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¿Vuelve a convenir hacer un dólar sintético?

04 julio de 2016

por Matías Daghero (Autor de “Con los $ que tengo, ¿qué hago?)

Luego de una larga siesta, en el mes de junio el dólar despertó y experimentó una suba mayor al 6,5%, un rendimiento similar al de casi tres meses de estar parado en Lebac. Entre los motivos por los cuales se puede explicar este nuevo salto se puede citar al atraso cambiario debido a la elevada inflación del primer semestre, la reducción de las tasas de las Lebac y una menor oferta genuina de dólares al estar finalizando el trimestre de oro de las exportaciones agropecuarias. Pero si debemos reducir el análisis a una sola causa, claramente el Brexit y su impacto en el mundo con un fortalecimiento del dólar y debilitamiento de las monedas emergentes (con el peso mexicano como uno de los grandes exponentes de esto) se llevan la primera plana. Es que sí, Argentina vuelve a estar vinculada a los ciclos globales y siente sus impactos. ¿O se aprovechó el río revuelto internacional para llevar el dólar a un valor más razonable y esperando que esto no impacte en el índice de inflación con una segunda ronda de aumentos? Es que supuestamente los precios ya tenían incorporada una suba del dólar hasta los valores de $16, sin que hayan bajado posteriormente, pero ya conocemos como es la inflexibilidad de los precios a la baja en Argentina.

Esta suba experimentada por el dólar hizo que el mismo vuelva a aparecer en el radar de todos los inversores. Sin embargo, se observa una predilección de los inversores por no extenderse en el plazo de inversión. El bono más negociado en el mes de junio resultó ser el Bonar 2017 (AA17, cuyo vencimiento opera en abril de 2017) por un importe que casi iguala a la suma del segundo (AY24) y el tercero (DICA). Claramente los inversores están buscando asegurar una rentabilidad en el corto plazo, más allá de las diferencias de rendimiento y promesas de ganancias de capital que los bonos más largos prometen. Lo mismo podría decirse también del crecimiento volumen que están experimentando las licitaciones de las Letras del Tesoro (Letes), también una inversión de corto plazo.

A su vez, si miramos la curva de rendimientos de Rofex continúa observándose una tasa implícita de devaluación que se va reduciendo desde 28% para agosto 2016 hasta sólo un 21% anualizado para mayo 2017.

Una alternativa de inversión que vuelve a aparecer en este contexto es el ya conocido “dólar sintético”. El mismo consiste en la compra de una Lebac (que otorga una tasa elevada en pesos) y calzar la misma con la compra de dólar futuro al vencimiento, para de esta forma asegurar una tasa en dólares. Si observamos el tramo más largo de las Lebac, el rendimiento que esta operación está otorgando en estos momentos son los siguientes:

Como se podrá observar, los mismos más que duplican el rendimiento actual del AA17 y son claramente superiores a los de las Letes. El riesgo que debe tener presente el inversor en estos casos es que deberá cubrir las diferencias diarias que se produzcan. Para los inversores que crean que ya llegó el momento de volver a posicionarse en dólares, el dólar sintético es una interesante herramienta.

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