que se traduce en pérdida de confianza.

Imposible saberlo bien hoy, pero todo indicaría que la economía será amarreta, electoralmente hablando, en 2019: creceremos poco, la inflación seguirá alta, se verá menos obra pública, quizás haya más conflictividad socialsindical, las tarifas seguirían escalando...

Todo un desafío para el Gobierno: deberá tener una muy buena oferta electoral. Hasta hace algunos meses, se pensaba que la economía iba a ser parte de la solución de la incógnita electoral. Ahora da la sensación de que va a ayudar poco, o hasta podría convertirse en parte del problema. Estimo que el Gobierno tomará medidas para que el invierno económico pase lo más rápido posible y al menor costo. Por caso, el acuerdo con el FMI resguarda el gasto social de los recortes. Es muy temprano aún como para decir cómo llegaremos a junio de 2019, pero gran parte del escenario va a estar afectado por el desempeño económico. Si la situación se encarrila, mayores las chances de dispersión opositora y ventaja para Cambiemos. De lo contrario, el espacio vacío que hoy está vacante será ocupado por alguien de la oposición y el Gobierno poco podrá hacer para que la gestión no quede bajo la lupa de los votantes. En este segundo escenario, la contienda sería mucho más pareja. Incluso podría darse un resultado paradójico o una pesadilla, para algunos: que Mauricio Macri pague el costo de hacer el ajuste y que un opositor se beneficie de gobernar una economía estabilizada.

LEÉ TAMBIÉN


Lee también

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés