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Otro año complicado para el comercio

El cepo importador se profundizará

29 enero de 2015

El viento de cola ha dejado de soplar y las exportaciones han acusado el impacto. Brasil no crece hace varios años y China enfrenta las tasas de expansión más bajas de las últimas décadas: son los dos principales socios comerciales del país. Europa, otro socio comercial de envergadura, tampoco crece. A la vez, los precios de nuestros productos exportables han caído. Mientras se deterioraran los términos de intercambio y la demanda de nuestros socios comerciales, el país suma problemas propios que también complican la colocación de productos en el mundo. El atraso cambiario, producto de un dólar oficial quieto y una inflación navegando cerca del 30%, resiente la competitividad-precio de muchos sectores.

Por eso, según Analytica, en 2015 las exportaciones caerán de vuelta (estiman una retracción de 9% interanual) y se cumplirá el periodo más largo, desde 1932, de caída de las ventas externas, que este año cumplirá 4 años consecutivos. Según Analytica, Argentina le venderá al mundo US$ 65.000 millones en 2015, es decir, casi US$ 20.000 millones menos de los que vendió en 2011, cuando comenzó el bajón.  Jorge Todesca calcula que, por los tres principales cultivos (soja, maíz y trigo), el país exportará US$ 22.000 millones, US$ 2.300 menos que en 2014.

Así, reanimar las exportaciones pasará a engrosar la lista de deberes del próximo Gobierno.

La importancia de las exportaciones, y del saldo comercial, es muy elevada para una economía como la nuestra. Los abultados superávit comerciales de la última década, ahora en franco declive, fueron los que permitieron, junto a otros factores, financiar el crecimiento de las importaciones y, con ellas, del nivel de actividad, sin generar una crisis de balance de pagos. Es decir, sin chocar con la restricción externa. Pero ya se llegó a ese punto y ahora ya no se puede seguir alimentado el boom importador como el que se registró durante buena parte de la década pasada.

Por eso, sobrevino el cepo sobre las importaciones, que este año seguirá. Con exportaciones, y superávit, cayendo, se decidió ajustar por el lado de las importaciones. Este año, la película se repetirá y, por lo tanto, es esperable una nueva caída tanto de las ventas como de las compras al mundo. “La pérdida de ingresos por exportaciones impondría al Gobierno la necesidad de continuar restringiendo las importaciones en aras de un saldo comercial positivo”, dice Todesca y anticipa una caída del PIB de 3% en este año. “Con exportaciones en baja, sin acceso al financiamiento externo, más allá del financiamiento que puede llegar desde China (que tiene resultado neutral, salvo los swaps) y con fuertes vencimientos de deuda, estimamos que el gobierno seguirá priorizando la estrategia de cuidar las reservas por sobre el nivel de actividad, con lo cual las importaciones seguirán siendo la variable de ajuste”, explican desde Analytica.

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