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Los motivos de la caída de la pobreza en el primer semestre

La pobreza bajó 1,7 puntos contra la medición anterior y alcanzó el 28,6%

29 septiembre de 2017

El Indec anunció ayer que la pobreza cayó al 28,6% durante el primer semestre (1,7 puntos menos que el semestre anterior) y alcanzó el menor guarismo de la era Macri, que lo ubica en niveles cercanos a los de finales de 2015. Así, alrededor de 12 millones de argentinos continúan siendo pobres, pero durante el último año se recuperó la mayor parte del millón y medio de personas que, según las estimaciones, habían caído en la pobreza durante la primera parte del Gobierno de Cambiemos. Contra la primera medición del organismo tras el cambio de gestión (segundo trimestre de 2016), la reducción llegó a los 3,6 puntos. Sin embargo, el resultado positivo no se repitió en el caso de la indigencia, que subió 0,1 punto respecto de la segunda mitad del año pasado.

“Es una gran noticia, que nos muestra cómo impactan en la sociedad la recuperación de la gran mayoría de los indicadores económicos y de empleo. La pobreza continúa su tendencia decreciente”, expresaron dentro del Ministerio de Economía, aunque reconocieron que “todavía es un número alto”, más aún cuando el Presidente puso “Pobreza Cero" como uno de sus tres pilares fundamentales de Gobierno. Además, afirmaron que “estamos en los niveles alcanzados entre 2011 y 2012, según los centros de estudios privados que se basaron en los valores de inflación no oficiales de ese momento”.

Causas

En diálogo con este medio, el economista de la UCA, Federico González Rouco, señaló que el resultado se debe “principalmente a la suba del salario real, ya que en el último año, los salarios crecieron por encima de la Canasta Básica. También a la recuperación de la producción en todos los sectores. Según la última medición del Indec, la desigualdad de la distribución del ingreso se mantuvo constante, por lo que la recuperación económica impacta positivamente en la pobreza”.

En Hacienda coincidieron con el diagnóstico y plantearon que hubo “un aumento promedio salarial del 4,8% en julio respecto de junio y los salarios acumulan un crecimiento del 18% en los primeros siete meses del año, superando la inflación registrada durante el período”.

Pero, ¿por qué no ocurrió lo mismo con la indigencia? Schteingart planteó que “la parte inferior de la pirámide de ingresos (el decil 1, el 10% más pobre) es el que más ha sido perjudicado en los últimos meses, y sus ingresos son los que menos se recomponen. Por el contrario, los deciles 2 y 3 (más cercanos a la línea de pobreza y por encima de la de indigencia) mejoraron más que la media de los deciles. La consecuencia es que hay una mayor heterogeneidad al interior de la población pobre: los pobres extremos profundizan su condición de escasez, en tanto que los que están justo por debajo de la línea de pobreza mejoran su situación”.

Rouco ofreció otra lectura: “Un factor importante es que el esquema de movilidad de la AUH (clave para contener la indigencia) se recompuso en septiembre y no entró en esta medición. Este retraso puede hacer que esa mejora se sienta recién en el segundo semestre”. Pero también consideró que “el resto de las políticas sociales (AUH para monotributistas, asignaciones familiares, seguro de desempleo) fueron a ampliar la cobertura de la gente que no está en la indigencia, sino en la pobreza no indigente”.

“Es una gran noticia, que nos muestra cómo impactan en la sociedad la recuperación de la gran mayoría de los indicadores económicos y de empleo. La pobreza continúa su tendencia decreciente”, expresaron dentro del Ministerio de Economía

Además, el analista de la UCA tiene una mirada positiva ya que “estamos comparando con el 2T del año pasado, que siempre es el mejor en términos de pobreza porque hay menos inflación por estacionalidad, más tasa de empleo e impactan las paritarias. Entonces, comparar el primer semestre contra el 2T está dando cierta ventaja porque tenés un trimestre bueno y uno malo contra uno bueno”.

Las sectores más vulnerables

La pobreza sigue afectando más a la niñez (42,6%) pero Rouco destacó que “en los dos principales grupos donde cae la pobreza es en los menores de 14 años (-4,8 puntos) y en los mayores de 65 (-1,8). Y ahí es donde pega la AUH para hijos de monotributistas y la Pensión Universal para Adultos Mayores. Muestra el impacto directo de políticas sociales”.

Sin embargo, la consultora LCG, que también resaltó ese avance, marcó que “esta baja se conjuga con una suba de la proporción de menores indigentes, que subió de 9,4% a 10,6% respecto a un año atrás. Así, hay menos chicos en situación de pobreza, pero los que todavía lo siguen siendo son aún más pobres”

Por su parte, Schteingart planteó que “el dato preocupante es que, a pesar de la recuperación económica, las brechas de pobreza e indigencia (que muestran la “profundidad de la pobreza”) empeoraron entre el 2ºS de 2016 y el 1ºS de 2017. La de indigencia pasó del 40,1% al 41,7%, en tanto que la de pobreza pasó del 37% al 37,7%. Dicho de otro modo, aumenta la cantidad de dinero (descontada la inflación) necesaria para erradicar la pobreza y la indigencia”.

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