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La inflación superó el 40%

11 enero de 2017

Por Mariano Cúparo Ortiz

El IPC CABA de diciembre publicado ayer dio 1,2% para la inflación general mensual, lo que pone a los incrementos de precios nuevamente en la senda de la desinflación, tras el brote que mostraron con sus aceleraciones de octubre y noviembre de la mano de la reinstauración del tarifazo al gas. La mirada comparativa anual con el pasado reciente, sin embargo, no es tan halagüeña: 2016 totalizó una inflación de 41%, la más alta desde que CABA mide la inflación; es decir, desde 2012. Así, perdió en la comparación con 2014, el otro año de depreciación cambiaria y ajuste tarifario, cuando había dado una inflación de 38%. Para el futuro, los analistas prevén que la lucha antiinflacionaria, lejos de ser un éxito garantizado, sigue siendo un tema.

Año inflacionario

Precisamente la inflación del 2016, el gran problema que motorizó una pérdida del salario real de los trabajadores registrados de 6,1%, lo que provocó la profunda merma del consumo, lo que llevó a la economía a un cantado -2,5% en el nivel de actividad, fue peor que la del 2015, que había dado 26,9% e incluso peor que el 38% que se había registrado en 2014. Para el Gobierno, la inflación medida por CABA es la oficial para el cálculo del total del año, ya que el Indec sufrió el conocido apagón estadístico de principios de gestión.

Según el IPC Congreso, también publicado ayer, con un diciembre que dio 1,6%, la inflación acumulada de 2016 dio 40,3% y fue la más elevada de los últimos 14 años (es decir, desde 2002). El lunes la inflación de los trabajadores, que publica el Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET), había dado 40,9% para la totalidad del año y fue anunciada por el IET como la peor desde 1991 (es decir, de los últimos 25 años).

Más comparaciones

Aun así, el dato de la núcleo publicado ayer por CABA, que marcó una inflación de 1,3%, lo que la llevó a ser la más baja del año, da señales de que la desinflación es al menos por ahora, y en la comparación con un primer semestre con aceleraciones masivas, un hecho. Esto pone sobre el foco a la actuación del BCRA y de su política monetaria, que mitigó el efecto del pass-through, que históricamente golpeó con dureza al país cada vez que se realizó una correción del tipo de cambio. También logró mitigar el impacto de los tarifazos sobre el resto de los precios. En ese sentido, tal como hizo la consultora Invecq, se puede comparar con lo ocurrido en 2014, cuando hubo una devaluación de 31% y una suba de precios regulados de 54%. El 2016, con una devaluación de 60% y una suba de regulados de 87%, tuvo una diferencia de apenas tres puntos con el 2014, según el IPC CABA.

Si bien algunos analistas remarcan que eso se dio en plena recesión, lo cierto es que las caídas de la actividad en 2014 y 2016 fueron similares y en torno a -2,5%. Para el IET una diferencia clave entre ambos períodos fue que el 2014 la inflación del decil más alto y la del más bajo fueron idénticas, mientras que en 2016 la del más bajo fue 45,6% y la del más alto 38,1%.

El partido sigue

Para hablar de inflación, la mirada sobre el futuro es clave. El Gobierno pretende llegar a una de 5% para cuando termine su mandato en 2019 y, antes, en 2017 pretende lograr una de entre 12% y 17%. Hacia septiembre, cuando la desinflación se venía dando de forma sostenida, el entonces ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, llegó a decir que la inflación ya no era un tema. La vuelta del tarifazo, que disparó nuevamente las aceleraciones de precios durante octubre y noviembre, pareció contradecirlo. Ahora las buenas nuevas no enceguecen a los especialistas, que todavía consideran que la lucha antiinflacionaria tendrá muchos obstáculos que sortear en los próximos tiempos.

De hecho, tal como resaltó Miguel Kiguel en un reciente informe, nuevos incrementos de tarifas reguladas asoman a la vuelta de la esquina (naftas, electricidad, gas, peajes, parquímetros y prepagas en los primeros meses del año, justo antes de las paritarias), lo que presiona fuerte sobre las necesidades de que el BCRA discipline las expectativas sobre el resto de los precios, por la vía de una tasa de interés de política monetaria contractiva. “Una tarea nada fácil aunque no imposible”, reseñaba Kiguel.

También la cuestión del déficit fiscal es para muchos analistas una piedra en el zapato para las aspiraciones de desinflación del Gobierno. Para Gabriel Caamaño Gómez, director socio de Consultora Ledesma, “está demasiado claro que todos los caminos conducen a la creciente inconsistencia dinámica entre el frente monetario y el frente fiscal. Para que sea sustentable la desinflación, sostiene, es necesario avanzar sobre el déficit fiscal.

Buen diciembre

El 1,2% registrado por la general del IPC CABA, junto con el 1,3% de la núcleo, no dejan de ser buenas noticias sobre fines del año pasado. Sobre todo teniendo en cuenta que los alimentos presentaron una variación mínima de 0,3%: un desempeño destacable. Los estacionales no ayudaron, por el comienzo de la temporada de vacaciones, que llevó a los restaurantes y hoteles a acelerar 3% y a recreación y cultura 2,3%. Los regulados dieron 1%.

Otro dato publicado ayer fue el IPC Córdoba de diciembre, que se aceleró respecto a noviembre y dio 1,8%, con una núcleo de 1,4%. Ambos, la núcleo y la general de la capital mediterránea, vienen mostrando cierta volatilidad. Los alimentos dieron 1,3%.

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