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Hillary cerró una Convención muy sólida

Nunca se habló tanto de un candidato y de sus condiciones para ocupar el cargo de Presidente.

29 julio de 2016

Finalmente habló Hillary Clinton. Luego de cuatro días en los que muchos hablaron sobre ella y pidieron que la votaran, llegó su turno. Y su mensaje apuntó hacia el futuro, a entusiasmar a los votantes. Fue presentada por su hija Chelsea que probablemente cumpla con muchas de las tareas que habitualmente desarrollan las primeras damas. Cerró una de las mejores convenciones de las que se tenga memoria con su discurso de aceptación de su candidatura.

En los días previos, todos se alinearon detrás de la misma estrategia y cada uno lo hizo con el libreto que le tocó interpretar. Barack Obama hizo el mayor apoyo que un presidente haya hecho en los últimos años por el candidato de su partido y criticó duramente a Donald Trump. Son gestos que no han sido habituales en la política estadounidense. El mensaje de Obama apuntó a presentar a Hillary como la persona más preparada para ser presidente que se haya presentado a una elección. Su experiencia frente a un Trump que nunca ocupó un cargo público fue constantemente resaltada. Casi todo el establishment demócrata desfiló por el escenario de Filadelfia para apoyarla. También hablaron muchos exponentes de la sociedad civil pero sin asumir representaciones corporativas porque los demócratas, desde hace muchos años, intentan no ser vistos como una sumatoria de distintos intereses sectoriales pero que carece de una visión integral.

A Bill Clinton le correspondió esta vez la tarea de presentar una visión más personal y menos política de Hillary. La imagen de una persona preocupada por los demás pero también muy ejecutiva y con capacidad para resolver problemas, estuvo presente en todos los discursos. En pocas convenciones en la Historia estadounidense se habló tanto del candidato y sus cualidades. Nada quedó librado al azar. También hablaron republicanos que sostuvieron que Trump no tiene nada que ver con los principios del partido.

A su turno, el autodefinido como independiente, Michael Bloomberg castigó duro a Trump. Tienen cosas en común porque ambos son megamillonarios de Nueva York pero también diferencias porque Bloomberg acredita experiencia política dado que fue doce años alcalde de Nueva York y su patrimonio tiene un cero más que el de Trump. Nadie mejor que él para cuestionar duramente muchos aspectos de la actividad empresaria del candidato republicano.

A su vez, el compañero de fórmula Tim Kaine tuvo una actuación sobria que es lo que se espera de un vicepresidente. Por otra parte, su designación no tiene como objetivo sumar votos sino aprovechar su experiencia de gobierno en Virginia y en el Senado. Es un candidato pensado para el día después más que para la campaña.

En los próximos días se sabrá el impacto que tuvo en los votantes la Convención Demócrata de Filadelfia cuando se conozcan las encuestas sobre intención de voto. Durante cuatro concentraron la atención pública y se hizo todo para que Hillary reasuma el liderazgo en los sondeos luego de cierta recuperación que mostró Trump. Sería sorprendente que no ocurra.

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