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Blanqueo: “Será pronto, amplio, caro y con afectación específica”

El Economista dialogó con Alberto Abad (AFIP)

24 mayo de 2016

“Pronto, caro, amplio y con afectación específica”. Esos serían los rasgos que según Alberto Abad, el titular de la AFIP, tendrá el blanqueo. Así se lo confirmó ayer a El Economista.

La idea es que no se demore su tratamiento y, por lo tanto, antes de fin de junio el proyecto del Poder Ejecutivo ingresará a la Cámara Baja del Congreso. En la AFIP entienden que el blanqueo debe ser caro dado que constituye una oportunidad porque será cada vez más difícil tener capitales no declarados, aunque todavía no está definida la tasa que se cobrará. Pero todo indica que, a diferencia de Chile, no habrá una tasa uniforme y se alentará la repatriación de capitales.

De todas maneras, esa posibilidad no entusiasma al Banco Central por cuanto un gran ingreso de dólares obligará a una mayor emisión de pesos que puede comprometer sus objetivos antiinflacionarios. Más recaudación sin emisión, sería la consigna de la entidad. También se apunta a que el blanqueo sea amplio y que no quede restringido a grandes sumas.

Finalmente, Abad considera que buena parte de lo recaudado debe ser destinado a obras de infraestructura y con impacto social. El objetivo es evitar que el blanqueo sea visto exclusivamente como una ventaja para quienes tuvieron inconductas fiscales sino que también represente un beneficio colectivo.

Por otra parte, difícilmente el proyecto sea aprobado en el Congreso sino se comprometen inversiones con la recaudación del blanqueo. Pero el propio Abad reconoce que es muy difícil calcular lo que efectivamente puede recaudarse por el blanqueo.

En la AFIP descartan la posibilidad de que el blanqueo vaya asociado a una reforma impositiva porque consideran que ya hicieron muchos cambios este año ?retenciones, Impuesto a las Ganancias y promoción para pyme, entre otras? que implicaron resignar recaudación por $180.000 millones. Esto hará que los ingresos fiscales crecerán sólo 25%, lo que representará una caída no menor en términos reales y, por lo tanto, cualquier modificación impositiva que signifique menos recursos para el Estado deberá esperar.

En el Gobierno no había inicialmente una posición muy homogénea sobre el tema. Incluso funcionarios que han trabajado mucho en el tema como Pedro Lacoste, número dos de Alfonso Prat-Gay, no eran muy partidarios del blanqueo. Pero el contexto internacional fue haciendo inevitable avanzar en esa dirección.

En 2016 ya hay casi cincuenta países que firmaron el compromiso de intercambio de información y en 2017 se sumarán otros cincuenta. Argentina se compromete a informar automáticamente sobre depósitos de no residentes superiores US$ 100.000 y, al mismo tiempo, comenzará recibir los datos que le suministren los países que firmaron el compromiso. Los países desarrollados vieron cómo se redujo su base tributaria por los paraísos fiscales y las transacciones electrónicas y, por eso, se decidieron a actuar en el marco del G 20 y la OCDE.

Y la idea es que para poner en marcha una amplia cooperación internacional en la materia es necesario equilibrar la mesa y que todos los países arranquen del mismo punto de partida para que sea cada vez más difícil mover dinero negro. En ese marco, el camino del blanqueo se tornó inevitable para Argentina.

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