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Negativo: en noviembre, el déficit comercial fue de U$S 1.541 millones

Así, en el 2017 ya acumula más de U$S 7.500 millones y superará (cómodamente) los U$S 8.000 millones

26 diciembre de 2017

Los números del sector externa preocupan, y cada vez más. La Inversión Extranjera Directa (IED) arriba a cuentagotas y las exportaciones no despegan. Ayer, el Indec confirmó que noviembre no fue distinto. El mes pasado, las exportaciones cayeron 4,9% (la segunda mayor caída del 2017) y fueron de apenas U$S 4.610 millones. Asimismo, las importaciones siguen volando a tasas muy elevadas (crecieron 30,2%) y, como resultado de esas fuerzas, el rojo comercial se disparó a U$S 1.541 millones. Fue el mayor desequilibrio del 2017 (“y de la Historia”, aclara Abeceb).

Así, el saldo comercial ya superó los U$S 7.500 millones y terminará 2017 arriba de los U$S 8.000 o U$S 9.000 millones. Hace solo unos meses, a través del Presupuesto 2018, el Gobierno había estimado un rojo de U$S 4.500 millones para 2017. Unos meses antes, en el Presupuesto 2017, la proyección siquiera pasaba los U$S 2.000 millones. Nada para festejar. No casualmente el Ministerio de Hacienda no dijo nada sobre los números difundidos ayer.

El rojo más alto desde la Convertibilidad

El rojo comercial será de U$S 8.500 millones (cerca de 1,5% del PIB), calcula Martín Alfie (RADAR Consultora) y agrega que “será el más alto desde la Convertibilidad”. Además, dice, implica una “fuerte reversión” versus lo ocurrido en 2016. “Durante los primeros once meses de 2016, el saldo comercial había sido positivo en U$S 1.900 millones. En 2017, en igual período, es negativo en U$S 7.600 millones. Esto implica una reversión de casi U$S 9.500 millones del saldo comercial, una tendencia, magnitud y velocidad muy preocupante de cara al año que viene”, agrega. Pero hay un dato que preocupa aún más y es la elasticidad importaciones sobre PIB, es decir, cuánto crecen las importaciones por cada punto de crecimiento. Según Alfie, fue de 6,8 puntos, “muy por encima de la media histórica de 3”. No casualmente, varios economistas empiezan a proyectar un rojo de U$S 15.000 millones para 2018. “Esto da cuenta de que proceso de apertura económica está impactando negativamente tanto en términos productivos como de sustentabilidad del balance de pagos”, dice Alfie.

Más números

Las exportaciones siguen sin brotes verdes y avanzan apenas 1,2% en 2017. Muy lejos (aún) de ser ese motor virtuoso que imagina el Gobierno. Además, medidas en cantidades (es decir, sin el efecto precios), apenas crecen 0,1% en 2017. Es decir, están virtualmente estancadas.

En noviembre, cayeron los despachos de productos primarios 1% (por efecto precio porque crecieron en cantidades) y, sobre todo, los de Manufacturas de Origen Agropecuario, que se derrumbaron 16,8% (por una caída de 15,4% en las cantidades). Por el lado positivo aparecen las Manufacturas de Origen Industrial (MOI), con un alza de 4,4%, un dato muy valorado en el Gobierno porque demuestra, según esa visión, que se han diversificado destinos más allá de Brasil y que el tipo de cambio no está tan atrasado como se dice (y percibe). A la vez, también terminaron en terreno positivo los envíos de combustibles y energía, con una suba de 20,6% (aunque cayeron 13,1% en cantidades).

Las importaciones, en cambio, volaron en todos los segmentos: desde aquellos vinculados a la inversión (los que suele destacar el Gobierno) como también los vinculados con el consumo privado. Lideraron combustibles y lubricantes con 45%; siguieron las piezas y accesorios de bienes de capital con 35,5%; vehículos de pasajeros con 34,3%; bienes de capital, 27,4%; bienes de consumo, 26,8% y bienes intermedios, 25,7%. “Las importaciones muestran dos caras. Una positiva es que bienes de capital es uno de los componentes que más crece, lo que puede implicar mejoras de productividad y de capacidad de repago. Y otra negativa y es que el peso de las importaciones de bienes finales (bienes de consumo + vehículos de pasajeros) es de 22,5%, en línea con los niveles de la Convertibilidad”, dice Alfie.

https://twitter.com/alfiemart/status/945736062298664961

Por regiones

Las menores exportaciones hacia los demás países del Mercosur explican gran parte del traspié de noviembre. A Brasil, las ventas cayeron 3,4% y, hacia el Mercosur en su conjunto, 6,2%. Asimismo, hacia los demás países de la región (menos NAFTA), cayeron 16,1%. Hacia el NAFTA, cayeron 6,3% y, hacia el ASEAN, 26,4%.

Por el lado positivo aparecen la Unión Europea (UE), con una suba de 4,4%; China, con 32% (por la carne); Magreb y Egipto con 19,9% y Chile, con 5,1%.

En el otro lado del mostrador, la imagen es más homogénea: durante el mes pasado aumentaron las importaciones desde todos los países y regiones del mundo. Lideraron (en volumen) Europa, China, el NAFTA y, obviamente, el Mercosur.

https://twitter.com/INDECArgentina/status/945732249793810432

Rojos y verdes

Los déficits más importantes de noviembre se registraron con China, Brasil, Estados Unidos, Alemania, España, México, Francia, Tailandia, Italia y Japón. Los superávits más importantes de noviembre correspondieron a Chile, Países Bajos, Argelia, VietNam, Canadá, Perú, Egipto, Malta, Uruguay e Indonesia.

Por rubros

Los productos con mayores caídas en sus exportaciones en noviembre (respecto de igual mes del año anterior) fueron harina y pellets de la extracción del aceite de soja (-18%) y aceite de soja en bruto (-35%). Eso fue clave para explicar el resultado general. Desde Abeceb interpretan que los productores se sentaron sobre la producción “a la espera de mayor rentabilidad”. Inversamente, aquellos que más aumentaron fueron trigo y morcajo; oro para uso no monetario; aceites crudos de petróleo; carne bovina congelada y porotos de soja excluidos para siembra.

https://twitter.com/mapolo1978/status/945746028153786369

A la vez, las importaciones que más crecieron en noviembre (respecto de igual mes del año anterior) fueron automóviles para el transporte de personas; teléfonos -incluidos los celulares-; combustibles minerales; motores y generadores eléctricos, grupos electrógenos y sus partes; vehículos automóviles para el transporte de mercancías; máquinas automáticas para tratamiento o procesamiento de datos; minerales metalíferos, escorias y cenizas y motocicletas y velocípedos. Las que más cayeron, los vagones de trenes.

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