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“Cada año se pagan fletes por US$ 5.000 millones”

Entrevista a Julio González Insfrán, Secretario General del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo.

29 abril de 2016

Por Carlos Boyadjian

Ferviente defensor de la marina mercante de bandera nacional, Julio González Insfrán, titular del gremio de los patrones y oficiales fluviales de pesca y cabotaje, destaca que hay un cambio de tendencia en el sector. El mismo día en que se botó el remolcador Brutus en el puerto de Escobar ?todo un acontecimiento para esta industria? González Insfrán dialogó con El Economista sobre las perspectivas de la actividad. Calculó entre US$ 4.000 y US$ 5.000 millones la pérdida anual en fletes pagados a buques extranjeros, y se entusiasma con la sanción de la ley que impulse el transporte fluvial nacional.

¿Cómo ve hoy la actividad naviera argentina?

Acabo de venir de la botadura de un remolcador de potencia Brutus, de fabricación nacional y preparado para trabajar en puertos argentinos. Después de bastante tiempo estamos viendo que vuelve la actividad. Tengo cierto optimismo por toda esta situación y espero que los funcionarios activen las normas que hacen falta para poder avanzar rápidamente en la recuperación de bandera.

Desde el Centro están haciendo una campaña importante a favor de la marina mercante local. ¿Qué medidas específicas están demandando?

Hoy se está discutiendo en el Congreso un proyecto de ley, que de alguna manera, sea una piedra fundamental para el desarrollo en el tiempo de las políticas de la marina mercante. El proyecto está en la Cámara de Diputados y se debate en Comisión. Vemos a muchos funcionarios preocupados y dispuestos al diálogo para ver de qué manera se pueden resolver los problemas de la marina mercante, y eso no ocurría hace un tiempo atrás. El otro tema es que al cambiar la paridad del dólar, los fletes ganan rentabilidad porque se cotizan en dólares y mejora la competitividad de las empresas que cotizan el transporte fluvial, bajando la carga de la región. Por otro lado, al quitarle las retenciones a la producción agropecuaria hay mucho más producción y mucha más carga para transportar.

¿Por qué es importante el transporte fluvial de bandera?

En primer lugar, significa puestos de trabajo para los argentinos. Un barco no son sólo los tripulantes, son los talleres que hacen las reparaciones, los mecánicos, los ingenieros que construyen los barcos y participan en el diseño de las barcazas, son los estibadores que trabajan en la carga portuaria. Es todo parte de la logística de transporte que se mueve detrás de la bodega de un barco. Además, las divisas no se fugan del país, quedan en el pais. Cuando usted tiene un barco de bandera extranjera el flete se paga al extranjero, pero si el buque es de bandera nacional, el flete queda acá.

¿Cuánto mueve por año la flota mercante nacional?

Hoy por hoy es mínima la actividad. Fíjese que en el país más del 93% se mueve en camiones, 4% viaja en tren y sólo 2% o 3% en transporte fluvial, en buques nacionales. Argentina pierde por año entre 4.000 y 5.000 millones dólares en concepto de fletes que está pagando al extranjero. Sin embargo, por el puerto de Rosario, cada año salen cerca de 90 millones de toneladas de carga y hoy en el río Paraná se están moviendo 20 millones de toneladas de carga. El drama es que nosotros no participamos del transporte de esa carga porque no tenemos buques de bandera.

¿Sigue el charteo de buques del exterior?

Hay un problema con la política que se está implementando en algunos sectores. Por ejemplo cuando YPF o Camessa prefieren a Uruguay para hacer cabotaje fluvial en la distribución del combustible. Nosotros estamos en contra de esas cosas y creemos que ahí falta decisión política para que haya una planificación en la distribución de esa carga, de manera tal que los armadores puedan participar en las licitaciones para poder tripular sus barcos, aunque sea charteados, pero tripularlos con argentinos. Ese es un tema que tenemos que corregir, no puede ser que compremos combustible afuera con divisas del país y terminemos pagándole al transporte extranjero para que distribuya la carga en el cabotaje.

¿Cuáles son los puntos centrales del proyecto de ley?

Un tema importante es la desgravación impositiva del sector, que hoy tiene una carga impositiva tremenda comparándola a otros países de la región. Acá pagamos el 35% de Ganancias contra un 10% que pagan Paraguay o Bolivia, tenemos 21% de IVA contra el 10% que paga la bandera paraguaya o boliviana. Nosotros pagamos el combustible casi 30 y pico por ciento más caro porque para la actividad fluvial el combustible no está subsidiado como pasa con el transporte terrestre o ferroviario. Sin embargo, le damos el combustible sin impuestos a la bandera extranjera. Esas cosas se corrigen con una ley.

¿En qué punto está ahora el proyecto?

Está en la Comisión de Intereses Marítimos, Fluviales, Pesqueros y Portuarios. Los diputados están interesados en sacarla, están trabajando, interiorizándose en el tema para darle un tratamiento definitivo. También hay consenso en la Cámara de Senadores. El propio Presidente dice que quiere recuperar el transporte fluvial.

¿Hoy hay carga que viene de Paraguay y el sur de Brasil que sale por el Paraná?

Claro, nosotros tenemos carga que viene de Brasil, de Paraguay, que viene de Bolivia, es carga regional que nosotros podríamos transportar si tuviéramos las bodegas competitivas. Hoy estamos totalmente fuera, hemos perdido el 98% de la flota en el río.

Durante el gobierno anterior hubo un impulso de la industria naval, volvieron a funcionar Astilleros Río Santiago, Tandanor. ¿Cómo está hoy el tema?

Podemos construir barcos pero para eso también necesitamos una ley de industria naval, que también está en el Congreso. Por ejemplo, hoy no producimos chapa naval, hay que importarla, está gravada como importada y se paga el IVA sobre esa chapa. Se pagan impuestos sobre motores y radares, que no se fabrican en el país. Hay que bajar el costo de los insumos de los astilleros para ser competitivos y tenemos la capacidad tecnológica para hacerlo. De hecho, el barco que acabamos de botar hoy, el remolcador Brutus, fue totalmente diseñado y construido en el país. Ya está operativo y haciendo trabajos en la zona de Escobar.

¿Cuántos puestos de trabajo genera un buque mercante?

Para construir un buque de 30.000 toneladas de carga se necesita por lo menos 2.000 personas trabajando en el astillero. Pero no es sólo la tripulación sino también la gente que trabaja en las periferias, los astilleros, en los talleres, las agencias marítimas. De hecho, las ciudades de Buenos Aires o Rosario crecieron a la vera de su puerto. La ciudad de Mar del Plata también crece a la vera de su puerto.

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