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Analistas creen difícil que el BCRA baje la supertasa pronto

La tasa de 40% anual no sería tan pasajera y tendrá un impacto negativo en la actividad económica

20 mayo de 2018

Por Juan Manuel Antonietta

Luego de un mes complicado, el BCRA logró, con la ayuda de los Botes de Luis Caputo y una supertasa de 40%, frenar la corrida contra el peso. Por el momento. No obstante, esta medicina amarga tiene fuertes costos y, utilizada en exceso, podría traer fuertes perjuicios para la salud de la actividad económica.

Un informe de Delphos Investment proyectó una fuerte aceleración de la inflación hasta noviembre, tendencia que recién se revertiría en diciembre. Solo a partir de este punto se habilitaría un gradual descenso de las tasas del BCRA y, recién en abril de 2019, la tasa podría bajar a 29%.

La tasa de 40% Matías Rajnerman (Ecolatina) explicó que “la tasa en 40% no es sostenible en el corto plazo, sólo tuvo razón de ser para frenar la corrida y, por el momento, parece que fue efectiva”. La suba de tasas apuntaba más a disipar las presiones cambiarias del momento que a factores estructurales o tendenciales de la economía local.

Para Guido Lorenzo (ACM) se puede ver a la tasa de 40% como la de alguien debilitado y tener un pensamiento pesimista o bien se la puede observar como un gran compromiso por contener la inflación. “Es un juego de expectativas y, si prima lo segundo, no habrá problemas”, opinó.

La tasa alta, según la opinión de Federico Furiase (Eco Go), es el mal menor porque modera la tensión cambiaria y el traslado a precios. “Lamentablemente, la economía se tiene que bancar unos meses de esa tasa alta para tener controlada la inflación y no empeorar el poder adquisitivo de los salarios”, explicó el profesor de Finanzas de la UTDT y opinó que “una manera de mitigar el impacto en la actividad serían las líneas de crédito productivas”. Por eso, algunos funcionarios, como Francisco Cabrera, que tienen que dar la cara con las empresas, las empiezan a pedir.

Si bien la tasa no es impagable porque el BCRA puede emitir pesos siempre, explica Lorenzo, el riesgo es que se deteriore el resultado de la autoridad monetaria. “Puede generar una posible fuente de expansión de dinero adicional que, de no aumentar la demanda real de dinero, el pago de intereses se convierte en un problema porque hay que esterilizarlos”, indicó.

“En términos cuasi fiscales, la tasa luce más insostenible de lo que realmente es”, explicó Martín Alfie (Radar) a El Economista. Una suba del tipo de cambio revaloriza los activos del BCRA y licúa los intereses de la tasa.

Furiase detalló que el BCRA respaldó el aumento del total de Lebac con reservas con el pasaje de la tasa desde el 26,6% al 40% de modo que ese efecto negativo en el balance cuasi fiscal fue más que compensado por el efecto de la suba del dólar de $20 a $24,5. “Comparando la foto de 15 de marzo con la actual, el balance del BCRA mejoró en $82.300 millones”, señaló el economista de Eco Go.

Desde Ecolatina esperan que la relajación en el costo de financiamiento sea paulatina y que se materialice una vez que, efectivamente, los temores de un resurgimiento de la corrida formen parte de la historia.

Problemas en la economía real

Una tasa alta ataca a la producción desde varios lugares. La tasa de política monetaria del BCRA se traslada a otras tasas y, entre ellas, a aquellas que financian el capital de trabajo de las pymes. Además, una de las principales fuentes de financiación es el descuento de cheques que le resulta cada vez más caro a las empresas. Alfie señaló que “durante los últimos días subió mucho, y eso pone en riesgo la cadena de pagos”.

Un aire fresco para las pymes, según Alfie, fue provisto por el Gobierno que empezó a intervenir en el mercado de descuento de cheques para morigerar el impacto. No obstante, muchas empresas operan fuera del sistema bancario y no pueden beneficiarse de estas intervenciones.

Lorenzo explicó sobre las grandes firmas “no tienen problemas para llevar adelantes proyectos de inversión porque ellos miran la tasa de afuera y la prima de riesgo país, ambas variables que no tienen que ver con el nivel de tasas de corto plazo”.

Para Rajnerman, escenarios como los de las últimas semanas incrementan significativamente el grado de incertidumbre de la economía local en el mediano plazo. “Los gastos de capital podrán posponerse más por los temores sobre qué pasará en el futuro inmediato ?especialmente con los precios relativos? que por el aumento temporal del costo de financiamiento”, señaló.

¿Se puede bajar?

El problema que enfrentará la autoridad monetaria será la difícil tarea de, llegado el momento, bajar la tasa. En el mercado secundario, que dispone para muchos analistas mucho volumen de transacciones, los tenedores de Lebac pueden asustarse en cualquier momento y abandonar el activo. El problema reside, entonces, en un pasivo que pueda ir hacia el dólar en cualquier momento que encuentre más atractivo el dólar que el peso.

Este “roll-over risk” permanente es, para Alfie, el principal problema del BCRA. “La autoridad monetaria corre el riesgo de no poder bajar la tasa porque puede reactivar la corrida cambiaria”, concluyó el economista en jefe de Radar.

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