El Economista - 70 años
Versión digital

jue 28 Mar

BUE 26°C

La economía juega infiltrada

Nuevos (y viejos) dilemas

13 agosto de 2015

Suele ocurrir que algunos deportistas que tienen una lesión participen de una competencia infiltrándose en la zona afectada para evitar el dolor durante el tiempo en que desarrolla su actividad física. El riesgo es que la lesión empeore por dicho accionar y/o que después tarde más en curar. Uno de los casos más recordados fue el tobillo de Diego Maradona en el Mundial de 1990.

La economía de Argentina viene muy lesionada en los últimos años y en 2015, con elecciones presidenciales, está jugando “infiltrada” por el Gobierno Nacional. Con ello disminuye en parte el dolor, pero una vez que pasen los antiinflamatorios, el estado estructural de la lesión muy posiblemente empeore pues se habrá perdido otro año sin solucionar el problema de fondo.

La economía local está virtualmente estancada desde 2011, y con graves problemas, tales como una fuerte distorsión de precios relativos (dólar barato, tarifas subsidiadas) y profundos desequilibrios, principalmente el fiscal (este año el déficit financiero resultará entre 7% y 7,5% del PIB) y también en la cuenta corriente de la balanza de pagos, que en 2015 se ubicará en torno al 1,5% del PIB, aun con la existencia de cepos varios (sobreimportaciones, utilidades de compañías internacionales, etcétera).

A los problemas de competitividad cambiaria ya existentes en 2014, en los últimos doce meses se agregaron fuertes devaluaciones de las monedas de otros países contra el dólar, muy por arriba de la escasa inflación existente en esos países. En ese lapso, Brasil devaluó casi 40% su moneda en términos reales (por arriba de la inflación), mientras el euro y la moneda mexicana cayeron 20% y la moneda chilena, 11%. Argentina viene a contramano, pues no sólo no devaluó su moneda, sino que en los últimos doce meses la apreció 11%. Una verdadera doble Nelson sobre las actividades transables locales, cuyos costos se encarecen en dólares versus otros países, afectando principalmente a la actividad industrial y a las economías regionales. Por caso, los salarios industriales formales ya se hallarían, en promedio, 140% arriba de Brasil.

Curiosamente, Axel Kicillof culminaría su tarea en el Ministerio de Economía en el actual mandato de CFK dejando un tipo de cambio real tan bajo como el observado en los últimos meses de la convertibilidad y, sólo mayor, en los últimos 65 años, al generado por José Alfredo Martínez de Hoz al frente de dicha cartera.

Tipo de cambio real bilateral ($/dólar)

Base dic-2001=1

Para morigerar los efectos que una economía erosionada podría tener sobre la cosecha de votos, este año el Gobierno Argentino sigue a pleno aumentando el gasto público (6% más que la inflación) y tras las paritarias y suba de jubilaciones y planes podrá detener por algunos (pocos) meses la caída en el consumo masivo, quizá hasta con alguna leve mejora justo antes de las elecciones. Mientras tanto sigue anestesiando al dólar oficial, que todos los meses sube menos que la inflación, y aguantando reservas en el BCRA de manera no genuina, principalmente con préstamos chinos a corto plazo.

Hablando de China, que en los últimos doce meses había mantenido prácticamente constante su tipo de cambio real contra el dólar, se sumó ahora al club devaluador aumentando casi 5% su paridad cambiaria contra el dólar esta semana. Ha sido la mayor depreciación de su moneda en dos décadas, con el objeto de mejorar su competitividad cambiaria y con ello los números de su comercio exterior, y aumentar la tasa de crecimiento de su economía, que viene con varios problemas en los últimos meses.

Esta decisión tenderá a ampliar el déficit comercial que Argentina muestra con China, que el año pasado superó los US$ 6.000 millones. Si bien Argentina aplica restricciones a las importaciones, no resultará fácil decirle que no al país que está sosteniendo mediante swaps nuestras reservas en el BCRA. De hecho, las importaciones desde China son las que más subieron o menos cayeron en los últimos años, salvo desde que caen los precios del petróleo.

Al igual que en 1999, una importante devaluación en Brasil, que se había sumado a la depreciación de la mayoría de las monedas del mundo contra el dólar en los años previos, nos encuentra en un año electoral y, por ende, sin reacción desde la política económica local. Es conocido como siguió aquella historia.

La economía argentina está “jugando infiltrada” en 2015. Pero una cosa es seguro: desde diciembre cambia el médico. Esperemos que para entonces la lesión no resulte una fractura expuesta.

últimas noticias

Seguí leyendo

Enterate primero

Economía + las noticias de Argentina y del mundo en tu correo

Indica tus temas de interés