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Los primeros bocetos de la economía del 2016

Los consultores empiezan a trazar escenarios después de diciembre

09 marzo de 2015

Si bien el 2015 aún está mostrando sus contornos generales, hay muchas consultoras que se adelantan a la curva y empiezan a plantear sus escenarios para 2016. Saben que en 2015 no habrá crisis y que la política económica no variará y, por ende, la economía en su conjunto no cambiará mucho a lo largo del año. Una de esas consultoras fue Elypsis, que sorprendió con una proyección de crecimiento de 4% para 2016, “fruto de la recuperación de la inversión y el relajamiento de las barreras comerciales, y beneficiado por un arrastre estadístico positivo de alrededor de 1,5% de 2015”. El informe, muy bien recibido en el mercado, sostiene que el próximo Gobierno hará lo siguiente:

Un ajuste selectivo de tarifas domiciliarias urbanas (“por un valor de 1% del PIB”).

Reintervendrá el Indec (relanzará el IPCN y la diferencia entre las mediciones privadas y las del Indec irá desapareciendo).

Aprobará un Programa Monetario con indicaciones de tipo de cambio e inflación, y reemplazará las Lebacs por Letras del Tesoro con tasas de interés ligeramente por encima de la inflación objetivo.

Le dará la luz verde a la vuelta del FMI a realizar el análisis de la economía estipulado en el artículo IV.

Relajará las restricciones a la exportación de productos primarios y a las importaciones.

Le dará mayor flexibilidad al tipo de cambio (“aunque eludiendo un ajuste discreto del dólar”).

Se iniciarán negociaciones con los holdouts y un cronograma de emisión en ambas monedas, bajo ley argentina, a partir de marzo.

Con este recetario en marcha, habría una “convergencia de spreads a niveles 200 puntos básicos por sobre Colombia y Uruguay” y “las brechas cambiarias convergerán a cero”. Los movimientos de los últimos meses le dan la derecha a Elypsis: tanto el spreads como la brecha están con tendencia decreciente. La 'desrepresión' financiera y comercial aumentará el rojo en la cuenta corriente a 3%-4% del PIB, “que deberá financiarse con entrada de capitales (de cartera, por colocación de deuda privada y pública, y por inversión extranjera directa)”. El buen dato es que la inflación, que este año, según Elypsis, sería de 27%, o menos, bajaría hasta 24% (26% promedio) en 2016 aunque, admiten, “la desaceleración de la inflación se verá limitada por los intentos de recuperación de la competitividad cambiaria, el ajuste parcial de tarifas y la recuperación de la demanda”. El otro buen dato es que mejorará la posición fiscal del país, pasando de un rojo de 4,5% en 2015 a uno de 3% en 2016. Esta visión optimista, tanto sobre la política económica como sobre la reacción de la economía misma, parece estar alimentando las buenas ondas imperantes en los mercados financieros y en los activos nacionales. Otras opiniones “Si el próximo Gobierno se esfuerza en sanear la macro (bajar inflación, revertir retraso cambiario, reducir déficit fiscal) y dar señales convincentes para remover la incertidumbre, la economía argentina retornaría rápidamente al sendero de crecimiento que abandonáramos en 2011”, dice el economista Federico Muñoz, titular de la consultora homónima. “De todos modos, aún cuando el Gobierno entrante nos concediera una mejora sensible en la calidad de la política económica y promoviera una mejora notoria de las expectativas, no hay margen para un exceso de optimismo”, matiza. Es que el mix de política económica versión 2016 no será muy procrecimiento: “siquiera en el mejor escenario imaginable, el 2016 va a ser un año de ágil expansión. La prioridad será bajar la inflación y la estabilización difícilmente prospere con una demanda interna adquiriendo fuerte dinamismo. En rigor, en el año entrante tanto la política monetaria como la fiscal debieran tornarse netamente contractivas, penalizando al nivel de actividad. Recién en 2017, y una vez que la dinámica inflacionaria esté bajo control, podría esperarse una aceleración sensible del ritmo de crecimiento”. Lo mismo opina Luis Secco: “El efecto de las correcciones macro será, en primera instancia, contractivo. Pero luego, si se hace esa corrección, la economía podría volver a crecer con fuerza, cerca de 8%, en el segundo semestre de 2016”. Pero no todos los consultores se animan al optimismo. “La represión de variables fundamentales ?como el tipo de cambio, las tarifas o la oferta monetaria? ha creado inconsistencias que las autoridades han podido ir manejando, pero más temprano que tarde esas variables deberán moverse hacia el equilibrio. En experiencias de 'desrepresión' del pasado, el movimiento hacia el equilibrio ha sido normalmente acompañado de efectos colaterales negativos como aceleración de la inflación, recesión y aumento del desempleo”, observa el prestigioso economista José María Fanelli en su último informe mensual. Que habrá cambios en la política económica en 2016 casi nadie lo duda. La pregunta, más bien, es có- mo reaccionará la economía al nuevo rumbo de la política. La moneda, pronto, estará en el aire.

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