El Economista - 70 años
Versión digital

vie 19 Abr

BUE 25°C

Los inversores no deben temerle a la Reserva Federal

Los mercados accionarios de Estados Unidos continuarán siendo una inversión atractiva, a pesar de los cambios que puede haber en la política monetaria.

29 julio de 2016

por Dolores Ugarte

En el mercado internacional no hubo sorpresas con la postura adoptada por la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) en su encuentro más reciente. La entidad mantuvo la tasa de interés en 0,25 y 0,50% pero advirtió que los riesgos económicos se han reducido, dando paso a las especulaciones sobre un aumento de los tipos en el mes de septiembre.

La máxima entidad monetaria estadounidense endureció su discurso al manifestar que no ve mayores complicaciones financieras en el panorama a corto plazo. ¿Cuáles son las probabilidades de que tenga lugar una suba de tasas próximamente? Y ¿qué deben hacer los inversores para estar protegidos en cualquier caso?

Los indicadores macroeconómicos en los Estados Unidos son sólidos

Los datos económicos de la economía más importante del mundo arrojaron señales positivas para cierre de junio. Durante ese mes, se generaron 287.000 puestos de trabajo, dejando la tasa de desempleo en 4,9%. Por otro lado, el consumo ha crecido notablemente a pesar de que los gastos de expansión corporativos continúan siendo modestos.

No obstante, la inflación continúa por debajo de las metas de la Fed a largo plazo en torno a 2%, debido en parte a la contribución de los bajos precios de la energía, una tendencia que podría mantenerse así durante un tiempo. De hecho, las previsiones de la entidad sobre la evolución de los precios se mantienen sin cambios y solo superarán el objetivo en el medio plazo.

Gracias a la política laxa de la autoridad monetaria, entre otros factores, los principales índices en la Bolsa de los Estados Unidos han alcanzado máximos históricos.

Sin embargo, dentro de la Reserva Federal hay opiniones encontradas, ya que la presidenta de la Fed, de Kansas, Esther George, votó en contra de mantener las tasas sin variaciones y manifestó que prefería subirlas en 25 puntos básicos.

Algunos analistas sugieren que en las condiciones actuales, con elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina y ante la posibilidad de que Donald Trump asuma el mando y se instale en la Casa Blanca, no existe más del 40% de probabilidades de que la Fed incremente las tasas en septiembre o en lo absoluto este año.

En contraste, otros consideran que el organismo subirá los tipos este año al menos una vez, posiblemente en diciembre, debido a que esperar hasta esa fecha permite evaluar los resultados de las elecciones y con ello dilucidar la política más conveniente para 2017 y a partir de entonces.

En esa línea, no hay que olvidar que con los datos macroeconómicos sobre la mesa, la economía podría soportar un aumento de tasas. En breve se conocerá la evolución del PIB en el segundo trimestre de 2016 y se estima un crecimiento superior al 2,5%.

En vista de que para la reunión de junio, los miembros del FOMC (Comité Federal del Mercado Abierto) no hicieron ninguna revisión de las estimaciones económicas, las previsiones de tasa de desempleo se mantuvieron en torno al 4,7%. Al mismo tiempo, situaron el nivel de inflación para finales de año en 1,4%. Para los tipos de interés, prevén que al cierre de este ejercicio se ubicarán en el 0,9%, como para la anterior reunión.

De cumplirse las predicciones, la Fed podría subir los tipos dos veces más y para ello, tendría que tomar la decisión en septiembre y diciembre, justo antes y después de las elecciones.

Qué hacer para prever una suba de tasas

De acuerdo con declaraciones de John Bailer, Senior Portfolio Manager de Boston Company AM, “ los inversores no deberían tener miedo a las subas de los tipos por parte de la Reserva Federal. En el contexto de la mejora de la perspectiva económica, éstas serán positivas para la Bolsa.”

Por el momento, no queda más que estar atentos a la próxima reunión de septiembre para saber qué sucederá exactamente. Durante la espera, los inversores pueden cubrirse con alternativas financieras que pueden andar bien independientemente del contexto.

En primer lugar, se encuentran los bonos que ajustan por tasa variable. En un contexto de suba de tasas, el cupón de interés que pagan estos títulos acompaña el alza del costo del dinero. El ahorrista que se enfoque en el cobro de una renta fija, más allá de la valorización en el precio, verá con buenos ojos estas opciones.

Además, con estos papeles se puede obtener un flujo periódico de ingresos crecientes que incrementan el volumen de rendimiento de la cartera, incluso cuando ésta se encuentra bajo asedio desde otros frentes.

Por otro lado, figuran las acciones que pagan altas tasas de dividendos. Comprar papeles de empresas que cuentan con una política de distribución de utilidades amigable para el accionista siempre es una buena decisión.

La clave en este caso es posicionarse en instrumentos que pagan altos dividendos blindados de los vaivenes económicos, característica que también es afín a los bonos. Con esto el ahorrista se asegura tener un ingreso significativo en momentos en los que la renta variable en general puede sufrir.

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés