En los últimos dos años la deuda pública en divisas creció con mucha fuerza: pasó a representar el 215% de las exportaciones de bienes desde el 130% que representaba en 2015 y saltó desde el 13,5% del PIB en 2015 al 24% en 2017, si se lo mide a partir de promedio anual del tipo de cambio (si se lo mide por el dólar del último día hábil el salto es desde 19% al 27,5%. La dinámica es negativa pero, viendo la relación deuda-PIB, aun está muy por debajo del promedio regional, de 45%.
Los datos surgen de un informe publicado ayer por Ecolatina en el que la consultora afirmó: “Al mirar la evolución de los principales indicadores de sustentabilidad de la deuda pública relevante en moneda extranjera, se observa un marcado deterioro en los últimos dos años”. Y además agregó: “Este panorama enciende luces de alerta para el mediano plazo, lo que provoca interrogantes en los inversores externos. Como reflejo de estas preocupaciones, sobresale la dinámica del riesgo país observada en 2018. Mientras que el spread de tasa de los países en desarrollo aumentó 1,5% en el primer bimestre de 2018, el de Argentina saltó 15,4%”.
El modelo
La clave para comprender el asunto, destacada por Ecolatina, es el cambio de estrategia de financiamiento del déficit público, que no se redujo en grandes dimensiones. El paso de un financiamiento vía emisión y deuda intrapública a uno vía endeudamiento del sector público, que también sirve para cubrir un rojo externo creciente. El nuevo modelo implica dos cosas: por un lado la cuestión de las dificultades de la sustentabilidad externa, por otro se eliminan algu
nas distorsiones internas.
“Los movimientos descriptos a lo largo del presente informe se profundizarán en los próximos dos años. La deuda pública relevante continuará en crecimiento, a la par que el bache del sector público nacional se achicará gradualmente. Y crecerá más rápido la deuda pública en moneda extranjera que la capacidad de generación de divisas genuinas, agudizándose la fragilidad mencionada”, sostuvo Ecolatina.
Y concluyó: “La economía del 10 de diciembre de 2019 será considerablemente más dependiente del financiamiento externo que la del 10 de diciembre de 2015. Sin embargo, gozará de una menor cantidad de distorsiones. El Gobierno que asuma en 2019 deberá lidiar con menos restricciones en el ámbito interno, pero afrontará mayores compromisos en el plano externo".
