Tras un año de novedades a partir de la eliminación de las retenciones y los cupos para la exportación, la ganadería volvió a mostrar signos de recuperación, sobre todo en materia de producción, uno de los factores en los que necesitaba repuntar para ganar competitividad. En ese sentido, las noticias son positivas, ya que según un informe elaborado por la Bolsa de Comercio de Rosario, en lo que va de 2016 el stock ya alcanzó las 53 millones de cabezas, lo cual significa un incremento de casi seis millones de cabezas “desde el peor momento de la última década”.
“El deterioro fue de tal magnitud que una importante recuperación en los precios y la relativa mejor competitividad respecto de los planteos agrícolas permitió comenzar un proceso de retención de vientres, teniendo a la cría como uno de los grandes ganadores”, señalaron los analistas Carina Frattini y Raúl Milano en referencia al método que emplean los productores en la actualidad para lograr animales más pesados destinados a abastecer el consumo interno y el mercado internacional. Asimismo, destacaron la importancia de la caída en la cotización de la soja en Chicago, lo cual ayudó a que más empresas se decidieran a utilizar hectáreas marginales de sus campos para dar lugar a la actividad ganadera una vez más. “Hoy, en cada ruta nacional, provincial o comunal es nuevamente posible ver la presencia de algunos lotes de vacas”, relataron los expertos.
Lo cierto es que si bien el segmento de los feedlots mantiene aún buenos márgenes, el negocio actual pasa por la cría, debido a los valores que se manejan para la compra y venta. “El engorde fue cambiando aceleradamente del formato tradicional de pasturas y se concentró fuertemente en los sistemas de confinamiento con una alta concentración territorial”, explicó el estudio.
Las desventajas pasan, primordialmente, por el importante descenso en el consumo, que este año acumuló un retroceso de más del 7%. La causa, sin dudas, es la inflación, pero también el abaratamiento de las carnes sustitutas, que le ganaron a los cortes tradicionales. “Estamos finalizando el último bimestre de 2016 con una oferta abultada de hacienda para una demanda endeble, resultado de la ausencia de dinero en el bolsillo. Siquiera la cercanía de las fiestas motorizó incrementos importantes de precios. El gordo languidece en una caída casi estructural de la demanda ayudada por la aparición de la carne aviar y el cerdo”, resumió la BCR.
Las perspectivas
El informe estimó para el sector “un 2017 de amesetamiento hasta que aparezca la exportación, el único segmento que puede darle nuevamente aire a los precios y recomponer rentabilidades en la cadena”. Es que aunque se sabe que la ganadería es uno de los rubros más promisorios del agro, hace falta más tiempo para obtener los novillos pesados que demanda el exterior. Por eso, para la entidad rosarina “recién en 2018 comenzará un flujo más tonificado resultado del ciclo biológico propio del animal”.
Paralelamente, según datos del consorcio ABC, las exportaciones mostraron variaciones intermensuales negativas entre octubre y septiembre, tanto en toneladas exportadas como en precios, que se redujeron en torno al 5% y 4%, respectivamente. De todas maneras, en la comparación interanual las variables reflejaron avances, con un octubre que acumuló una suba cercana al 10% en volúmenes y al 14% en valores despachados. Así, la performance en ventas externas promedió un precio FOB que subió el 4,2% hasta la fecha.
