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Día Mundial de la Salud

Es el tiempo propicio para que juntos hablemos de salud y para que todos trabajemos para transformarla

06 abril de 2018

Por Mario R. Fiad Senador nacional y presidente de la Comisión de Salud

El día 7 de abril ha sido instituido, por la Organización Mundial de la Salud, como el Día Internacional de la Salud, en conmemoración al origen del organismo en 1948.

Desde su creación, la convocatoria ha sido trabajar para lograr el máximo grado de salud posible, asegurando la accesibilidad para todos en un marco de equidad y solidaridad.

Esta convocatoria mantiene su plena vigencia y fue siendo redefinida por los actuales escenarios que nos hacen poner el foco sobre nuevos y diversos obstáculos que son necesarios que los removamos remover para asegurar el acceso de calidad y oportuno.

Esto demanda de todos los Estados una voluntad política decidida y comprometida con una visión de la salud que integre todas las dimensiones, pero que también integre las responsabilidades y compromisos de todos los actores del sistema.

El pensar a la salud como un bien colectivo, como una aspiración común, implica que las vías de lograrla no son la lucha segmentada por intereses particulares,  sino el afán cooperativo que se exprese en las conductas que desde cada lugar, se requieren para que trabajar por la salud constituya una responsabilidad del Estado, pero también una dimensión propia de la ciudadanía.

Este año el lema que da sentido a la conmemoración es la Cobertura Universal de Salud, y esto es justamente uno de los objetivos centrales del gobierno que está plasmándose en las acciones que, de manera progresiva y trabajando con las provincias, se están desarrollando para superar la actual fragmentación del sistema.

En ese marco, se están realizando reformas estructurales que son producto de un camino previo de diagnósticos y formulaciones estratégicas de políticas públicas en salud para ir modelando la salud que queremos y necesitamos.

Durante años, la salud no ha estado en la agenda pública. Hubo gobiernos a los que la salud no les preocupó, pero tampoco hubo, en muchos casos, una preocupación compartida de los ciudadanos por la salud. Lo que hubo fue el interés  puntual por un tema privativo de la angustia de quien circunstancialmente se sentía afectado.

Hoy estamos frente a otra realidad. Por diversos motivos, la salud está en la agenda pública. La salud se debate, se discute, en los medios, en la calle, en el trabajo. La salud hoy es un tema presente de la que se habla y se asume como factor esencial del desarrollo de los pueblos, como derecho de las personas, como deber de cooperación ante las enfermedades transmisibles y no transmisibles, como factor de convergencia de grupos de la sociedad civil que se organizan y nuclean para trabajar en los temas, como responsabilidad del cuidado ante las enfermedades prevenibles y como política del Estado.

Este año, la Cobertura Universal de Salud nos encuentra en las mejores condiciones, porque tenemos un Estado que, con firme voluntad, le asigna un lugar prioritario, y tenemos una sociedad que la percibe solidariamente, más allá de la propia preocupación. Es el tiempo propicio para que juntos hablemos de salud y para que todos trabajemos para transformarla.

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