El dólar fue la moneda estrella en 2014 y volverá a serlo en 2015. No es una buena noticia para aquellos países que exportan materias primas, porque su cotización se mueve en sentido contrario al de la moneda estadounidense. Tampoco lo es para los que quieren mantener retrasado el tipo de cambio como es el caso de Argentina. Es difícil quedar atado a una moneda que va ganando valor frente a todas las demás. Al actual ciclo alcista de la moneda estadounidense todavía le queda un largo recorrido. ¿Podría ser el tercero en importancia de las últimas décadas?
Hubo un ciclo alcista muy pronunciado ?de casi 100%? a comienzos de la década del '80 al que se le procuró poner fin con el Acuerdo del Plaza de 1985. El siguiente se produjo entre 1995 y principios de 2002 y representó una suba de 50%.
El actual tendría menor magnitud porque el escenario mundial cambió como consecuencia del protagonismo que tomaron las economías emergentes. La distribución del poder económico se modificó y es poco probable que ?por ejemplo? el yuan se devalúe mucho contra el dólar.
Pero hay otras circunstancias que son similares a la de los procesos anteriores. La primera es que el desempeño de la economía de Estados Unidos es muy superior al de otros países desarrollados. En 2015 el PIB estadounidense puede superar el 3% mientras que el de la Eurozona se ubicará por debajo del 1%. La segunda característica compartida con lo ciclos anteriores es la caída en el precio del petróleo, que alivia las cuentas externas de Estados Unidos.
Los diferentes rendimientos económicos son el principal factor para explicar la fortaleza del dólar frente al euro y el yen, y mientras ese dato estructural persista, no habrá modificaciones en las tendencias de los mercados cambiarios. Además, la Reserva Federal subirá las tasas de interés en algún momento de 2015 mientras que el Banco Central Europeo tendrá una política monetaria más laxa. El diferencial de tasas será otro factor que consolidará la suba del dólar en los próximos meses.
