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Cuidando las reservas

¿Sirvió la estrategia oficial?

13 junio de 2014

En las últimas publicaciones o declaraciones oficiales, o de economistas afines al Gobierno, es cada vez más común leer y escuchar los términos “régimen de administración del comercio” o “contexto de administración de las compras y pagos al exterior”. A mi entender, es una forma elegante de afirmar que están bastante preocupados por la falta de divisas y que el resto de la política económica estará totalmente supeditada a que los dólares alcancen.

¿Cómo es posible que luego del espectacular crecimiento de las exportaciones (de ¡400%! en los últimos diez años) los dólares escaseen? El fuerte aumento de los salarios en dólares, el boom de consumo de autos y electrodomésticos ?sectores fuertemente deficitarios?, las importaciones de energía, las tasas en pesos por debajo de la inflación, el turismo y el pago de los vencimientos de deuda con reservas fueron demasiado para las exportaciones. El Gobierno tomó nota y mediante algunas medidas aisladas implementadas en los últimos meses está intentando torcer el rumbo o, al menos, comprar algo de tiempo. Como veremos a continuación, las medidas tuvieron algún resultado en proteger las reservas pero están muy lejos de corregir el problema.

Los flujos en el primer trimestre

Recientemente, el BCRA publicó el Balance Cambiario correspondiente al primer trimestre del año, en el cual se detalla la oferta y demanda de divisas cursadas por el mercado de cambios. El primer punto a destacar es la caída de las importaciones. Los pagos al exterior alcanzaron los US$ 14.564 millones, 7% por debajo del primer trimestre del año anterior. En la última década, solamente en la crisis de 2009 los pagos por importaciones habían caído en un primer trimestre, lo que pone en evidencia el fuerte freno en la actividad en los últimos meses. Los pagos cayeron en casi todos los rubros. En la industria automotriz, principal consumidor de divisas producto del fuerte componente de insumos importados, la caída fue del 23%. El impuesto aplicado por el Gobierno y la caída del poder adquisitivo fueron un combo letal para el sector. Otros sectores fuertemente demandantes de divisas, como maquinarias y equipos, industria química y metales básicos, también achicaron fuertemente los pagos al exterior. Sin embargo, las importaciones de energía son cada vez mayores, dificultando el ahorro de divisas. Los pagos por petróleo y electricidad superaron los US$ 2.900 millones, mostrando un aumento interanual del 33%.

Un dato que sorprende, y no de forma grata, es la caída de las exportaciones. Los cobros del exterior cayeron 9% hasta US$ 15.133 millones. Esto dejó un saldo superavitario de bienes de US$ 569 millones, por lejos el más bajo desde la salida de la convertibilidad. Si bien la caída de las exportaciones automotrices (US$ 542 millones menos debido al lento crecimiento brasileño) explicaron gran parte, la baja alcanza a la gran mayoría de los sectores.

Creo que una serie de factores ayudan a explicar este fenómeno. Para empezar, el crecimiento del comercio global no empuja como en el período 2003- 2008. En segundo lugar, Brasil no muestra signos de vida. Otro punto muy importante es el atraso cambiario de los últimos años: desde el 2011 los cobros por exportaciones prácticamente no crecen. Por último, el cepo y la brecha cambiaria incentivan la subfacturación de exportaciones, provocando que un porcentaje de las divisas no sean ingresadas a través del Mercado Unico y Libre de Cambios (MULC).

Otro sector fuertemente demandante de divisas, y no por cuestiones estructurales o por la matriz productiva sino por torpezas políticas, es el turismo. En 2013 se llevó nada menos que US$6.660 millones. En el primer trimestre del 2014 el déficit neto alcanzó los US$ 1.355 millones, 22,4% por debajo del año anterior. La reducción del déficit se explicó principalmente por la caída de la brecha cambiaria a partir de fines de enero. En los últimos tres meses la brecha entre el oficial y el paralelo se ubicó en torno al 33%. Dado el recargo para compras con tarjeta del 35%, es de vital importancia que el Gobierno mantenga la brecha por debajo de dicho umbral para reducir el incentivo a pagar con tarjetas en el exterior. Con un paralelo por debajo del “dólar tarjeta”, el BCRA podría evitar perder una importantísima cantidad de divisas. En dirección contraria a lo mencionado, en los últimos días el blue se ubicó nuevamente por encima del dólar tarjeta.

Por el lado de la cuenta financiera también se perdieron US$ 1.628 millones, cuando en el primer trimestre del año pasado la salida había sido de US$ 323 millones. Vale remarcar que desde la implementación del cepo la salida de capitales financieros está contenida. El contado con liquidación permite sacar e ingresar divisas, pero siempre teniendo como contraparte de la operación al propio sector privado, con lo cual el BCRA no pierde reservas. Del déficit financiero, el 80% se explica por los pagos a organismos internacionales. Es inexplicable como en el actual contexto seguimos pagando y no renovamos estos vencimientos. El acuerdo con el Club de París es, sin lugar a dudas, una buena noticia para cambiar esta dinámica. Por otro lado, vale aclarar que la salida también contiene el giro de US$ 678 millones por el pago de YPF a Apache.

En resumen, como los ingresos superaron a los egresos, las reservas cayeron más de US$ 3.700 millones. Sin embargo, la salida se concentró fuertemente en enero y, a partir de entonces, se revirtió la tendencia producto de la recesión y el comienzo de la liquidación de la soja, apoyados por la comunicación A5536, la devaluación y el régimen de administración del comercio.

Lo que viene?

Para lo que resta del año, el ritmo de actividad será muy importante. Mientras la economía se mantenga en recesión la demanda de divisas comerciales se verá más contenida. Por otro lado, las importaciones de energía seguirán consumiendo divisas, y ninguna medida podrá corregir esto en el corto plazo. La cosecha record traerá un buen caudal de divisas en los próximos meses. El mal clima provocó un retraso en la recolección y comercialización. En los primeros cinco meses del año se liquidaron más de US$ 10.000 millones y el propio Juan Carlos Fábrega, presidente del BCRA, pronosticó que aún restan por ingresar al mercado US$ 20.000 millones del complejo agropecuario. Por último, pero no menos importante, habría que esperar que decisión toma el Gobierno sobre el financiamiento externo.

Creo que una vez conocida la decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos, también tendremos novedades en ese frente. Conseguir US$ 5.000 millones sería muy fácil en el actual contexto (entre YPF, Gobierno y la provincia de Buenos Aires) y descomprimiría de gran forma el mercado de cambios. La tasa de interés dependerá de las próximas medidas y señales que brinde el Gobierno.

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