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La importancia del entorno

Se necesitan políticas de mayor alcance, más especificidad, más integración y más perdurabilidad

20 mayo de 2015

(Marcos Cohen Arazi, economista de Ieral Pymes)

Las cifras del segmento Pyme dan cuenta de que los años de bonanza han quedado lejos en el tiempo. El segmento comercial Pyme, que había crecido al 7,6% anual entre 2003 y 2007, a partir de los bajos niveles de venta que se experimentaban a la salida de la convertibilidad y la recuperación posterior de los salarios reales, entre los años 2008 y 2011 se estancó (promedio -0,1%), y posteriormente entre 2012 y 2014 sus ventas cayeron a razón de 2,7% por año (la caída en 2014 fue de 6,3% según cifras de CAME). Este último período constituye la peor etapa de los años posconvertibilidad para este segmento de empresas (hasta 2014 acumulaba 8% de caída). En 2015, se está manifestando un leve repunte, ya que en los primeros cuatro meses del año las ventas crecieron 2,4% respecto de los mismos meses en el año previo.

En el caso del sector industrial Pyme se destaca una situación más alarmante. En el período 2004- 2007 sus ventas (en términos reales) habían crecido 7,4% por año, según cifras de FOP, mientras que en el de 2007-2014 cayeron al 2,7% anual, de modo que la caída acumulada es muy superior a la que experimenta el sector comercial (cercana al 18%). También se registró una importante reducción del peso de las exportaciones de Pymes en el total exportado, que del 12% en 2005 pasó al 9% en 2013 (cifra que posiblemente se haya repetido en 2014, aún sin datos oficiales), según datos de la CERA. En 2015, aún no se percibe un repunte de este segmento, ya que en marzo las cifras de producción industrial Pyme reflejan una caída interanual de 4,7% (CAME), que implica diecinueve meses con variación negativa en este indicador.

En vista de esta evolución es oportuno analizar los problemas que enfrentan las firmas de menor tamaño e intentar definir qué se requiere para su mayor desarrollo. La encuesta realizada por IERALPyME en 2015 refleja que los empresarios del segmento Mipyme consideran que los obstáculos más severos para su crecimiento son los costos laborales (que cobran mayor relevancia cuando el nivel de ventas es bajo), la presión tributaria (ubicada en niveles récord) y la inflación (se desaceleró pero sigue siendo alta), como los obstáculos más severos; seguidos por la incertidumbre macroeconómica (que afecta las inversiones) y los problemas de financiamiento (a menor tamaño, menor acceso al crédito). Estos primeros cinco obstáculos se han mantenido entre los más destacados en los últimos años, salvando variaciones menores en el orden. Como puede apreciarse, se trata de cuestiones vinculadas a las políticas macroeconómicas y al entorno económico general, que las firmas difícilmente puedan compensar con acciones individuales. Por lo tanto, se desprende que la estabilidad de precios y el crecimiento económico sostenido (disminución de la volatilidad) se constituyen en objetivos primordiales, como también las medidas a favor de la competitividad que permitan reducir costos (especialmente necesario para las firmas del interior, que además tienen que absorber altos costos de transporte) y la ampliación del crédito (que en Argentina es escaso en comparación con países semejantes).

La lista de aspectos específicos en los que las Pymes requieren políticas de apoyo específicas es extensa, y en estas líneas se plantean apenas algunas reflexiones. Por ejemplo, la simplificación de trámites para el inicio y el funcionamiento de los pequeños negocios sigue siendo una materia pendiente. Según el relevamiento de IERALPyME dos tercios de las firmas consideran que la carga que implican los trámites y aspectos burocráticos que enfrentan es alta o muy alta, mientras que sólo 6% considera que es baja o muy baja.

Finalmente, en la búsqueda de diseñar mejores instrumentos de apoyo, de acuerdo con experiencias relevadas, se destaca que resulta necesario establecer mayor institucionalidad en las políticas para Pymes. Ello debería permitir que tengan un mayor alcance (se requiere mayor escala y cobertura territorial), mayor especificidad (atendiendo a las problemáticas sectoriales y a la etapa de desarrollo de la firma), mayor integración (conectar organismos y programas dispersos) y más perdurabilidad en el tiempo (que permita alguna planificación). Sólo de este modo es factible que se constituyan en un verdadero soporte de la dinámica de creación, crecimiento y desarrollo de las empresas, generando empleo productivo de manera sostenida.

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