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La IED en Argentina, en su peor nivel desde 2009

Argentina recibe menos IED que hace una década

19 junio de 2015

(Columna de Eliana Scialabba)

Durante el año pasado, la Inversión Extranjera Directa (IED) se contrajo 16% en América Latina y el Caribe, ubicándose en los US$ 158.803 millones, según cifras de la Cepal. De esta manera, la tendencia expansiva del decenio se revirtió debido al deterioro de la coyuntura macroeconómica: no sólo las economías crecieron menos, sino que se desplomaron los precios de muchos productos básicos de exportación.

En este contexto, la IED en Argentina registró una caída del 41%, situándose en US$ 6.612 millones, US$ 4.689 millones menos que en 2013 y la menor cifra de recepción desde el año 2009. De esta forma, el país se ubicó en el sexto lugar, igual que el año anterior, detrás de Brasil, México, Chile, Colombia y Perú.

Si bien no se dispone de datos desagregados por sector, según la Cepal la composición sectorial de la inversión se distribuye de manera homogénea entre recursos naturales, manufacturas y servicios, los cuales han ido incrementando su participación en los últimos años.

Cabe destacar que el país no solo sigue relegando puestos frente a otros países de la región con mejor desempeño económico, sino que también la participación en el total de la IED sigue descendiendo, tal como se observa en el gráfico.

En 2014 recibió el 5,5% de la inversión total, mientras que entre 2003 y 2013 había recibido, en promedio, el 6% de la IED y entre 1991 y 2000, en promedio, el 18% de los recursos que entraron a la región, alcanzando un máximo en 1992, año en que captó el 30% de la IED regional, debido al fuerte ingreso destinado a la adquisición de empresas en proceso de privatización.

Retomando el análisis de 2014, debe destacarse que la principal razón de este descenso fue la nacionalización de YPF que, si bien tuvo lugar en 2012, recién se resolvió el año pasado, luego que el Gobierno pagara US$ 5.000 millones a la española Repsol en concepto de compensación por la expropiación del 51% de la petrolera.

Por otra parte, es necesario considerar que la mayoría de las entradas en concepto de IED correspondieron a utilidades reinvertidas, las cuales ascendieron a US$ 7.365 millones.

Estos ingresos, computados según la metodología de estimación de la balanza de pagos del Fondo Monetario Internacional (FMI) como IED, en Argentina no son estrictamente reinversión ya que no constituyen “ingresos voluntarios”, sino que una parte muy importante de estos se deben a que las restricciones en el acceso a divisas impuestas a fines de 2011 provocaron el aumento de la reinversión de utilidades por parte de las filiales extranjeras: al no poder remitirse las utilidades a las casas matrices, se computan en la balanza de pagos como reinversión de las subsidiarias.

Durante 2014 este concepto superó en US$ 753 millones el total de IED, es decir, que representó el 111% de la inversión del año. Las entradas “voluntarias” de capital presentaron un saldo negativo de US$ 1.184 millones, constituyendo una salida neta y los préstamos entre compañías fue nulo.

Sector petrolero e IED

Según expertos del sector petrolero, el país parece tener un gran potencial para la exploración. En particular, se apunta a la formación de Vaca Muerta como una importante fuente de gas de lutita y petróleo de esquisto.

Debido a la fuerte necesidad de financiamiento, el Gobierno anunció ventajas especiales para firmas petroleras que estuvieran dispuestas a invertir más de US$ 1.000 millones. A causa de ello, la estadounidense Chevron firmó un acuerdo con YPF para invertir US$ 1.600 millones con el fin de explorar la formación de Vaca Muerta, mientras que fuentes no oficiales indican que la compañía rusa Gazprom habría propuesto realizar inversiones por un valor de US$ 1.000 millones. No obstante, US$ 2.600 millones es muy poco, ya que se estima que la exploración de Vaca Muerta requeriría una inversión total cercana a US$ 15.000 millones.

Sin embargo, si bien la estrategia de YPF es atraer a otras empresas internacionales como socios para desarrollar sus amplias reservas de petróleo y gas, esto aún no es viable debido a que, para formalizar las inversiones, deberán darse condiciones que hoy en día no están presentes en la economía, tales como la posibilidad de las empresas de enviar ganancias al exterior y garantías sobre los derechos de propiedad.

Consideraciones finales

En el escenario descripto, se observa que de haber tenido la posibilidad de remitir utilidades, la IED hubiese descendido aún más, dado que las condiciones actuales, tanto económicas, como polí- ticas e institucionales no son las más propicias para los inversores externos.

La incertidumbre que se percibe a nivel general ha cerrado un canal importante de ingreso de divisas, y en un contexto de escasez como el actual sería propicio comenzar a dar señales positivas a los inversores del resto del mundo.

Sin embargo, para contextualizar el panorama, sólo resta mencionar que junto a Ecuador y Venezuela, Argentina es uno de los tres únicos países de la región que en la actualidad reciben menos IED que hace una década. Con esto queda muy claro cuál ha sido el rumbo de los últimos años.

Los resultados de las próximas elecciones presidenciales definirán si el país sigue transitando el mismo camino que los años anteriores, o si decide cambiar las reglas del juego dando certidumbre a los inversores, en pos de atraer capitales de largo plazo que alivien la restricción externa.

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