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“Hay que darle garantías a las provincias”

Entrevista con el Ministro de Economía de Córdoba Osvaldo Giordano

31 marzo de 2017

Osvaldo Giordano Ministro de Economía de Córdoba

En la discusión de hacia dónde dirigir la reforma tributaria que el Gobierno Nacional anunció que impulsará el año próximo junto con las provincias, una de las voces más escuchadas entre las administraciones provinciales es la del ministro de Economía de Córdoba y socio de IDESA, Osvaldo Giordano. Perjudicada su provincia en el reparto de fondos durante el kirchnerismo, el funcionario cordobés viene bregando hace años por la inclusión de algún impuesto de recaudación provincial que dote a las jurisdicciones de mayor autonomía y que al mismo tiempo, reemplace Ingresos Brutos, un tributo considerado “distorsivo” por todos.

Todos coinciden en que Ingresos Brutos es un impuesto “distorsivo”, pero desde las provincias advierten sobre la dificultad de eliminarlo sin incluir un reemplazo dada la importancia que tiene el tributo sobre la recaudación.

Los ingresos propios de Córdoba representan casi la mitad del presupuesto total y de eso, Ingresos Brutos es más o menos el 70%, con lo cual es un impuesto importante, no es marginal dentro de la estructura de financiamiento. En ese marco, creo que nadie defiende el impuesto, que tiene una serie de efectos negativos. Pero el tema es que no es posible reformarlo solo. Puede ser reformado siempre que sea dentro de una modificación integral que incluya la revisión de otros impuestos. Que una provincia decida cambiarlo por otro es muy difícil.

¿Se puede modificar parcialmente o una reforma tributaria ideal debería eliminar por completo el impuesto?

Creo que hay que eliminarlo, pero hay distintas alternativas. En definitiva, es un impuesto indirecto al consumo, por lo tanto debería ser reformado junto con el IVA, que también lo es, y buscar alguna forma de integración entre ambos. Si es el mismo contribuyente que paga los dos impuestos, que no tenga los dos si no solo uno.

¿Cuál es la solución?

No es que tengamos una idea predeterminada. Todas tienen pros y contras. Una alternativa, tal vez la menos drástica, sería transformar Ingresos Brutos en un impuesto a las ventas. Es decir, que afecte solo a la etapa final, como sucede en Estados Unidos. El problema de eso es que Ingresos Brutos es relativamente fácil de recaudar porque agarrás mejor las distintas etapas ?sobre todo las primeras, que son más concentradas?, mientras que el impuesto a las ventas es en la última etapa, la más desconcentrada, y por lo tanto es más difícil controlarlo y hay más riesgos de evasión. La otra alternativa sería directamente intentar algún tipo de fusión con el IVA, que tiene varias ventajas, como la simplificación. El contribuyente pagaría un solo impuesto y no dos, y ahí hay un par de variantes. Una es pensar un IVA provincial. Que dentro del IVA haya dos impuestos, uno nacional y otro provincial. Hay muy pocas experiencias en el mundo y no son contundentemente buenas. La otra, más simple pero que también tiene sus inconvenientes, es lo que se llama IVA mochila; es decir, aumentar la alícuota y que haya un solo IVA, solo que una parte sea nacional y vaya al régimen de coparticipación, mientras que otra se iría a un fondo de distribución directa a las provincias de acuerdo al valor agregado de cada una de ellas o algún otro criterio. Es menos compleja que el IVA provincial pero habría que ponerse de acuerdo en cuál sería la alícuota, cómo se distribuiría entre las jurisdicciones y se corre el riesgo de quitarle autonomía a los distritos. Habrá que darle garantías a las provincias de que no perderán autonomía. Tal vez, una alternativa sea darle la administración de otros impuestos.

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