El viaje que el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, y su equipo realizaron el mes pasado comenzó a dar sus frutos. Es que diez días después de una extensa misión comercial en Rusia, finalmente la cartera logró que Argentina recuperara las ventas de harina de soja a ese país, que se encontraban suspendidas desde febrero a causa de ciertas discrepancias en la certificación de productos de origen transgénico.
La confirmación llegó el martes por la tarde, cuando el presidente del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimenaria (Senasa), Jorge Dillon, firmó con su par ruso, Sergey Dankvert, un convenio mediante el cual las partes acordaron las condiciones para la exportación de harina y pellets de oleaginosa nacional a Rusia, como así también a Armenia, Bielorrusia, Kazajistán y Kirguistán, los demás países que integran la Unión Económica Euroasiática. El protocolo describe, además, la forma en la que el organismo documentará cada embarque, así como también los registros que deberán efectuar las empresas que comercializarán los productos.
Mercado esencial
El año pasado, Argentina le vendió a la Federación un total de 85.000 toneladas de harina y pellets de soja, un número que confirma el peso que tiene ese mercado para el sector agroexportador. “Cabe aclarar que las estadísticas nacionales no reflejan la realidad del comercio, ya que los volúmenes exportados a este destino de estos productos por nuestro país son mucho más elevados porque gran parte de los embarques se triangulan a través de los puertos europeos”, explicó Agroindustria.
Si bien las negociaciones se iniciaron hace ya varios meses, el conflicto por los métodos de control comenzó a ver soluciones recién en octubre, en el marco de la gira oficial. Ahora, la medida está incorporada al Acta de la XII Comisión Intergubernamental Argentino-Rusa para la Cooperación Económica, Comercial y Científico-Tecnológica, que sesionó en Buenos Aires el martes y miércoles de esta semana.
Paralelamente, se lleva a cabo la reunión de la Comisión Mixta Argentina-Rusa, donde los equipos técnicos siguen en campaña para lograr el acceso de otros productos argentinos tales como semen y embriones bovinos, ganado en pie para reproducción, harina de carne, hueso y sangre y abejas reinas. La iniciativa forma parte de un plan integral del Gobierno Nacional, que apunta a fortalecer e incrementar el comercio exterior.
“A través de este acuerdo hemos recuperado un mercado tradicional de Argentina, que demanda más de un millón de toneladas para la alimentación de sus animales”, expresó Dillon.
Buryaile, por su parte, celebró el logro y aseguró que “esto demuestra que estamos transitando el camino correcto, al impulsar políticamente las negociaciones técnicas que nos permiten recuperar la confianza de nuestros socios comerciales y resolver los problemas que enfrentan nuestros productos en los mercados internacionales”.
