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“Los inversores están muy preocupados por el rojo fiscal”

Entrevista a Guillermo Nielsen, Economista.

01 julio de 2016

En diálogo con El Economista, Nielsen habla de los principales temas que hoy ocupan la agenda global y nacional: Brexit, el segundo semestre, la delicada situación fiscal, el impacto del blanqueo que acaba de aprobar el Congreso y el incipiente acercamiento de los distintos sectores del PJ. “Sabemos poco del PRO gestionando a nivel nacional pero, si había un ala liberal, perdió la batalla. Acá la batalla la ganó un ala desarrollista e intervencionista en la economía que, además, tiene un mal diagnóstico”, dice Nielsen.

¿Ya se digirió el shock del Brexit o, como dice George Soros, se abrieron las compuertas de una crisis similar a la de Lehman Brothers?

Yo destaco de lo que pasó en estos días el rol del presidente del Banco de Inglaterra, Mark Carney. El viernes a primera hora anunció líneas de liquidez por 250.000 millones de libras esterlinas. Con la dificultad que significa darle una paridad a la libra en estos días, estamos hablando como algo así del 70% del PIB de Argentina para tener un orden de magnitudes. Eso es lo primero que hay que destacar. Carney es un caso muy extraño. Sin dudas, es el mejor presidente de bancos centrales del mundo. Fue previamente presidente del Banco Central de Canadá y los ingleses, en vista de cómo piloteó Canadá la crisis de Lehman, lo contrataron. Esto es lo más importante, es decir, cómo la crisis no se profundizó. Además no lo hizo porque es muy difícil conceptualizar el Brexit. Es tan multidimensional, hay tantas cosas que están incluidas en la posible salida, unas que conocemos y otras que no. Se van a ir descubriendo. Es muy difícil verlo con claridad. Los que han visto el impacto más claramente son los bancos que están buscándole la vuelta a eso. Se vuelve a algo que se intentó hacer muchas veces, que es que Frankfurt sea el centro financiero de Europa. Yo tengo mis dudas. Los ingleses tienen una ventaja muy grande en cuanto a la mentalidad que es necesaria para ser banqueros internacionales.

Entonces se puede tomar como escenario base que, por la acción de Carney, se estabilizó la caída?

Totalmente. Después se irá viendo. Además es una cosa extraña lo que pasó. Se votó la salida, pero no hay ningún líder que se la ponga al hombro. Los antieuropeístas, en el espectro político inglés, tienen muy poca envergadura. Esto fue, desde mi punto de vista, una rebelión de la gente, que está harta de la burocracia y normativa de la Unión Europea (UE). Mucho más hartos están los ingleses, que son más liberales. En Europa continental la mentalidad es más dirigista y socialista. En Francia, hasta los liberales son socialistas. Entonces, realmente era lógico que si le daban la oportunidad de patear el penal a los ingleses, iban a convertir el gol.

¿Esta cierta estabilización en los mercados, que es frágil por cierto, minimiza el impacto que en su momento advirtieron algunos consultores sobre Argentina?

Sí, mirá la salida de Salta y Arcor. Era impensable eso hace unos días. Todos pensamos que íbamos a tener vacaciones del mercado de capitales por un tiempo. Fue tan fuerte la respuesta del Banco de Inglaterra que rápidamente se neutralizó.

Estamos ya oficialmente en el segundo semestre. ¿Cuán distinto va a ser este semestre del primero y en qué variables?

Yo veo un segundo semestre mediocre en cuanto a crecimiento por varias razones. Veo que va a haber una disminución de la inflación, que igual va a ser excesivamente alta e impropia de un país que se plantea volver a crecer. Me parece que está muy jugado este segundo semestre. No veo un segundo semestre de crecimiento e, incluso, me parece que puede haber una contracción ligeramente más profunda que en la primera parte del año pues la base de comparación es alta porque fueron los meses previos a las elecciones de 2015.

La inflación va a bajar a los niveles típicos del kirchnerismo que, en promedio, fueron del 25%. Sin embargo, en su Programa Monetario, el BCRA proyecta una inflación entre 12% y 17% para 2017. ¿Cree que después de esta estabilización, luego de un semestre muy anormal por el ajuste de tarifas y el tipo de cambio, se va a poder bajar de ese piso de 25% que arrastramos hace casi una década?

Hay que ver si se cumple lo que ya anunció Juan José Aranguren en cuanto a que completaría en noviembre el ajuste de la tarifa eléctrica. Yo tengo la impresión de que el Gobierno no va a completar el ajuste de tarifas. Está pensando más en las elecciones del año que viene que en sanear la economía.

Además de esta reticencia que señalaba a completar el ajuste tarifario, varios colegas tuyos detectan un giro keynesiano, por ponerle algún mote, cuya nave nodriza es el programa de “reparación histórica” hacia los jubilados y se percibe en un gasto público que se empieza a mover a un ritmo casi electoral. ¿Cómo lo ve usted?

No le pondría esa etiqueta, y no la comparto. Creo que estamos con un exceso de déficit fiscal, un nivel de inflación muy alto e inmersos en un infierno tributario. No coincido para nada en este diagnóstico.

Por ese rojo fiscal que no se cierre, ¿hay posibilidades de que los mercados le empiecen a dar la espalda Argentina?

En mis diálogos con la comunidad inversora, es llamativo cómo el primer tema que se pone sobre el tapete es la persistencia del déficit fiscal porque todos ven ese número y todos ven la inacción del Gobierno en atacar ese déficit. Al Gobierno le hace falta una tarea de picar piedras. Ir línea por línea y ver bien cómo se está gastando. Obviamente, en comparación con 2015, el rendimiento del gasto en obra pública es 20%-25% más alto porque no me imagino la continuidad de la corrupción en los niveles que vimos los últimos años. La comunidad inversora está haciendo un viraje lento, pero un viraje al fin: Argentina sigue siendo un lugar muy mirado, pero también está la incógnita del gasto público excesivo.

El Gobierno estuvo hiperactivo desde el 10-D. Cepo, holdouts, retenciones y más?Sin embargo, la economía, como se dice en la jerga, no pegó la vuelta. ¿Qué falló en el diagnóstico oficial?

Tuvieron una visión muy ingenua y no creyeron que la cosa era tan grave como es. Me parece que estuvieron con medias tintas y creo que esto es lo que lo llevó a fallar en lo fiscal. Sabemos poco del PRO gestionando a nivel nacional, pero si había un ala liberal efectivamente perdió la batalla. Acá la batalla la ganó un ala desarrollista e intervencionista en la economía que, además, tiene un mal diagnóstico. No terminan de ver el infierno tributario que es Argentina. Para salir, el país necesita bajar impuestos y no se puede evitar ese camino. Estamos sin ajuste por inflación y sin modificaciones de la cuarta categoría. Es todo tan distorsivo que le hace un daño enorme a la economía y es imposible salir si esto no se modifica.

Varios economistas plantean que el blanqueo puede ser un driver de crecimiento en el segundo semestre. ¿Coincide?

El blanqueo tiene un componente que le da una perspectiva favorable que proviene del cambio normativo mundial sobre el manejo de fondos en negro. Desde afuera nos viene algo que ayuda a que el blanqueo sea exitoso. Cuánto se va a blanquear no está claro y hay infinidad de renglones que no son fáciles de ponderar. Vos pensá que en el segmento ABC1 que tiene fondos afuera hay gente con dos pasaportes. Si bien pueden ser sujetos tributarios en Argentina, a los efectos de los depósitos o de la compra de propiedades en el exterior, pueden estar registrados como italianos o españoles. La otra cuestión es que se reduce el margen de maniobra para dinero en negro pero no se elimina. Sigue habiendo posibilidades y el problema cuál es la magnitud de fondos que querés mantener en negro. Si son US$ 800.000, están en problemas. Si son US$ 10 millones hay soluciones.

Hablaba de cierta tónica electoralista que empieza a tener la política económica, pero también se empiezan a mover las placas tectónicas del universo opositor. Me refiero al incipiente deshielo en el peronismo. ¿Cómo ve esos movimientos y cree que puede confluir el PJ en 2017?

Es posible que haya una alianza panperonista, aunque aún es muy temprano. Los únicos excluidos de la alianza van a ser el cristinismo duro y La Cámpora, pero el resto del peronismo está, hasta donde lo veo yo, en diálogo permanente buscando el motor de su existencia que es el volver al poder.

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