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La economía no será neutral en octubre

Las encuestas sobre intención de voto coinciden en que Cambiemos obtendrá en octubre un mejor resultado que en agosto

27 septiembre de 2017

Por Juan Radonjic

Las encuestas sobre intención de voto coinciden en que Cambiemos obtendrá en octubre un mejor resultado que en agosto. Es lo que siempre pensaron los estrategas electorales del oficialismo, y ahora lo están ratificando los sondeos.

Hay factores políticos que influyen, como la mayor polarización que suele haber en las generales con relación a las primarias y la mayor participación electoral. Pero la economía también será importante porque predominan las expectativas favorables en ese ámbito, y una regla en todas las elecciones  es que las sociedades optimistas sobre su futuro tienden a votar por los candidatos oficialistas. Por lo tanto, parte del crédito del crecimiento electoral de Cambiemos corresponderá a la economía. Hay dos lecturas sobre la realidad y lo que vendrá después de octubre. Para el oficialismo la situación está mejorando y lo hará cada vez más mientras que el kirchnerismo sostiene que la situación es negativa y que luego de las elecciones será aún peor porque vendrá un gran ajuste que el Gobierno procura ocultar. Hoy son mayoría los que comparten la visión del Gobierno.  Según la última encuesta de la consultora OPSM (que dirige Enrique Zuleta Puceiro), el 62,7% considera que la situación del país va a mejorar mientras que en agosto el porcentaje alcanzaba a 54,7%.  Y en ese punto juegan fuerte las expectativas porque los datos económicos no han variado sustancialmente, pero buena parte de la sociedad cree que pueden hacerlo y que la tendencia es positiva tanto en materia de actividad como reducción de la tasa de inflación. Por ejemplo, la creación de puestos de trabajo es mínima y constituye un punto débil del Gobierno, pero el temor a perder el empleo bajó considerablemente desde el 36% en agosto a 30,9% en la última medición de OPSM.

A su vez, el triunfo de Cambiemos en las primarias también generó un mayor optimismo entre los sectores de ingresos más altos, lo cual tuvo consecuencias económicas.  Existe, también, una convicción extendida de que no hay posibilidades de crisis o descontrol de las variables económicas. Durante este año, muchos análisis sostenían que la economía sería neutral desde el punto de vista electoral porque el Gobierno había hecho poco para sumar nuevos votantes, pero tampoco cometió errores que motivasen un masivo voto castigo o una pérdida de apoyo por parte de los que lo habían acompañado en 2015. Los resultados económicos eran compatibles con la retención del tercio de los votos que Mauricio Macri obtuvo en la primera vuelta de las presidenciales de 2015 y eso fue lo que ocurrió en agosto.

Pero ahora el oficialismo tendría un mejor desempeño que en las primarias porque la economía dejaría de ser neutral para convertirse en un punto favorable para los candidatos del Gobierno. En la campaña para las primarias, el Gobierno habló menos de economía que ahora, mientras que fue el punto central del discurso de la oposición. Luego de las PASO, Cristina Kirchner pretendió introducir otros temas como la concentración de poder y el debilitamiento del Estado de Derecho.  Y en este momento es el oficialismo el que pretende que los ciudadanos vayan a votar en octubre teniendo en cuenta la economía.

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