La diputada y economista Fernanda Vallejos publicó un informe mediante el que, por el peso creciente de los intereses sobre el déficit público, descartó la posibilidad de que un programa de ajuste fiscal pueda derivar en superávit fiscal. Sostuvo que si se realiza un ajuste menos brusco, en línea con lo propuesto por el FMI en el último informe generado a partir del artículo IV, el déficit fiscal seguirá siendo de 2,4% del PIB y que, si se hace uno de fuerte shock, quedará en 0,3%. Además, realizó propuestas para llegar a un superávit fiscal por la vía de la recaudación.
Con el FMI
Tal como describió Vallejos, el FMI propuso una serie de modificaciones, entre las que se destacan una reducción del empleo público, un ajuste previsional, un recorte de las transferencias a las provincias, eliminar las asignaciones familiares y ampliar el alcance del impuesto a las ganancias de las personas. Para cada punto del programa sugerido se ofrecían distintas opciones, algunas más exigentes y otras menos.
Así, para Vallejos, la potencial reforma implicaría una caída importante del déficit primario, con ciertos perjuicios en materia de política redistributiva. Pero no alcanzaría para llevar al superávit del déficit total, por la mencionada carga creciente de los intereses, que también surgen por la necesidad de financiar déficit de cuenta corriente y no sólo déficit fiscal.
"Sólo recaudando lo que se evade por sociedades offshore en paraísos fiscales, se podría pasar de un déficit primario de 3,9% a un superávit de 0,9% del PIB"
"Dicha reforma permitirá una caída del déficit primario para 2019 de 4,45 puntos del PIB en una versión conservadora y de 6,5 puntos porcentuales del PIB. Con estas reducciones, se podría alcanzar un superávit primario de entre 0,5 puntos y 2,6 puntos del PIB", reconoció.
Aunque luego agregó: "Sin embargo, entre 2015 y 2017, el peso del pago de intereses netos pasó de 1,8% del PIB a 2,3%. Si se mantiene la tendencia, el peso de intereses será para 2019 será de 2,9% del PIB, por lo que se reducirán las conquistas en materia de déficit fiscal: el déficit financiero será de 2,4% del PIB en el caso del ajuste menos brusco, mientras que en el caso del ajuste de shock será de 0,3%. Es decir, en ninguno de los casos, se podrá retornar al superávit fiscal".
Su propuesta
Además sostuvo que "hay alternativas" al plan del FMI. Y detalló: "En particular, existe la posibilidad de perseguir mejor la erosión de la base tributaria, consecuencia directa de la fuga de capitales y la constitución de sociedades offshore en paraísos fiscales. Anualmente las empresas evaden US$ 24.710 millones por medio de la fuga hacia paraísos fiscales, lo cual implica un 5,1% del PIB. Sólo recaudando lo que se evade por sociedades offshore en paraísos fiscales, se podría pasar de un déficit primario de 3,9% a un superávit de 0,9% del PIB. Es decir, si la meta es obtener un superávit primario, alcanza con perseguir la red de sociedades offshore".
Y también propuso una reforma impositiva: "Se repone el 35% de Ganancias a las personas jurídicas para la reinversión de utilidades y se aumenta a 45% para la distribución de dividendos. Se repone el 0,75% de impuesto a los Bienes Personales que se cobraba en 2016. Se incrementa la alícuota de retenciones al 45% para la soja, 35% para sus derivados, 15% maíz y trigo, 5% para sus derivados, y 6% para la producción de minerales".
