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Una política ferroviaria

Es necesario el impulso del Estado

13 febrero de 2013

(Columna de Nahuel Guaita, economista)

El transporte de pasajeros y de carga de larga distancia ha abandonado el uso del ferrocarril por el deterioro del mismo, las desinversiones y la ausencia de políticas de estado en los últimos veinticinco años, entre otros motivos. Esto ha encarecido los costos de transporte ya sea de pasajeros y/o mercancías desde las provincias del interior hacia Buenos Aires y/o puertos de exportación. Llegando a contar con casi 35.000 kilómetros de vías con un tendido que abarcaba gran parte del país y conexiones hacia Bolivia, Chile, Paraguay, Brasil y Uruguay, actualmente sólo se mantienen aquellas rutas consideradas rentables.

El Estado debe recordar el rol del ferrocarril en el desarrollo económico del interior y su capacidad para abaratar los costos de transporte. Su importancia reside en la capacidad para transportar de manera rápida y con bajos costos muchas toneladas de materias primas, desde productos agropecuarios, minerales hasta manufacturas, desde los centros de producción o extracción hacia las zonas de consumo y/o embarque.

Una recuperación de las vías y fábricas ferroviarias que alguna vez existieron podría estar enfocada en un primer momento al transporte de carga. En términos relativos, la Argentina no cuenta con un sistema de autopistas que vuelvan al ferrocarril más costoso al transporte por tierra.

Por otro lado, el ferrocarril es mucho más eficiente en lo que refiere a consumo energético, con lo cual el desarrollo del mismo podría quitar presión sobre el consumo energético nacional. La política de sustitución de importaciones que intenta llevar a cabo el Gobierno puede complementarse con la recuperación de la industria ferroviaria nacional. Es decir, recuperar la producción nacional de vagones y locomotoras sin la necesidad de buscar rentabilidad más que para su automantenimiento, como así también poner en funcionamiento los ya existentes tendidos de vías y estaciones usadas en el pasado.

También, la producción minera de los últimos años se vería favorecida con un medio de transporte rápido, económico y eficiente para trasladar la gran cantidad de minerales. Existe la materia prima, así como la capacidad, técnica a nivel nacional para recuperar el tendido ferroviario y su respectiva industria. Hacerlo es una decisión del Estado que puede permitir tarifas reducidas, ligar a las regiones entre sí y avanzar en la economía regional. Se pueden recuperar los talleres ferroviarios existentes como así también el tendido de vías que supo existir. Esto permitiría evitar un gran gasto en divisas y costos fijos, dado que sólo se deben poner en marcha las máquinas actualmente no utilizadas.

Por otro lado, es necesario recuperar el capital humano que logró producir locomotoras para el mercado interno e incluso para el externo. Con el objeto de recuperar en un futuro exportaciones de material ferroviario y, de este modo, obtener en el largo plazo un mayor ingreso en divisas. Los ferrocarriles cumplen un rol estratégico en la economía nacional, rol similar al que cumplen las venas en el cuerpo humano. Un país de las dimensiones de la Argentina, que prácticamente no utiliza medios de transporte rodante, pierde cada año oportunidades de empleo, desarrollo y competitividad industrial y ahorro energético por unidad de producto.

A nivel nacional existe demanda actualmente como para volver al transporte por ferrocarril rentable en largas distancias, desde los centros mineros de la cordillera hasta los polos industriales de Tierra del Fuego. Con lo cual, el punto a resolver es de donde surgiría la financiación (interna) para la recuperación arriba descripta o si se buscaría financiación externa, como es el caso de China en el Plan Integral de Renovación del Belgrano Cargas. Es pertinente señalar que los acuerdos con China implican la compra de locomotoras, rieles y equipo a dicho país, y hasta la contratación de ingenieros chinos.

Por lo tanto, el impacto directo sobre la demanda interna es prácticamente nulo y el aumento de la deuda en moneda extranjera va en contra de la sustitución de importaciones que se está buscando. Con una baja tasa de crecimiento debido a caídas en la demanda agregada, tanto nacional como extranjera, hoy más que nunca una política ferroviaria orientada hacia la promoción y aprovechamiento del mercado interno no puede ser ignorada.

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