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Lebac, Badlar o CER: ¿Por cuál conviene apostar?

El año ha tenido distintos protagonistas estelares y los inversores que han podido armar un portafolio diversificado y efectuado pequeños ajustes durante el año, han tenido un rédito mayor a los que apostaron todo a ganador a un solo activo.

16 agosto de 2016

por Matías Daghero (*)

Existe un fuerte debate en este momento entre los analistas respecto a en qué conviene invertir el dinero. Es que el debate se ha ampliado más allá de la decisión de invertir en pesos o en dólares, para incluir a las distintas alternativas existentes dentro de las tasas en pesos: tasa fija (Lebac), tasa Badlar o tasa fija con ajuste por CER. Analicemos los fundamentals de cada una de ellas.

Por el lado de aquellos que sostienen la tasa fija en pesos que ofrecen las Lebacs, se defiende la idea de que las mismas otorgan hoy una tasa real positiva elevada (cercana al 5% en términos anuales) y que en las próximas semanas el BCRA podría comenzar a efectuar fuertes recortes en las mismas. Con el buen dato de inflación conocido el día viernes pasado (con una inflación del 2% en julio), la presión desde Hacienda y Finanzas Públicas podría comenzar a hacerse sentir para que la tasa sea llevada a niveles más normales y coherentes con la búsqueda de la reactivación que permita salir a la economía de la profunda recesión de los últimos tiempos. Esto, incluso, podría en los próximos meses hacer que la curva vuelva a normalizarse y que las colocaciones a mayor plazo rindan más que las de corto plazo. Para quienes se sientan a gusto con esta inversión, comenzar a estirar el plazo de colocación de las Lebacs puede resultar aconsejable para no quedarse atrapado en tasas bajas una vez que el BCRA pueda terminar de enderezar la curva. En este sentido, pasar a licitar en el tramo medio de las Lebac (entre 119 y 147 días) en lugar de a 35 días aparece como una decisión que puede dar su rédito en el futuro.

Por otra parte, la inversión en bonos que paguen tasa Badlar resulta atractiva para aquellos que ven que pueda darse una reducción en el spread entre ésta y la tasa de las Lebac. Sin embargo, la apuesta por este escenario no resulta muy evidente en este momento y sólo estaría siendo recomendable la inversión en este tipo de instrumentos para nuevas emisiones (participando en el mercado primario) que tengan como condición del pago de sus intereses a la tasa Badlar más un spread que luego suele reducirse en el mercado secundario (caso de letras provinciales o deudas corporativas). Si miramos a los que fueron la estrella en el mes de julio, los bonos que ajustan por CER, podemos notar que han tenido una corrección en los últimos días luego de que se conociera la caída que está teniendo la inflación en las últimas semanas (hay incluso índices que dan a la inflación de las últimas cuatro semanas por debajo del 1%). Sin embargo, el principal atractivo de estos bonos para los inversores es que, invirtiendo en ellos, se pueden garantizar un retorno real positivo (una vez que los índices del Indec vuelven a reflejar la realidad). Aquí siempre resulta importante tener presente el efecto de las fluctuaciones en el capital que se pueden tener durante el horizonte de inversión.

¿Y el dólar?

Párrafo aparte merece la última de las tasas que ha sido un poco olvidada en este 2016: la tasa de devaluación. Luego de ser la estrella durante años, la inversión en dólares ha quedado en un segundo plano. Incluso hubo momentos en los que hasta resultó aconsejable efectuar estrategias en contra del dólar (como la venta de futuros).

Actualmente, siguen existiendo mayor cantidad de drivers que indican que el dólar permanecería estable o con leve tendencia a la baja (como el blanqueo). En el horizonte, lo que se observa como drivers de una posible suba del dólar provienen desde el análisis internacional y un posible fortalecimiento del dólar en el mundo fruto de la tan dilatada suba de tasas por parte de la Reserva Federal.

Como se podrá observar, el año ha tenido distintos protagonistas estelares: las tasas de Lebac a principio de año, luego la recuperación del dólar en junio y la suba de los bonos que ajustan por CER en julio. Más que nunca este año aquellos inversores que han podido armar un portafolio diversificado y efectuado pequeños ajustes a lo largo del año han tenido un rédito mayor a quiénes apostaron todo a ganador a un solo activo.

(*) Asesor financiero

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