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La economía brasileña genera expectativas en nuestro país

Luego del juicio político y con mejores perspectivas economicas, Argentina mira con entusiasmo a su vecino.

02 septiembre de 2016

Al promediar el tercer trimestre la economía brasileña parece estar mostrando, aunque muy lentamente, una relativa mejoría en sus principales indicadores, lo que habilita a pensar en que ya se estaría tocando fondo y ahora sólo harbría que esperar un rebote. Según los analistas en Brasil ya se están viendo los primeros brotes verdes a nivel de actividad, con una desaceleración del ritmo de caída del PIB, la baja de unos puntos en la inflación, una recuperación?aunque tenue pero recuperación al fin? de la demanda en el mercado local y la movilización de algunas inversiones

que estaban paralizadas.

Este momento particular de la economía brasileña confluye con el cambio de clima político en el vecino país tras la destitución de Dilma Rousseff y la confirmación de Michel Temer como el hombre que completará el mandato presidencial hasta 2018, algo que los mercados ya descontaban pero que ahora, en el nuevo escenario político despeja dudas para los tomadores de decisiones

económicas.

Si bien tanto Argentina como Brasil atraviesan un proceso recesivo ?mucho más profundo y prolongado en Brasil? no obstante, el cambio político y económico que atraviesan ambos países es auspicioso en términos de políticas más amigables con los mercados, el clima inversor, la responsabilidad en materia fiscal y la apertura comercial hacia terceros mercados.

El ex embajador argentino en Brasil, Juan Pablo Lohlé, considera que “en la macroeconomía de Argentina y Brasil hoy hay más coindencia porque los dos países tienen que reducir el déficit fiscal, que es muy grande, los dos tienen que reducir la inflación, abrir mercados en el exterior y los dos están esperando inversiones externas. En ese sentido, hay una agenda bastante parecida”, apunta.

Consultado sobre las diferencias de escala entre las dos mayores economías de Sudamérica, que muchas veces resultan ser una traba para el desarrollo de la relación bilateral, Lohlé asegura que la escala “puede ser un escollo si uno lo mira en forma genérica pero no lo es si se miran los sectores”. Al respecto, recomienda hacer acuerdos especializados al estilo del que esstá vigente para la industria automotriz. Para el diplomático, algunos de los sectores conpotencial para lograr una armonización en la política de intercambio son papel y cartón, petroquímica, en calzados (de hecho rige un acuerdo sectorial) y además, en todas las industrias de altísima sofisticación.

Oportunidades 

Si bien las mayores esperanzas argentinas en la relación bilateral con Brasil se relacionan con el camino que puede abrirse a las exportaciones, es claro que de hay una serie de variables macroeconómicas de cuyo desempeño en Brasil dependen las chances de recuperación en la Argentina.

Por un lado, está la cuestión cambiaria. Tras una fuerte devaluación en los últimos meses de 2015, el real tuvo una gran revaluación ?superior al 30%?de modo que los productos argentinos han ganado competitividad por vía cambiaria con el vecino país. El real llegó a valer casi 4,20 por dólar, y se ubica en torno a 3,20 reales por billete verde. Essto se refleja, en parte, en los últimos datos

de la balanza comercial. Según números oficiales en agosto, el superávit comercial fue de US$ 4.140 millones, el mejor agosto desde 2006, y en el acumulado de los primeros ocho meses del año registró US$ 32.370 millones, el mejor período desde 1989.

Entre todos los países de la región, Brasil es el único con el que la economía argentina, aquejada por el incremento de costos de producción por el proceso inflacionario, la presión tributaria récord y los costos salariales, mantiene una relación de competitividad. El problema en todo caso es que la demanda brasileña está muy débil y su industria genera crecientes saldos exportables.

Pero despejando el frente político y con la recesión brasileña “tocando fondo en estos meses”, tal cual aseguran la mayor parte de los analistas, la recuperación de la economía seguramente será un atractivo para el ingreso de capitales del exterior. Esto profundizará la fortaleza del real y abrirá nuevo espacio para las exportaciones argentinas al vecino país.

“La economía de Brasil estaría tocando fondo, sobre todo en algunos sectores industriales, la inflación está más o menos controlada y algunos sectores industriales empiezan a mostrar una mejor. De todos modos, todavía hay que esperar algunos meses más para ver números positivos”, explica Lohlé.

En cuanto a la inflación se espera que los próximos meses tienda a ubicarse por debajo del 8% anual, después de haber tocado niveles cercanos al 15%. También se estaría recuperando cierto

dinamismo de las inversiones pero el tema de fondo parece estar en el nivel de tasas de interés, que todavía se ubica por encima del 14%, un nivel muy elevado en términos reales.

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