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Cambios que no conforman

Una modificación lejos de las pretensiones de los gremios

29 febrero de 2016

El entusiasmo por los cambios en el Impuesto a las Ganancias anunciados por el presidente Mauricio Macri y publicados esta semana en el Boletín Oficial duró poco. Los líderes sindicales, los mismo que aplaudieron al Presidente desde la primera fila del Salón de Actos, fueron los primeros en volver sobre sus pasos y denunciaron la tibieza de la reforma. “Prometió algo en la campaña que no está cumpliendo”, reclamó Hugo Moyano sobre el compromiso de Cambiemos de modificar integralmente lo que el titular de la CGT Azopardo llama el “impuesto al trabajo”. Lo que ocurre es que, mientras las modificaciones eximen a 180.000 trabajadores de pagar el impuesto, se estima que habrá un número muy superior de personas que comenzarán a estar alcanzadas por el gravamen, entre ellos, un grupo de jubilados. Además, los beneficios que se desprenden del aumento del Mínimo no Imponible se verán limitados por la no actualización de las escalas, que genera una acumulación de trabajadores en las categorías más altas.

En el acto llevado a cabo la semana pasada en la Casa Rosada, Macri anunció “el aumento del mínimo no imponible a $ 30.000”. En rigor, el decreto 394/2016 elevó el Mínimo no Imponible a $ 18.880 netos por mes para trabajadores sin carga de familia y a $ 25.000 netos mensuales para aquellas personas con un cónyuge y dos hijos a cargo. Es decir que sólo se llega al número arrojado por el Presidente sumando las deducciones por cargas de cónyuge y dos hijos y considerando los sueldos en términos brutos, que equivaldrían a $ 22.747 y $ 30.120 mensuales, respectivamente.

Por otra parte, el decreto publicado el martes 23 en el Boletín Oficial deroga otro, el 1.242/2013, que establecía que todo trabajador en relación de dependencia que entre enero y agosto de 2013 hubiera percibido un salario bruto inferior a $15.000 quedaba exceptuado de pagar el Impuesto a las Ganancias, tanto por ese año como por los siguientes, cualquiera fuera su remuneración a partir de ese momento.

De esta manera ?y según datos del titular de la AFIP, Alberto Abad? dejarán de pagar el impuesto 180.000 personas, pero habrá una cantidad no precisada de trabajadores y jubilados que cobraban menos de $ 15.000 en 2013 que ahora comenzarán a tributar. La norma rige desde el 1° de enero y desde la AFIP se definió que a los nuevos contribuyentes se les descuente en 10 cuotas el monto retroactivo y, por el contrario, que a los que se les retuvo dinero de más se les devuelva todo junto en “la primera liquidación posterior a la fecha de publicación” de la resolución. “La medida empareja la carga tributaria dentro de lo que es la distorsión al Impuesto a las Ganancias porque los que estaban alcanzados pagaban muchísimo y el resto de la gente no pagaba nada. Obviamente es una mala noticia siempre que haya mayor gente que pague el impuesto, porque en definitiva lo que hay que hacer es resolver el problema del Impuesto a las Ganancias y no hacer que más gente lo esté pagando. Ahora, cuando ves el combo general, ves que todos van a pagar un poco menos. De hecho por eso la medida tiene un costo fiscal de casi $50.000 millones”, explicó a El Economista Martín Polo, economista jefe de Analytica.

La gran crítica al Gobierno es la no actualización de las escalas del impuesto ?desvirtuadas por el avance de la inflación?, que son los rangos de ingresos que determinan la alícuota a aplicarse sobre el excedente que el trabajador tenga por encima del Mínimo No Imponible, que van desde 9% al 35%. Según explicó el tributarista Darío Rajmilovich, de no modificarse las escalas “después de las paritarias, la situación volvería a ser bastante parecida” a antes de la suba del Mínimo no Imponible, ya que una recomposición salarial llevaría rápidamente a los sueldos medios a tributar la tasa máxima de 35%.

El presidente Macri señaló que no es su intención revisar este aspecto antes de 2017, aunque ese debate podría tomar curso en el Congreso. “Vamos a participar de cualquier debate, y mal podríamos oponernos cuando fuimos los únicos en doce años que actualizamos el impuesto”, aseguró Nicolás Massot, presidente de la bancada del PRO en Diputados.

Ya disipado el optimismo inicial por el anuncio del Presidente, Moyano reprochó que durante la campaña de Cambiemos “fueron claros” en que la modificación del impuesto “era un tema a resolver sin ninguna duda”, y agregó que “ahora están poniendo un montón de argumentos para no hacerlo”. “Esto me hizo recordar a una frase que algún ex Presidente dijo: 'Si iba a decir lo que hacía, no me iba a votar nadie'”, ironizó Moyano. El líder de la CGT Azopardo coincidió con Luis Barrionuevo (de la CGT Azul y Blanca) y con Antonio Caló (de la que se denominaba central oficialista) en su disconformidad con la modificación del impuesto, e incluso el jueves 25 se reunieron en un almuerzo para discutir sobre el tema. “No tengan dudas que cuando tengamos que defender los derechos de los trabajadores vamos a estar juntos”, afirmó Caló.

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