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Focos de tensión

La coyuntura china y su impacto en nuestro país

28 agosto de 2015

Mientras el mercado cambiario padece las consecuencias del cepo cambiario combinado con atraso cambiario, el contexto internacional es cada vez más adverso y genera tensión a la transición. Tenemos cuatro frentes de conflicto: el primero y más importante es la delicada situación política en Brasil en un contexto de caída en el nivel de actividad y devaluación del tipo de cambio; en segundo lugar ?y no menos importante? es la situación en China, dado el impacto directo que ésta tiene en el precio de las materias primas; un tanto más rezagado está la incertidumbre que genera la coyuntura en Europa debido a la crisis en Grecia y, finalmente, el cuarto factor es la hoja de ruta de la Fed en cuanto al momento en el que decida subir la tasa de interés.

Aunque considero que Argentina está presa de sus propios errores de política económica, estos focos de tensión son cuestiones para seguir de cerca pues pueden acelerar los tiempos de la economía local.

Concentrando el análisis en China, se puede apreciar una situación inestable pero no alarmante. Es cierto que no fueron buenas las noticias de los últimos dos meses en los que la Bolsa tuvo un ajuste de casi el 50% y el yuan se devaluó levemente. Si bien esto tuvo ramificaciones en todos los activos y por momentos se vivieron jornadas de pánico, un análisis más detenido de la coyuntura económica del Gigante asiático permite analizar la situación con más tranquilidad.

¿Por qué cayó tanto la Bolsa China? Básicamente porque en el último año había exagerado la suba. Concretamente, en el marco de las reformas promercado que viene desarrollando el Gobierno chino, en 2014 se permitió el ingreso al mercado de capitales a empresas, mutuales y fondos de inversión, que lo hicieron comprando acciones. Esto le dio un fuerte impulso a la Bolsa, que entre abril de 2014 y mayo de 2015 subió más de 150%. Como toda burbuja, en junio comenzó la caída y ésta se aceleró en las últimas semanas de agosto.

¿Puede tener impacto en la macro? Sí, pero acotado. Pese al fuerte repunte, la capitalización bursátil en China es relativamente baja como para que actúe el “efecto riqueza”. En definitiva, la tendencia de las variables económicas las va estableciendo el Gobierno y ante cualquier desvío actúa en consecuencia. Por ejemplo, para moderar la caída en la Bolsa, no dudó en bajar las tasas de interés. Pero, más allá de cuestiones de corto plazo, lo cierto es que China desde 2011 viene moderando su tasa de crecimiento y este año el PIB subiría 6.8% interanual, el menor dinamismo desde 1990. La moderación en el crecimiento se lo marca la importante desaceleración en la inversión y, especialmente, en la construcción.

¿Se seguirá devaluando el yuan? Probablemente, pero será acotada. Desde que en 2005 dejó el tipo de cambio fijo, China fue manejando la apreciación del yuan (perdió 35% de competitividad en la última década). Lo que está haciendo ahora el Gobierno es liberar gradualmente las restricciones cambiarias y, por ende, la evolución del tipo de cambio será más volátil. Más allá del impacto que generó en el corto plazo, China sigue siendo una economía con excedente de divisas gracias al enorme superávit comercial. Es decir que no vemos un escenario en el que China acelere la devaluación.

¿Cómo nos impacta? Para Argentina la coyuntura en China es importante, ya sea por efectos directos como indirectos. En los primeros incide en los precios de los productos agropecuarios y también porque es el principal destino de los embarques del complejo sojero. En los indirectos, porque también impacta en Brasil y otras economías emergentes acelerando el proceso de “guerra de monedas”.

Pero más allá de estas cuestiones, el escenario que describimos no lo vemos como un cambio sino, más bien, como una consolidación de un proceso que arrancó a fines de 2011 cuando finalizó el ciclo de dólar débil. Así las cosas, el contexto internacional dejó de jugar a favor hace tiempo aunque es más evidente en el último año. La caída de precio de las materias primas y la devaluación de las monedas de nuestros socios comerciales siguen golpeando a las exportaciones, que acumulan una caída del 30%. Sin dólares financieros y sin margen para perder reservas internacionales, aumentan las posibilidades de un ajuste del tipo de cambio. Si bien una corrección es saludable, el desafío es que sea ordenado.

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