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¿Se puede exportar más allá del mercado brasileño?

Los expertos coinciden en que la estrategia debería ser la diversificación. Perú lleva ochenta meses consecutivos de crecimiento del PIB, otros mercados como Colombia y Chile no tienen barreras tan exigentes de entrada y México también debería estar en la agenda argentina.

26 mayo de 2016

por Florencia Barreiro

El nuevo canciller brasileño José Serra habló de “flexibilizar” el Mercosur en su visita a Argentina y reavivó entre los empresarios industriales la difícil situación que atraviesa el comercio regional del bloque. La demora en la recuperación del principal socio está generando serias preocupaciones en el sector automotriz y en todo el entramado industrial que tiene a Brasil entre sus principales mercados. ¿Es posible que los industriales piensen en exportar más allá de Brasil?

Dante Sica, de la consultora abeceb, cree que este puede ser uno de los peores años de las exportaciones industriales. Las colocaciones de las fábricas -excluidas las del complejo oleaginoso- cayeron en el primer trimestre 18,2%, según un informe de la Unión Industrial Argentina (UIA). Y el sector más afectado fue específicamente el de  Manufacturas de Origen Industrial (MOI) que se derrumbó en los primeros tres meses 22% sin poder dejar atrás una dinámica contractiva que se remonta a 2013.

En este cuadro negativo, el principal culpable es, sin dudas, Brasil, que absorbe más del 50% de los envíos locales. “Si se excluye el efecto Brasil las exportaciones argentinas estarían creciendo 8,4%, lo que significaría una recuperación marcada en relación a 2015”, asegura Marcelo Elizondo dela consultora DNI.

Ante este cuadro de situación, Elizondo afirma: “Argentina debería empezar a pensar en depender menos de Brasil porque, aún si se recupera, es probable que no vuelva a ser esa gran aspiradora de productos industriales locales”. El especialista cree que si bien el mercado del país vecino podría volver a crecer a mediados del 2017, la expansión no va a volver a ser tan marcada como en el último ciclo.

El último informe de la UIA destaca que Brasil es el principal destino de las exportaciones MOI argentinas: representó 45,9% en 2014, el 39,8% en 2015 y 36% en el primer trimestre de 2016. “La menor demanda externa por parte de este país condiciona la capacidad de recuperación de la industria nacional”, aseguran en la entidad. En lo que va del año, la industria de transformación brasileña se contrajo 11,1% interanual en medio de una crisis política y económica que todavía no tiene fecha de vencimiento. En particular, la industria automotriz brasileña fue una de las que  tuvo más problemas, con un retroceso de 28%.

Abrir mercados

Asimismo, la pregunta que preocupa a analistas y empresarios -sobre todo de las automotrices- es qué pasa si a cinco o diez años Brasil empieza a conceder preferencias a competidores y perdemos cierta exclusividad. Sica no cree que la flexibilización  implique tratados de libre comercio fuera del bloque sino que significaría más dinamismo en materia de negociaciones internacionales. “Algo que el bloque había  perdido por completo”, asegura. En este contexto, los expertos coinciden en que la estrategia de ahora en más debería ser la diversificación de los mercados. Este proceso no implica desestimar a Brasil, que es uno de nuestros socios naturales. Pero toda América latina aparece en un primer diseño de la apertura. “La industria tradicional argentina -sector automotriz, plásticos, farmacéuticos- tiene que empezar a pensar en la región ampliada”, explica Elizondo. “Y especialmente en aprovechar las oportunidades que muestran los países andinos”.

Perú lleva ochenta meses consecutivos de crecimiento del PIB y otros mercados como Colombia y Chile no tienen barreras tan exigentes de entrada. México también debería estar en la agenda argentina, aunque es necesario aumentar las negociaciones bilaterales para mejorar el escenario de intercambio.

También hay coincidencia en que las condiciones para pensar en una mayor y mejor inserción internacional están dadas: un tipo de cambio más o menos competitivo, acceso al financiamiento internacional y desaparición de varias de las restricciones que existían para la exportación.

“Yo creo que hay que tener una agenda más abierta y, además, tener una agenda consistente de mejora de competitividad”, explica Sica. “Si mejora la estructura  productiva y las condiciones de acceso a los mercados, la diversificación de los mercados llega sola”.

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