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El nuevo mapa de la inclusión financiera

Fintechs, banca móvil y pagos digitales han permitido que más de 500 M de personas accedieran a servicios financieros por primera vez en los últimos tres años

23 abril de 2018

Por Ignacio E. Carballo (*) 

Mediante entrevistas representativas y recopilando cientos de indicadores para más de 140 países, el Global Findex del Banco Mundial (lanzado inicialmente en 2011 y repetido en 2014) es la base más completa sobre cómo los adultos acceden al sistema financiero, ahorran, piden prestado, realizan pagos, gestionan el riesgo, entre otras dimensiones. El pasado 19 de abril se lanzó el nuevo Global Findex 2017 cambiando el estado de conocimiento global en inclusión financiera.

En un lanzamiento masivo, el estudio encontró que la cantidad de adultos del planeta que tiene una cuenta bancaria en una institución financiera o a por medio de algún proveedor de dinero móvil se ha incrementado al 69% en 2017 (51% en 2011 y 62% en 2014). El avance ha sido impresionante al pasar de los 2.500 millones de adultos no bancarizados relevados en 2011, a 2.000 millones en 2014 y ahora cuantificar unos 1.700 millones de adultos sin acceso a cuenta.

A pesar de que 515 millones de adultos hayan abierto alguna forma de cuenta bancaria entre 20142017 (1.200 millones desde 2011), todavía resta mucho por hacer. A continuación se exponen algunos resultados de este nuevo mapa global de inclusión financiera.

Fintechs e inclusión

Telefonía Móvil. Un dato a destacar corresponde al impactante uso de tecnología móvil entre los 1.700 millones de no bancarizados. A nivel global, 1.100 millones o dos tercios de los adultos no bancarizados posee un teléfono celular (y 480 millones tienen acceso a Internet). En India y México el ratio asciende a más del 50% de los no bancarizados y en China al 82%.

Pagos Móviles. Desde el Global Findex 2014, la proporción de adultos en las economías en desarrollo que utilizan pagos digitales subió 12 puntos porcentuales, al 44%. En todo el mundo, el 52% de los adultos -o el 76% de los titulares de cuentas- informaron haber realizado o recibido al menos un pago digital utilizando su cuenta en el último año. En las economías de altos ingresos la participación fue del 91% de los adultos (97% de los propietarios de cuentas), en las economías en desarrollo del 44% de los adultos (70% de los propietarios de cuentas).

En otras palabras, entre 2014 y 2017, el aumento significativo en el uso de teléfonos celulares e Internet para realizar transacciones financieras contribuyó a un aumento impresionante en la proporción de propietarios de cuentas que envían o reciben pagos digitalmente del 67% al 76% en todo el mundo y del 57% al 70% en el mundo en desarrollo. Estos nuevos guarismos brindan una nueva idea en torno a la potencialidad de alcanzar a los excluidos financieramente con finanzas digitales.

Brechas persistentes

Brecha de género. Para 2017, 72.3% de los hombres poseía una cuenta bancaria mientras que dicho guarismo fue del 64.8% entre las mujeres. Si bien implica un incremento nominal en ambos grupos con respecto a estudios pasados (65.6% y 58.5% a 2014), la brecha de género se observa aún estática e inalterada en 7% a nivel global y 9% en las economías en desarrollo en los tres años relevados (2011-14-17).

Brecha por ingresos. La brecha en la titularidad entre los más ricos (60% de mayores ingresos) y los más pobres (40% de menores ingresos) que supo reducirse casi unánimemente en el periodo 2011-2014, ha presentado resultados mayormente negativos durante el periodo 20142017. En el mundo se ha incrementado 1%, en economías de ingresos altos 0,8%, de ingresos medios 0,7%, de ingresos bajos un 1% y de ingresos medio-altos un alarmante 6,1%. Sólo en aquellas economías de ingresos medio-bajos se observa una contracción de la brecha en acceso ricos/pobres del 4.3%. En torno a la desigualdad, basta decir que casi el 50% de los no bancarizados viven en Bangladesh, China, India, Indonesia, México, Nigeria y Pakistán

Ahorro informal. En las economías en vías de desarrollo el 43,4% reportó haber ahorrado el último año, en comparación con el 71% en economías de altos ingresos. Sin embargo, en las economías en desarrollo sólo el 20,5% indica hacerlo formalmente con una institución financiera (en altos ingresos 54,8%). La brecha (diferencia) contempla alternativas como los clubs de ahorro (Ronda, Pasanaku, ROSCA, etcétera), en efectivo, en activos fijos, entre otras metodologías de ahorro informal por fuera del sistema financiero. A su vez, si bien la brecha en economías en desarrollo se ha reducido del 30,9% al 22,8%, esto se debe a una reducción más relevante en el ahorro total (del 53,4% al 43,4%) que en el ahorro formal en institución financiera (22,4% a 20,5%).

Reflexiones finales

A pesar del inmenso avance, resta mucho por hacer en inclusión financiera. Las nuevas tecnologías se esgrimen como apuesta fuerte en este nuevo contexto.

A modo de ejemplo, más de 200 millones de adultos que no tienen cuentas bancarias pero trabajan en el sector privado afirman recibir sólo pagos en efectivo, así como más de 200 millones reciben pagos agrícolas. Otros 100 millones reciben pagos del gobierno en efectivo de los cuales 67 millones se identifican como poseedores de un teléfono celular.

Fintech´s, banca móvil y pagos digitales han permitido que más de 500 millones de personas accedieran a servicios financieros por primera vez en los últimos tres años. En este nuevo mapa global de inclusión financiera se destaca la enorme potencialidad de incorporar a los excluidos digitalmente y reducir las brechas persistentes.

(*) Universidad Autónoma de Madrid, UCA y Centro de Estudios de la Estructura Económica (CENES) de FCE-UBA / CONICET

Las opiniones aquí expresadas corresponden a los autores y no comprometen aquellas de las instituciones que representan.

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