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La gobernabilidad y las planillas de Excel

Los que no entiendan la doble restricción a la que está expuesto Macri van a tener problemas en comprender el accionar de Balcarce 50.

16 junio de 2016

El Gobierno está aprendido por dos necesidades contrapuestas: la de “sincerar” la economía y recuperar los equilibrios macroeconómicos para volver a crecer y no caer en un nuevo cimbronazo, por un lado y, por el otro, la de cuidar la gobernabilidad, amortiguar el ajuste en los sectores más vulnerables y mantener niveles de aprobación razonables en un contexto de debilidad relativa (sin mayorías legislativas, con un PJ desempleado enfrente y con pocas gobernaciones alineadas). El Excel versus los votos.

So pena de enfrentar una crisis económica si descuida la primera necesidad (o una política si descuida la segunda), debe atender ambos frentes al mismo tiempo. los que no entiendan esta doble restricción van a tener problemas en comprender el accionar de Balcarce 50 (y la política en general).

Quienes se dedican a analizar la realidad deben entender este tironeo al que está expuesto el Gobierno para comprender sus movimientos pasados, presentes y, sobre todo, futuros toda vez que el escenario antes caracterizado se mantendrá, cuanto menos, hasta magnilas elecciones legislativas de 2017. Deben entender que el Gobierno distribuirá sus decisiones para atender ambos frentes. Para algunos, Cambiemos lucirá contradictorio. Lo cierto es que es pragmático (aunque eso no implique que será exitoso).

Sólo así se puede entender el modus operandi que ha elegido la Casa Rosada para recorrer el estrecho desfiladero antes descripto. Avanza, negocia y, luego, retrocede. Un ejemplo: hubieran preferido más ajustes en las tarifas para achicar la partida de subsidios, pero el horno no estaba para bollos: escuchó, negoció y puso un techo (sustancialmente) inferior.

Entonces, es posible que el Gobierno no avance tanto en el saneamiento macro (al menos en el corto plazo) ni consiga, como pretende, un cambio en el régimen económico y deba apelar a mecanismos de estímulos non sanctos y contrarios a su ideario económico, pero es posible (e incluso probable) que mantenga la gobernabilidad y sea competitivo electoralmente. Las encuestas, por el momento, así lo sugieren.

En la vida hay que elegir y en política, como en economía, hay trade-offs. Quizás la experiencia (inédita, por cierto) de un Gobierno no peronista ejerciendo el poder exitosamente por estas pampas haga más sustentable un proyecto de país serio y moderno, más allá de algunos inconsistencias temporales en “la macro”.

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