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Las cuentas que no cierran

Malas perspectivas para las economías regionales

30 enero de 2015

(Columna de Facundo Matos)

El año pasado dejó a las provincias argentinas frente a un resultado fiscal levemente mejor al de 2013 y los años anteriores. Según un informe del Cippec, el déficit fue de $9.000 hasta octubre, aunque para Ieral y Economía & Regiones el número se acercó a los $13.000. De todos modos, cualquier tenue mejoría de las economías provinciales se interrumpirá probablemente en 2015, un año en que a los problemas estructurales ya conocidos se le sumará el crecimiento de los vencimientos de deuda, una nueva coyuntura mundial con precios más bajos en los sectores agropecuario, minero y petrolero, y un gasto público en alza, en el marco de un cronograma electoral que implicará elecciones ejecutivas en casi la totalidad de las provincias.

Sólo dos de ellas (Neuquén y Santiago del Estero) mostraron al tercer trimestre de 2014 una tasa de expansión interanual positiva, según el Indicador Sintético de Actividad de las Provincias que elabora Federico Muñoz. Las 22 provincias restantes registraron caídas en sus niveles de actividad económica, siendo Tierra del Fuego (-12,7%), San Juan (-9,6%) y Catamarca (-6,7%) las que padecieron con mayor crudeza el repliegue, mayormente a causa del castigo que están sufriendo sus principales sectores productivos (tecnología y minería, respectivamente).

Pese a que aún conserva grandes potenciales a futuro, la minería argentina se encontró en 2014 con una importante caída del precio de los principales metales (oro, plata y cobre), un incremento de los costos de producción y serias restricciones para el financiamiento de los proyectos de extracción, explica Martín Dedeu, presidente de la Cámara Argentina de Empresarios Mineros. La actividad fueguina, estructuralmente atada a los vaivenes del tipo de cambio y las importaciones, se resintió como consecuencia de las dificultades en el acceso a los dólares para importación y la escasez de divisas.

Atados a los dólares y precios internacionales

Hacia el sur, las provincias patagónicas petroleras también enfrentanan un escenario difícil. El descenso a menos de US$ 50 del precio del barril de petróleo llevará, según estimaciones de Economía & Regiones, a que los ingresos por regalías hidrocarburíferas caigan 9% medidas en dólares. Por eso, representante del Gobierno Nacional, gobernadores de las provincias petroleras y el CEO de YPF, Miguel Galuccio, resolvieron en una reunión celebrada el 20 de enero hacer lo posible por mantener por encima de los US$ 60 el precio interno del barril de petróleo y establecer un beneficio de USD 3 a aquellas empresas que sostengan o aumenten su producción de hidrocarburos y un incentivo de 2 dólares a aquellas que mantengan o mejoren sus niveles de exportación.

En la región pampeana, la caída del precio internacional de las commodities llevará a que el crecimiento del Fondo Sojero caiga del 56% de 2014 al 15% en 2015. Las cantidades exportadas y la devaluación del peso, en tanto, actuarían en sentido contrario, al incrementarse 8.5% y 44%, respectivamente, aminorando el efecto de la baja del 23% que se espera en el valor de las oleaginosas en 2015, según Economía & Regiones.

Tanto en uno como en otro sector, se repite una constante estructural de las economías regionales: su dependencia respecto de los precios internacionales de las commodities y la evolución del tipo de cambio.

Otro de los sectores en baja, con especial incidencia en Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe, es el automotriz. El desempeño del área fue particularmente negativo en 2014. La producción de las once terminales radicadas en el país ?de acuerdo a Adefa? totalizó 617.329 vehículos, mostrando una caída de 22% anual. Contribuyeron principalmente la menor demanda por parte de Brasil, la contracción del mercado interno y la insuficiente disponibilidad de divisas, tres factores que regresaron la producción automotriz a niveles previos al 2010 y que se encontrarán presentes también en 2015.

Haciendo cuentas

A pesar de la presión estructural que tiene la provincia de Buenos Aires y las dificultades mencionadas, el distrito lideró el crecimiento del tercer trimestre de 2014 y mejoró sensiblemente su resultado fiscal en los últimos doce meses. Esto se vio reflejado en la mejoría de todas las provincias, dado su significativo peso en el total acumulado de los 24 distritos.

“En los últimos cuatro ejercicios, las provincias redujeron el déficit en términos absolutos haciendo crecer los gastos por debajo del crecimiento de los recursos a fuerza de desaceleración de gastos y aumentos de tributos. En 2015 no vemos este escenario sino que pensamos que el gasto crecerá 2 puntos por encima de los recursos, con lo que el déficit más que se duplicaría”, señala Guillermo Giussi, de la consultora Economía & Regiones.

Esto se debe, según Lucio Castro, director del Area de Desarrollo Estratégico de Cippec, a que la mejoría de 2014 se debió principalmente “a tres pilares de dudosa persistencia en 2015: la distribución desde el Estado Nacional de casi $10.000 millones en concepto de Aportes del Tesoro Nacional (ATN); un fuerte ajuste fiscal, con caída de la inversión directa del 13% al 9% entre 2007 y 2014; y un aumento de la presión tributaria del 4% del PIB al 6% entre 2006 y 2013”. Un escenario poco probable de repetirse en 2015, dado que será un año electoral en el que la mayoría de los gobernadores buscará su reelección o la continuidad de candidatos de su mismo signo político.

Además, la inflación seguirá elevando el gasto de salarios públicos, que concentra el 60% del total de las erogaciones de los estados provinciales. Y cada punto de aumento en paritarias ?según E&R? implicará un gasto anual adicional de 3.000 millones de pesos.

Deuda

Por otra parte, las provincias deberán afrontar en 2015 un año con vencimientos de deuda elevados. Según alerta el último informe de Economía & Regiones, “la caída del financiamiento en pesos fue compensada por una intensificación de las colocaciones en moneda extranjera (o ajustable por el dólar oficial), dando lugar a un proceso de redolarización de la deuda provincial, que ya representa el 55% del total, frente al 30% de 2011”. La importancia de este dato radica en que ?según la consultora? “cada punto de devaluación implica un crecimiento de $1.040 millones en el stock de deuda provincial, y una hipotética continuidad de este proceso intensificará la exposición provincial al riesgo cambiario, teniendo en cuenta que sólo el 5% de los ingresos dependen de la evolución del dólar”.

No obstante, según Giussi, la deuda total se explica casi exclusivamente por los vencimientos que deberá realizar la provincia de Buenos Aires (US$ 1.500 millones) y la ciudad de Buenos Aires (US$ 500 millones), por lo que el resto de las provincias estará mayormente exenta de esta presión.

De todos modos, remarca Castro, “parte de la mejoría fiscal de las provincias se debe a la reestructuración de las deudas provinciales a causa de una serie de programas del Gobierno Nacional, que es acreedor del 50% del total de las deudas provinciales”. Por eso, los gobernadores de las 17 provincias del Programa Federal de Desendeudamiento de las Provincias estarán a la expectativa acerca de la prórroga del programa, que significaría un alivio para las economías provinciales, ya que sin diferimiento ?según E&R? 2015 podría cerrar con un déficit financiero de $20.900 millones para las 17 provincias del PFDP y de $33.200 millones para el consolidado de provincias, lo que implicaría necesidades de financiamiento por $49.300 y $69.900 millones, en cada caso.

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