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La inflación, el termómetro

Qué dijeron los columnistas políticos durante el fin de semana.

25 julio de 2016

Julio Blanck, “Pronóstico inestable para el clima social”, Clarín.

“Macri es el activo político más importante del Gobierno. Que haya salido a ponerlo sobre el escenario muestra que el malestar social acumulado por la inflación y las tarifas es más delicado de lo que las palabras oficiales admiten (?)

“En términos políticos el mayor desafío de Macri, y de algún modo de toda la sociedad, es que un gobierno no peronista, que inició su mandato sin mayorías parlamentarias, pueda completar una gestión, con sus logros y sus deudas, y someterse luego al libre escrutinio electoral. Esto, que resulta un hecho natural en países organizados bajo la forma democrática, para la Argentina y los argentinos supone un esfuerzo difícil de afrontar y un objetivo que nunca fue sencillo alcanzar.

“En la tarea de sosegar el clima social, el Gobierno trabaja a la vez en dos frentes.

“Por un lado están la asistencia directa y los planes de ayuda, heredados del ciclo kirchnerista y sostenidos como un puente inevitable hasta llegar a épocas de menos penuria. En un país con 14 millones de pobres, en un nivel superior al 30%, la ayuda social intensiva puede ser para el macrismo, más que una convicción ideológica, una necesidad política impostergable (?)

“El otro frente bajo constante atención del Gobierno es el mundo sindical, que expresa los intereses y necesidades de los trabajadores en blanco, casi privilegiados ?obsérvese lo increíble del término? en una economía que todavía tiene a un tercio de su fuerza laboral sumergida en la informalidad y la desprotección. “El punto de referencia aquí son las tres CGT en franco proceso de reunificación, con fecha fijada para el 22 de agosto (?)

“Los jefes sindicales parecen más dispuestos a decir cosas fuertes contra el Gobierno que a concretarlas. Pero eso es hoy. Con los muchachos, mañana nunca se sabe”.

Mario Wainfeld, “De mal en peor”, Página 12.

“De mal en peor” es muy buen título para el documento de las dos CGT, que se presentará en agosto. Su mayor virtud es ser diáfano: no deja resquicio a duda. Alude inequívocamente a la trayectoria del gobierno de Mauricio Macri, que no habilita balances transigentes, medias palabras o subterfugios. La CGT que lidera el camionero Hugo Moyano y la encabezada por el metalúrgico Antonio Caló preparan la “unidad” y le marcan tiempos al Presidente (?)

“Con sus virtudes y defectos, la dirigencia cegetista lee el panorama y entiende que se acabó el período de gracia de Macri (para varios fue luna de miel). Que sonó la hora de aglutinarse, de defender derechos y conquistas. Representar tiene sus privilegios y también sus deberes, aún para los más desaprensivos (?) “La sociedad civil argentina, siempre chúcara y dispuesta a la acción directa, se expresa cotidianamente frente a un gobierno que satisface solo a una sola clase: aquella de la que provienen casi todos sus cuadros de gestión.

“La entropía del Frente para la Victoria y la mansedumbre de la oposición parlamentaria (con la sensible excepción de la izquierda) le dan oxígeno político al oficialismo en su momento más peliagudo desde diciembre. La inflación no ceja, hasta el amistoso Fondo Monetario Internacional anuncia recesión. El blanqueo, la oportunidad para que “todos dejemos de escondernos”, es la ilusión que ayuda al gobierno a pensar que algo florecerá en la primavera. El invierno cuesta pasarlo, como en los gloriosos tiempos de otro ingeniero, Alvaro Alsogaray”.

Jorge Fernández Díaz, “Lo que está en juego en la Argentina”, La Nación.

“Uno de los principales colaboradores de Macri suele recurrir a Jonathan Swift para alegorizar la estrategia de Cambiemos: la economía era ese Gulliver exhausto que se desvanece en la arena y a quien liliputienses le aplican cientos de ataduras porque lo presienten peligroso. “Para liberar al noble gigante, nosotros fuimos cortando una a una las cuerdas que lo mantenían prisionero e inerte”, explica. Ahora, Gulliver, levántate y anda. Pero el gigante está entumecido y tarda en despertarse: verlo caminar de nuevo parece un milagro, sobre todo si depende de una lluvia de inversiones que los megamillonarios del mundo tienen en suspenso, no por la política exterior de Macri, sino por nuestra pésima reputación acumulada. Nadie sabe con certeza si esta Administración logrará verdaderamente sacarnos de la emergencia; sí, en cambio, es claro que si no lo hace el partido de Perón conseguirá el cometido de eternizarse. Esto vuelve mucho más exigente la performance del oficialismo, y las demandas críticas que debemos formularle: no está en cuestión el destino de los macristas ni la felicidad de los radicales, que a muchos ciudadanos los tiene sin cuidado, sino la chance de que se inicie un inédito ciclo virtuoso. Si el republicanismo se asienta y reduce las desigualdades, es posible tener un peronismo republicano. El peronismo sólo copia el éxito. Alfonsín logró que experimentara su primera y única elección interna, y el proyecto de Cafiero y de Bordón propiciaba un modelo institucional y político acorde con ese juego: por eso, para muchos peronistas, ambos traicionaban el ideario del Movimiento”.

Mauricio Maronna, “Una pelea en la que nadie gana”, La Capital.

“La relación entre macrismo y socialismo nació malherida como consecuencia del estrés postraumático de los comicios que le dieron la victoria a Lifschitz sobre el PRO por una diferencia mínima, tras una saga de acusaciones interminables. Continuó con la comedia de enredos en que se transformó el capítulo santafesino de la fuga de los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci. Se extendió con una batería de críticas de funcionarios del Frente Progresista a las medidas económicas. Y explotó ahora (?)

“A primera vista, los cortocircuitos no caen nada bien entre los santafesinos. Según una encuesta reservada que da vueltas por los despachos de la Gobernación, el 88 por ciento de los consultados quiere que ambos Estados trabajen juntos. El 64 por ciento de todo el universo también prefiere que las autoridades provinciales defiendan los intereses de Santa Fe.

“En el socialismo también son conscientes de que Macri los subió al ring y le dio visibilidad a Lifschitz. En el partido de la rosa sobran ganas de continuar una pelea dialéctica. “No somos ni PRO ni K. Es injusto que el presidente diga que no hicimos nada contra el kirchnerismo. Hermes Binner denunció al Gobierno ante la Corte por la coparticipación, en pleno mandato de Cristina”, recuerda Antonio Bonfatti, con ganas de cruzar adjetivos y guantes. Pero el que tiene que gobernar, y convivir, es Lifschitz (?)

El punto más ruidoso de la guerra de los roces se produce en momentos en que el radicalismo debe definir su integración institucional a Cambiemos, en un encuentro que podría tener como protagonista al propio presidente. Una situación incómoda para no pocos radicales (?)

“Al fin, el segundo semestre aterrizó en Santa Fe sin lluvia de dólares, pero cargado de tormentas políticas”.

Carlos Sachetto, “Las razones de Macri para lucir optimista”, La Voz del Interior de Córdoba.

“La calma que se advierte entre los funcionarios políticos de la Casa Rosada contrasta con los vaticinios de fuertes tormentas sociales que se escuchan en buena parte de la oposición. El eje de la controversia no es otro que la economía, con los dos puntos más polémicos que muestra la actualidad: la inflación y el tarifazo. Ambos ocupan el centro de la preocupación oficial, aunque allí lo consideran un problema transitorio. “La inflación está a la baja, a un ritmo más lento que el que deseamos, pero comenzó la desaceleración”, se entusiasma el Gobierno (?)

“Por lo pronto, además de aquellos temas centrales como la inflación y el conflicto de las tarifas, las expectativas oficiales están centradas en el blanqueo de capitales. El Gobierno espera que como mínimo ingresen a las arcas del Estado entre 15 y 20 mil millones de dólares.

“La cifra se desprende de un cálculo generalizado que indica que los dólares argentinos que están en el exterior o fuera del circuito blanco oscilan entre 200 y 400 mil millones. Si el blanqueo es finalmente exitoso, las deudas con los jubilados quedarán saldadas y ese es un punto que políticamente siempre da ganancias.

“Esta, junto a las inversiones extranjeras, es de las mayores apuestas que arriesga Macri para transformar los réditos económicos en políticos. El Presidente siente que por ahora tiene amplios márgenes de maniobra porque observa que el peronismo todavía tiene por delante un largo período de recomposición tras la hegemonía kirchnerista”.

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