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¿Qué pasa con los precios?

Qué hay detrás de la suba reciente

03 diciembre de 2015

(Columna de Facundo Matos Peychaux)

La tendencia se interrumpió. La inflación mensual de noviembre aumentó respecto del mes anterior según índices privados, a contramano de lo que venía sucediendo a lo largo de este año. Para Elypsis, la inflación fue del 2,1% en promedio, encabezada principalmente por el rubro Alimentos (especialmente carnes y frutas) y los productos medicinales. Para Orlando Ferreres & Asociados, la inflación preliminar de noviembre es mucho menor (1,2%), aunque también advierten sobre aumentos puntuales por encima de la media, particularmente en harinas, carnes y aceites. En algunos productos, los aumentos superaron incluso el 15-20%, lo que bastó para que repercutiera con fuerza en la opinión pública y la agenda mediática.

De todos modos, ni una ni la otra consultora ven que estemos atravesando un rebrote inflacionario. Entonces, ¿qué pasó? ¿Qué explica estas subas? "Una presión inercial de las condiciones estructurales, alimentada además por elementos coyunturales". Así podría resumirse la explicación de los economistas consultados.

Si bien en los últimos meses la inflación fue estabilizada en torno a un 2% mensual, no caben dudas de que hay factores de fondo que presionan sobre los precios. "Para que haya inflación tiene que haber emisión monetaria excedente o haberla habido en el pasado, de forma tal que todos los precios puedan subir al mismo tiempo sin caída de producto. Ergo, la emisión monetaria excedente es condición necesaria, aunque no suficiente, para que haya inflación en el corto-mediano plazo", asegura Gabriel Caamaño Gómez, economista de la Consultora Ledesma.

En la misma línea, Martín Polo, economista jefe de Analytica, y Diego Giacomini, de Economía & Regiones, coinciden en señalar que parte del aumento de precios se debe a los efectos tardíos de esa política fiscal y monetaria agravada en este año eleccionario. "Venís arrastrando una emisión monetaria muy alta y una expansión del gasto financiada por emisión monetaria, que te genera una presión sobre los precios que no siempre es inmediata pero siempre llega. Tenés siempre un rezago del impacto de la emisión sobre precios que va desde los 7 meses a los 12 meses, ahora estamos teniendo el efecto de la emisión del 40% que hizo Alejandro Vanoli en el último año y eso lo vas a seguir teniendo incluso en el primer semestre del nuevo gobierno", advierte Polo. "Los precios están subiendo porque los pesos sobrantes aumentan y la expansión monetaria impacta en precios con un año de retraso”, comparte Giacomini.

Sobre ese escenario de fondo, operaron algunos factores que encuentran explicación en el presente más coyuntural. "En la práctica probablemente se están juntando cuatro cosas”, enumera Martín Tetaz. “La estacionalidad de fin de año; una economía que ya viene con una inflación del 25% anual; las expectativas de devaluación, que deberían generar aumentos en el componente transable de los productos; y el efecto 'por las dudas', que a causa de la incertidumbre sobre las medidas, la salida del cepo y la devaluación, puede estar produciendo remarcaciones preventivas para no licuar capital circulante", resume.

Expectativas inflacionarias y devaluatorias. "La teoría dice que los precios se forman por el costo de reposición y que si se descuenta un dólar más alto a futuro, eso debería impactar en el componente transable. Y ahí está el gran debate, porque en la harina, el 90% es transable pero en el pan es muy bajo", dice Tetaz. El debate en torno al pass-through que le seguiría a una devaluación sigue abierto entre los economistas, pero no tanto entre los empresarios, que "por las dudas", como señala Tetaz, ya se acomodan a lo que creen que serán los nuevos precios a partir del cambio de administración. El componente de expectativas y el nivel de confianza serán determinantes, en ese sentido.

"Los comportamiento de cobertura (stockeo, remarcación, etc.) derivados de esas expectativas devaluatorias e inflacionarias se profundizaron en el último mes porque el fin de ese esquema insustentable, que era independiente de quien ganara el 22-N, está a la vuelta de la esquina", reseña Caamaño Gómez. "Con el tipo de cambio a $9,70, independientemente de lo que diga o no Mauricio Macri, tenés una situación que ya no se puede sostener más. Con una brecha de 50%, es seguro que va a haber una devaluación del tipo de cambio oficial, entonces muchas empresas aprovechan y se adelantan a eso", comparte Polo.

Estacionalidad. Otro punto a tener en cuenta es el momento. "Estacionalmente, estamos en una etapa del año en que los precios suelen recalentarse sobre todo en alimentos dado que agarrás la parte más alta en demanda", advierte Polo. Según cualquier índice de precios (privado o público), la inflación en los últimos dos meses de todos los últimos años creció respecto de meses anteriores. Para Fausto Spotorno, este dato es centralmente el que está detrás de gran parte de la suba de precios reciente. "Solo en algunos casos puntuales puede haber algún efecto por devaluación. Pero la verdad es que la inflación viene baja y si se acelera en diciembre sería completamente normal, porque siempre suben los precios en diciembre", asegura.

Acefalia en los controles. Por otro lado, algo que coinciden en remarcar los especialistas consultados por El Economista es que hay un relajo por parte de las autoridades y de los actores económicos en cumplir y hacer cumplir los controles de precios, al atravesar el cambio de gobierno. "En los últimos años viniste con una inflación muy reprimida en parte porque tenías a la Secretaría de Comercio controlando, ahora tenés una acefalia. En este lapso entre un ministro y otro, las empresas hacen su ajuste de precios porque saben que se van a renegociar los acuerdos, entonces aprovechan para hacer colchón", describe Polo en línea con lo que señala Gabriel Zelpo, economista de Elypsis en esta edición (ver Finanzas). Las autoridades salientes (Axel Kicillof, Augusto Costa) ya no son un interlocutor válido para los empresarios, pero las entrantes tampoco, en tanto todavía no asumieron, por lo que su poder de accionar es nulo. El antecedente más similar de este cuadro, es diciembre de 2013, cuando hubo un relajamiento de los controles tras la salida de Guillermo Montenegro dejó la Secretaría de Comercio. En ese entonces, la inflación se disparó de 2,4% en noviembre de ese año a 3,38% en diciembre, según el IPC que elabora el Congreso.

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