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Lectura económica de una foto política

09 septiembre de 2016

Hasta ahora, el Gobierno tuvo un activo no menor a su favor: “la calle” estuvo relativamente tranquila y los compañeros de las unidades básicas estuvieron suturando heridas. Para el Gobierno, eso fue clave para instrumentar su proceso de reformas: le dio márgenes más amplios y supuso menos resistencias. Ahora, ese “changüí” parece estar terminando: “la calle” empieza a poblarse y el peronismo empieza la lenta tarea de renovarse.

Eso, dice un informe de Hernán Hirsch (FyE Consult), tendrá consecuencias económicas. “Este escenario le impone al Gobierno el dilema entre ceder a las presiones existentes, y convalidar incrementos salariales y otros beneficios sociales, con riesgo de suba de la relación precios- salarios y/o costos fiscales adicionales y, por otro lado, no ceder a tales presiones, buscando preservar el reordenamiento macroeconómico logrado en el año, en particular, la reciente estabilidad de precios alcanzada”. Según Hirsch, Macri elegirá lo primero, “aun cuando ello implique un paro general”.

“Con el Gobierno hoy priorizando la contención de las demandas salariales por (?) creemos que la autoridad monetaria mantendrá el sesgo de política contractivo, priorizando el objetivo inflacionario a costa de demorar la recuperación económica; las tasas de interés de Lebac se mantendrán en niveles reales positivos (3,5/4% o más) y la dinámica de apreciación real cambiaria, con dólar cuasiplanchado, se mantendrá en el corto plazo”.

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