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Pereyra dio su aval mientras que la CGT mostró reparos

11 enero de 2017

El presidente Mauricio Macri sostuvo ayer que el acuerdo anunciado para la explotación de petróleo en Vaca Muerta significará una “verdadera revolución del trabajo”, pero no todos los sindicalistas lo interpretaron de la misma manera. Luego de que se dieran a conocer las nuevas disposiciones, que apuntan a aumentar la productividad de la cuenca neuquina e implican la resignación de algunos beneficios por parte de los trabajadores, los líderes de la CGT reclamaron que “no se tome como ejemplo” para el resto de las actividades. El dirigente petrolero Guillermo Pereyra, por otra parte, se anticipó a las críticas y aseguró que “no implica una flexibilización laboral”.

Pereyra, que participó del acuerdo en calidad de secretario general del Sindicato del Petróleo y Gas Privado de Río Negro, Neuquén y La Pampa, afirmó que el reglamento de trabajo establecido para Vaca Muerta no vulnera los derechos de los trabajadores sino que, por el contrario, “crea condiciones para que vengan inversiones”.

“Cuando dicen flexibilización laboral, nada que ver. Esto es un convenio que será beneficioso para los trabajadores, porque ahora vamos a tener un reglamento de trabajo que antes no teníamos, y por supuesto también para las empresas”, dijo el también senador nacional por el Movimiento Popular Neuquino (MPN).

El dirigente petrolero explicó que la idea del convenio nació de una charla con el Presidente “cuatro o cinco meses atrás”, cuando Pereyra mencionó que se avecinaban despidos en el sector y decidieron buscar soluciones para recuperar el trabajo.

El debate tiene lugar en un escenario complejo, signado por la intención del Gobierno de avanzar en una serie de temas sensibles para los trabajadores: pasantías, reducción de cargas patronales, flexibilización de los mecanismos de entrada y salida al mercado laboral y aumento de la productividad vía reforma de los convenios colectivos. En este marco, los tres secretarios generales que conducen la CGT, se mostraron en estado de alerta.

Héctor Daer admitió que el acuerdo petrolero “adecua” las condiciones laborales a la realidad del mercado del petróleo no convencional, pero pidió que “no se extrapole al resto de las actividades”. “El Gobierno va a querer ponerlo como ejemplo, pero no es el mejor ejemplo. Es una relación empresarios- sindicatos que se va a adecuar a la realidad. Si se recupera el valor del petróleo, se recuperará el valor del salario”, señaló.

Por su parte, el dirigente marítimo Juan Carlos Schmid consideró que “los problemas de la economía y de ganar competitividad no están en los convenios colectivos” sino “en otras áreas de la economía” y que revisar esos acuerdos implica “empezar al revés”.

Los sindicalistas no dejaron pasar tampoco los dichos del secretario de Empleo, Miguel Angel Ponte, que dijo esta semana que “la posibilidad de entrada y salida del mundo laboral es una esencia del sistema laboral, como lo es en el organismo humano comer y descansar”.

“Algunos funcionarios de este Gobierno parecen no comprender la situación de crisis por la que atraviesa hoy nuestro país ?continuó Schmid?. No es sólo una torpeza sino además una falta de sensibilidad para con la clase trabajadora, con los argentinos que en el día a día tienen que pelear contra la inflación, el desempleo y los despidos”.

Carlos Acuña también se manifestó, y sostuvo que los planes del Gobierno que se presentan como un intento de generar más puestos de trabajo “lo que harán es precarizar el empleo y generar apertura para que los que ingresen reemplacen a los que tienen trabajo estable y con convenio colectivo”. El estacionero aseguró que “esta película ya la vimos”. “Es el neoliberalismo en marcha”, lanzó.

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