Un informe de coyuntura elaborado por el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina (Cifra), dependiente de la CTA de los Trabajadores, pone de manifiesto algunos de los argumentos por los que la central sindical considera imprescindible movilizarse hoy.
Según asegura el estudio realizado por Mariano Barrera, Mariana González y Pablo Manzanelli, durante el primer trimestre se evidenciaron múltiples consecuencias negativas de las políticas del gobierno de Cambiemos, como la caída de 12,1% en el poder adquisitivo y la consecuente retracción del consumo. Según la investigación, las políticas implementadas en los meses iniciales del gobierno de Mauricio Macri para resolver los desequilibrios “heredados” son, “desde su propia concepción, condición suficiente para reactivar la inversión y el crecimiento económico”. “Sin embargo ?agrega?, la recomposición de la rentabilidad no alcanza para impulsar la inversión en un escenario de caída de la demanda interna e internacional, las cuales influyen sobre la rentabilidad esperada. Así, en el marco de la crisis mundial, la política del nuevo gobierno deteriora los dos componentes de la demanda que dinamizaban el producto: el consumo privado y público”.
En este sentido, afirma que la fase recesiva se evidencia en varios aspectos, como en el deterioro del poder adquisitivo. Para evaluar este punto, los investigadores consideraron los salarios del sector privado de diciembre de 2015, dado que para la mayor parte de los trabajadores la remuneración estuvo congelada durante el primer trimestre del año (los acuerdos paritarios se suelen cerrar más tarde). Bajo estos supuestos, el informe advierte que los aumentos de precios tendieron a “erosionar” el poder adquisitivo del salario durante los primeros 4 meses del nuevo gobierno, evidenciándose en una caída de 12,1% entre noviembre de 2015 y marzo de 2016.
Respecto a la caída en el nivel de consumo, citaron datos de las ventas en supermercados y en comercios minoristas. “En cuanto a los supermercados, las ventas reales, deflactadas por el IPC 9 Provincias, muestran un estancamiento en diciembre y considerables caídas en enero y febrero: -2,6% y -4,7% respectivamente. Por su parte, las cantidades vendidas en comercios minoristas relevados por la CAME indican la misma tendencia. Es decir, una profunda contracción del consumo a partir de enero que fue empeorando hasta abril, cuando la caída en las ventas alcanzó al 6,6% interanual”, señala.
En línea con varios trabajos publicados por estos días, Cifra señala que la construcción fue una de las actividades que más sufrió el impacto de las políticas implementadas. Entre diciembre de 2015 y marzo de 2016 experimentó una caída de 22,7% en el nivel de actividad, de acuerdo con el índice Construya. Vincula este descenso con el freno de la obra pública y, en este sentido, apunta una caída de 21,8% interanual de los gastos de capital realizados por el Estado entre diciembre y febrero.
Respecto al comportamiento industrial, y de acuerdo con datos de la UIA, el estancamiento y caída en el nivel de actividad fue casi generalizado, a excepción del sector de alimentos (fundamentalmente la molienda de oleaginosas) y la industria química. Si se excluye a estos sectores, la contracción es de 3,4% interanual en el primer bimestre del año.
Por otro lado, la apertura comercial afectó la composición de importaciones. Según Cifra, se advierte un ascenso en las importaciones de vehículos finales (44%) y bienes de consumo (6%), y una fuerte caída de los insumos intermedios (-12%), combustibles y lubricantes (-16%), piezas y accesorios para bienes de capital (-2%), y bienes de capital (-1%).
