Restan pocas semanas para el inicio de la campaña sojera 2016/17, que llega con importantes modificaciones en relación a los ciclos previos. Es que después de la eliminación de las retenciones, la quita de los Registros de Operaciones para la Exportación (ROEs) y la apertura del tipo de cambio, la actividad agrícola dio un salto que ya se ve reflejado en la liquidación de divisas, con un incremento del 17% interanual. En ese sentido, los analistas coinciden en que en esta oportunidad la oleaginosa le cederá terreno al maíz, trigo y girasol, que cuentan con condiciones óptimas a la hora de pensar en negocios.
Los números
Para la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante el nuevo ciclo se sembrarán 19.600.000 hectáreas con soja, lo que representa un ajuste del 2,5%. De concretarse, el área se ubicaría por debajo del promedio de las cinco campañas previas, con 500.000 hectáreas menos que 2015/16.
“La brecha podría acortarse dependiendo del impacto que genere el anuncio de reintegro equivalente al 5% del precio FOB a partir del 2017 para productores de las provincias comprendidas dentro del Plan Belgrano (regiones NOA y NEA)”, explicó la entidad al referirse al anuncio de la semana pasada, en el que el presidente Macri confirmó la postergación de la rebaja de retenciones excepto para las zonas alejadas de los puertos. “Debido al escaso tiempo transcurrido, es difícil evaluar de forma objetiva el efecto de esta medida en las regiones beneficiadas que, por otra parte, ubican la ventana óptima de siembra de soja a finales año”, agregó en su informe de pre campaña.
La Bolsa de Comercio de Rosario, por su parte, fue un poco más lejos y fijó el retroceso en el 3%, por lo que pronosticó 600.000 hectáreas menos.
El avance del maíz, trigo y girasol, claramente, tiene mucho que ver. De hecho, para el primero se espera una suba del 27% en relación a la campaña anterior, y los dirigentes lo calificaron como el “cultivo estrella” en cuanto al comercio internacional. En cuanto al trigo, no se anticiparon importantes cambios, por lo que se mantiene en 4,6 millones de hectáreas, con un alza del 18% en relación a 2015/16.
Sucede que el productor optará esta vez por la rotación, sobre todo para ganar mayor sustentabilidad en los suelos tras años de una fuerte “sojización”. En esa línea, ambas entidades coincidieron en que las bajas se darán en diferentes regiones de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, y en menor medida en zonas de la provincia de Buenos Aires. “Más allá de algunas dudas, el escenario es favorable en campos que podrían reincorporarse a la actividad agrícola en esta temporada, dado que se vuelve a tomar un rumbo expansionista”, sostuvo la BCR.
Por su parte, la Bolsa porteña subrayó que “pese a la reducción de su superficie, el cultivo de soja jugará un rol muy importante en la recuperación del área destinada a la implantación”.
“Durante las últimas campañas hemos registrado un incremento en el número de lotes sin sembrar en zonas menos competitivas, ya sea por elevados costos de producción, limitaciones ambientales o como resultado de la combinación de ambos factores”, recordó, al tiempo que aclaró que la situación podría normalizarse si las condiciones climáticas lo permiten, algo que parecería dado por hecho ya que los climatólogos prevén una Niña leve o Neutra, lo cual no implicaría un riesgo mayor durante la ventana de siembra, aunque sí podrían registrarse deficiencias hídricas durante las etapas reproductivas del cultivo en algunos sectores del área agrícola nacional.
