Mauricio Macri vetará hoy la ley de emergencia ocupacional y en ningún momento dudó en hacerlo pero hubiese preferido que el Congreso no la aprobase. Porque, según el razonamiento de Mauricio Macri, el veto pone en evidencia, frente a los potenciales inversores, que mantener las reglas de juego todavía depende de su decisión dado que buena parte de la dirigencia política y los legisladores actúan en sentido contrario.
También quedó claro que si la oposición se junta, le puede marcar la agenda desde el Congreso. Fue evidente el cambio que se produjo en el Gobierno luego de la media sanción de la ley antidespidos en el Senado. Desde ese momento abundaron las iniciativas destinadas a apuntalar el empleo y promover a las pymes y ningún funcionario volvió a hacer referencias sobre futuros aumentos de tarifas.
Además, las marchas y contramarchas en torno a la ley antidespidos dejaron secuelas en el Congreso. El problema no es el bloque del FpV porque en el Gobierno descuentan que rara vez estarán de acuerdo, sino con los otros sectores que lo acompañaron cuando se trató el pago de los holdouts pero que votaron a favor de la emergencia ocupacional. En el Frente Renovador va a haber poca predisposición en votar junto al bloque oficialista proyectos como el de la promoción de las pymes luego de las diferencias expuestas en el tema de los despidos. El proyecto del massismo es más ambicioso y costoso fiscalmente por lo cual requerirá una negociación ardua si el oficialismo quiere que su proyecto avance porque con los votos propios no le alcanza.
La decisión de Macri mereció críticas por parte de diversos referentes de la oposición. Para Margarita Stolbizer, Macri “comete errores de tipo político que podría evitar” y señaló que “son movidas equivocadas, no es bueno un veto de una medida laboral y social votada por el Congreso”.
