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Prat-Gay no piensa irse del Ministerio

21 diciembre de 2016

Alfonso Prat-Gay, históricamente señalado como un cuerpo extraño en el mundo PRO y como alguien que no es del riñón que acompaña a Mauricio Macri desde que se lanzó a la política con la caótica llegada del Siglo XXI, dicen los rumores, estaría pensando en dejar su cargo como ministro de Hacienda y Finanzas Públicas. La gota ya rebalsó el vaso.

Los trascendidos argumentan que se siente demasiado supervisado, que no tiene la confianza de la mesa chica (en rigor, se lo ve poco en las famosas reuniones de coordinación que preside el Presidente y no participó en las últimas reuniones para destrabar la minicrisis), que no es escuchado (por ejemplo, propuso el famoso acuerdo social en enero, y recién se empezó a desempolvar hace poco) y, dada la organización ministerial que ideó el Presidente sin un superministro a la vieja usanza, no tiene el control del tablero como él quisiera, algo que sabía de antemano cuando asumió.

¿Enemigos internos?

Asimismo, en Balcarce 50 no todos simpatizan con su performance. Se le adjudica la paternidad de la derrota oficial en el affaire del Impuesto a las Ganancias porque fue él, explican, el que diseñó un proyecto tibio que luego naufragó en la Cámara Baja.

También observan que el flanco fiscal, cada vez más criticado desde el exterior y por la ortodoxia vernácula, es su responsabilidad, aunque muchas de las decisiones que explican el creciente déficit fiscal no fueron tomadas por él. Asimismo, se le cuestionan algunas designaciones internas, como la del santafesino Gustavo Marconato como secretario de Hacienda, que fuera presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda durante el primer mandato del kirchnerismo.

Sin embargo, cerca del economista niegan los rumores sobre sus deseos de otear nuevos horizontes, como una embajada o algún cargo fuera del país. “Son puras operaciones. Alfonso tiene la confianza de Mauricio”, agrega, tajante, un colaborador próximo. No se irá a ningún lado, aseguran, aunque reconoce que la relación con figuras de peso del mundo PRO, como Marcos Peña, está lejos de ser ideal. Macri, además, es conocido por tener gabinetes estables: piensa mucho sus decisiones (Prat- Gay fue elegido luego de un minucioso scouting entre los interesados) y no suele echar a nadie ni usarlos de fusibles, aun cuando hay problemas (caso Juan José Aranguren con el tarifas- gate) o con la recesión, en el caso de Prat-Gay, que se extendió más allá de lo estipulado.

Asimismo, cerca del ministro relativizan las críticas que caen sobre su figura y explican que las diferencias que hay sobre la política económica (por ejemplo, el nivel de la tasa de interés, que para el ministro es demasiado elevado) son típicas en cualquier país y la sangre no llega hasta el río. “Con Federico Sturzenegger almuerzan cada quince días y está todo bien”, dicen.

Curiosamente, las dos medidas usualmente más destacadas por todos los oficialistas (la salida no traumática del cepo allá por diciembre de 2015 y el arreglo, con quita incluida, del default en abril del 2016) fueron supervisadas y coordinadas por el propio Prat- Gay. Algo similar ocurre con el blanqueo, cuyas cifras finales serían asombrosas, dicen en el mercado. ¿Será envidia entonces? Sea como fuera, y pese a sus detractores, Prat-Gay parece tener recorrido en su cargo.

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