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“El precio del aceite para consumo local debería duplicarse”

Entrevista a Alberto Rodríguez, de CIARA.

30 mayo de 2016

 por Martín Slipczuk

Alberto Rodríguez, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (CIARA), dialogó con El Economista y reflexionó acerca de la situación del sector. “Desde el 2008 que tenemos un sistema de compensación interna, en el cual los exportadores compensan a los abastecedores. El aceite que está en las góndolas de los supermercados está prácticamente 90% más barato de lo que debería estar sin esta compensación privada”, explica.

¿Cómo se encuentra el sector aceitero y qué problemas enfrentan?

El 2015 continuamos con la misma tendencia de los últimos años, con un alto nivel de capacidad ociosa, superior al 30%, principalmente por la exportación de granos sin procesar. El otro tema que impactó, aunque menos, son los problemas en algunos mercados externos que siguen complicados. China, por ejemplo, es uno de nuestros clientes habituales y viene reduciendo sus compras de aceites, mientras aumenta su compra en materias primas. Además, el hecho de que el biodiésel tenga inconvenientes en términos de colocación en Europa por las trabas que imponen nos quita una fuente de demanda importante para nuestro aceite y eso también impacta.

¿Cómo analizan el comienzo de este 2016 y cómo esperan que termine el año?

El panorama lo vemos relativamente similar al 2015. Si bien teníamos una expectativa de que aumente la producción de soja, con todo el problema climático se ha visto afectada. Todavía no sabemos en qué proporción, pero hubo un gran impacto sobre el volumen de producción, aunque se vio compensado por la mejora en los precios. Es una situación que no ayuda en términos de aumentar el uso de la capacidad instalada, que es uno de los temas importantes. En cuanto a la liberación del cepo y la devaluación, le mejoró al productor, pero a nosotros nos aumentó el costo de nuestras materias primas. Igualmente, prefiero tener un tipo de cambio competitivo, porque el productor va a sembrar más y yo como productor aceitero me voy a beneficiar de esa mayor producción. Obviamente que las rebajas de los derechos de exportación en la soja ha sido un elemento importante, pero los cultivos competidores como el maíz han quedado en cero, cuando la soja todavía tiene 30% para el grano y 27% para los productos. Eso también es un problema de competencia entre cultivos. Pero, de todos modos ,vamos en el buen camino.

Pero, ¿no cree que el uso excesivo de la soja es controvertido y mantener sus retenciones es una buena forma de promover a los otros cultivos?

Sobre la soja puede haber discusiones, pero no creo que se discuta si la soja es buena o mala. Creo que equilibrar la soja con otro cultivo sería bueno y razonable. Sería positivo que el productor agropecuario tenga la posibilidad de hacer todos los cultivos y las rotaciones correctas porque eso significa mejorar la productividad de todo el sector.

¿Cuáles cree que deben ser los principales objetivos de la industria a futuro?

Obviamente que en la medida que podamos exportar más valor agregado siempre va a ser mejor. Pero la realidad es que hoy nos sobra aceite y harina sobre la demanda doméstica, por lo que tenés que salir a vender ese sobrante. También sucede que cuanto más valor agregás, más barreras tenés en el mundo. Cada vez hay más derechos de exportación y más exigencias sanitarias. Los otros países buscan que exportes materia prima para que ellos puedan generar el valor agregado dentro de sus fronteras.

El año pasado los trabajadores del sector realizaron una huelga de 25 días en reclamo de mejoras salariales. ¿Cómo afectó a la industria aquel paro y cómo se desarrollaron estas paritarias?

Hace muchos años que no veíamos una huelga por tiempo indeterminado, en ningún sector, tan larga como la nuestra. Ciertamente provocó un impacto para las empresas y para el país muy fuerte. Espero que ambas partes, tanto los obreros como nosotros, hayamos aprendido algunas cosas de esa lamentable experiencia y que no nos vuelva a pasar. Este año hemos cerrado una paritaria, más allá de que fue un número alto, sin conflicto, lo cual muestra que aparentemente algo hemos hecho mejor. Recordemos que un conflicto en este sector, que es uno de los principales ingresantes de divisas del país, no sólo impacta en las empresas, sino también en la economía nacional. Definitivamente nos gustaría no tener inflación y sentarnos a discutir productividad, pero hoy eso es prácticamente imposible porque una inflación tan alta tapa todo.

En los últimos años hubo épocas en los que hubo faltantes de aceite en los supermercados. ¿Por qué se dio y puede repetirse en el corto plazo?

Desde el 2008 que tenemos un sistema de compensación interna, en el cual los exportadores compensan a los abastecedores. El aceite que está en las góndolas de los supermercados está prácticamente 90% más barato de lo que debiera estar sin esta compensación privada. El precio en su momento era tan bajo que una parte se iba de contrabando a los países limítrofes y otra parte se iba a empresas que, en lugar de comprar el aceite a precios reales, iban y compraban a precio subsidiado en los supermercados. El precio debería duplicarse y es hacia lo que vamos porque este sistema de compensación se va a acabar en los próximos meses. Esto lo estamos hablando con el Gobierno y estamos caminando en esa dirección. Aceite en el mercado interno no falta: el problema es adecuar los precios de venta.

¿Cómo se imagina a futuro la producción aceitera nacional?

Si bien el mercado interno es muy pequeño en relación con nuestra producción, en términos mundiales la industria aceitera argentina es la más eficiente. El tamaño de plantas que nosotros tenemos no existe en ningún otro país, lo que nos da ventajas de economía de escala muy importantes. Nuestro principal problema es que estas grandes fábricas no las podemos aprovechar al máximo por nuestra gran capacidad ociosa. Además, tenemos que mejorar la logística, ya que la mayor parte de nuestra producción se traslada en camión, transporte que es carísimo para medias y largas distancias.

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