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¿Cuánta inversión debe tener el país?

La visión de Mariano Sánchez (KPMG)

20 noviembre de 2015

“Para sostener un crecimiento económico del 5% anual la Argentina debe tener como meta alcanzar el 25% de inversiones con relación a su PIB, esto representaría alrededor de US$ 125.000 millones anuales, entre el sector público y privado, de los cuales se estima que unos US$ 50.000 millones (10%) deberían destinarse a equipamiento y máquinas; US$ 45.000 millones (9%) a infraestructura, y US$ 30.000 millones (6%) a inmuebles privados”, explicó Mariano Sánchez, Socio de KPMG Argentina responsable de Advisory, al hablar ante un grupo de empresas clientes de la firma sobre las perspectivas del país para captar inversiones en 2016.

Asimismo, dijo que la inversión más dinámica y expansiva en lo económico será la de infraestructura pues el sector energético demandaría US$ 28.000 millones; vivienda, US$ 10.000 millones, y un tercer nivel de US$ 7.000 millones compuesto por transporte con US$ 3.600 millones; agua y sanidad con US$ 2.200 millones y vialidad con US$ 1.200 millones.”

Al referiste a la Inversión Extranjera Directa (IED) que puede capturar el país en el próximo año, el especialista señaló que en términos nominales la Argentina es uno de los países de la región que menos IED ha recibido en la última década como porcentaje de su PIB, y que la mayoría se concentró en el sector energético. Agregó que, en 2014, la IED cayó 41% y que, si bien se espera que esta tendencia en 2016 se revierta, la baja podría alcanzar al 10%. “Como consecuencia directa de la prohibición de remitir utilidades a las casas matrices de las compañías, la reinversión de las utilidades en el país representó 45% del total de la IED en los últimos diez años”, indicó.  Explicó luego que Brasil y México fueron los países que recibieron más IED en proyectos de alta intensidad tecnológica relacionada, principalmente, con el sector automotriz. En cambio, el 55% de los proyectos de inversión en Argentina tienen un grado de intensidad tecnológica medio/bajo o bajo.

Sánchez indicó que en los últimos años los déficits de rentas de la IED han tenido una influencia significativa en los déficits en cuenta corriente registrados en la mayoría de las economías de América Latina y el Caribe. “La crisis económica mundial de 2008 y 2009 tuvo un impacto mucho mayor en la región en las exportaciones que en las rentas procedentes de la IED, y esa disparidad se ha acentuado aún más en los últimos tres años. Esto no sucede así en Argentina debido a los controles para retirar las divisas del país. Para contrarrestar esta tendencia, la IED debería promover cambios en la estructura de producción para impulsar un aumento de las exportaciones futuras. Además, como consecuencia de la disminución de los precios internacionales de los metales y el petróleo, así como por la desaceleración de la actividad económica en la región en general y en Brasil en particular, la IED empezó a retroceder  a partir del año pasado siendo más visible en 2015.”

El especialista agregó que Argentina tiene la necesidad de garantizarse fuentes de financiamiento para sostener en el largo plazo un proceso de desarrollo económico y social que acompañe las nuevas oportunidades internacionales de negocios. “Esto es capturar mayores flujos de IED en los próximos años y obtener financiamiento mundial aprovechando las bajas tasas de interés que se mantienen para atraer inversiones a los sectores productivos que ofrecen oportunidades de negocios a desarrollar.  En este sentido, será necesario consensuar políticas de Estado de largo plazo que conformen un plan de inversión integral y que comprenda  un marco institucional y regulatorio, políticas macroeconómicas sustentables; seguridad jurídica; y adecuación a las prácticas de comercio internacional”, concluyó.

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