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Exportación de autos

La suba de costos en dólares, un riesgo.

18 enero de 2013

Finalmente se concretó lo que veníamos adelantando desde agosto del año pasado: el 2012 no llegó a superar el récord absoluto de 2011, pero se convirtió, por lejos, en el segundo mejor año de toda la historia de la industria automotriz argentina. En todo el 2012 se patentaron 840.678 vehículos, apenas 2% por debajo del récord sin precedentes de 857.983 alcanzado en la cumbre de 2011. O sea, no fue un año récord, pero fue otra temporada para festejar.

Y el número final de 2012 es auspicioso, porque en los últimos meses se empezó a observar un paulatino mejoramiento: de las caídas anuales en los registros de más del 20% en septiembre contra septiembre de 2011, hubo una merma del 11% en noviembre contra noviembre del año pasado y de apenas 4% en diciembre contra diciembre, lo cual indica que los argentinos, imposibilitados de ahorrar en ningún canal, siguen comprando autos para intentar conservar el valor del dinero. Es una compra inducida, no le permitirá a los compradores mantener el capital, pero por lo menos mantiene activa a la industria, y evita que empiecen a aparecer suspensiones y despidos. Por supuesto, con 2013 recién iniciado, ningún empresario o vendedor se anima a pronosticar cuál puede ser un número anual concreto de venta.

Por el momento se espera una demanda similar a la de este año, sin cambios bruscos. Ese tal vez sea el signo más positivo de este momento a diferencia de otras épocas, donde las alzas y bajas eran violentas. Por lo que podría decirse que la industria del automóvil estaría empezando a acostumbrar a la estabilidad. ¿Será cierto?

Los nuevos datos

Eso si, enero, seguramente, mostrará una cantidad de autos registrados que parecerá asombrosa, probablemente 150% más alta que la anotada en diciembre. Pero eso no tendrá que ver con la cantidad de ventas que se lograrán en todo el año, sino con el mero cambio de año-modelo: quien compra un auto en enero, en lugar de hacerlo en diciembre, tiene generalmente un mayor poder de reventa de su usado que en términos normales significa un precio de recuperación 10% superior, que no es poco.

Pero hay algunos detalles que van apareciendo y que bien merecen ser analizados: según el informe mensual que la Asociación de Fabricantes de Automotores (ADEFA) dio a conocer esta misma semana, en la distribución de unidades que se realiza entre las concesionarias se dio un fenómeno muy extraño. En el total anual, terminales e importadores entregaron a las redes 830.058 autos, la segunda mayor cantidad de la historia, un número que significó una caída del 6% respecto del récord absoluto de 2011 (883.350 vehículos). Lo extraño de este caso es que después de haber entregado a lo largo de casi todos los meses de 2012 cantidades mensuales bastante inferiores a las distribuidas en 2011, en diciembre último se despacharon con una entrega mensual récord, sin precedentes, de 88.323 autos, 7% por arriba de los repartidos en diciembre de 2011.

Cuando se les preguntó a los vendedores cuál es la razón de este aumento de fin de año, ninguno supo encontrar el motivo cierto, pero ninguno se inclinaba por esperar un mercado vendedor más fortalecido, sino mas bien en la conveniencia de entregar unidades ahora, por razones puramente impositivas. ¿Acaso se viene otro impuestazo para comprar automóviles? Veremos.

La producción

Pero en la producción efectiva de unidades, donde se hornea lo que se espera vender realmente, quizás pueda observarse lo que los empresarios entrevén para el futuro inmediato. En la fabricación total anual, en 2012 se lograron 764.495 vehículos, 7,8% menos que el récord absoluto de 2011 (828.771). En este caso, la luz positiva se ve por el lado de la lenta mejora mensual: hasta setiembre, en la medición mes contra mes igual del año anterior, las cantidades eran siempre negativas, pero a partir de octubre la tendencia cambió.

En octubre se fabricaron 8% más unidades que en octubre de 2011 y en diciembre 16% más que en diciembre de 2011. Veremos si esto se sigue dando en los primeros meses de 2013. En la fabricación por modelo, se sigue comprobando que la Argentina es un país decididamente agrodependiente. Los dos modelos más fabricados son dos camionetas, de uso preferencial en el campo. En el tope del ranking, cortada, arriba de todo, está la Toyota Hilux, con 93.570 unidades, seguida a gran distancia por la Volkswagen Amarok, con 70.302 vehículos. Tercero, con 65.212 unidades, entró el primer auto: el Agile de Chevrolet.

Pero, probablemente, la peor de todas las noticias que llega desde el sector venga del lado de la exportación. En todo el 2012 se mandaron al exterior 413.472 vehículos, nada menos que 18,4% menos que el récord de 506.715 unidades de 2011. Esta brusca caída tiene relación con la pérdida de varios mercados y con la menor penetración de autos argentinos en Brasil, y el descenso tiene dos fuentes: una foránea, la menor performance propia de los mercados externos, y la otra propia, el encarecimiento de los autos argentinos en dólares, por la permanente inflación que sufre la Argentina y por una brecha cambiaria que se estira cada vez mas.

Debe consignarse que el total exportado en 2012 fue inferior al total enviado al exterior en 2011 y también menor a la cantidad exportada en 2010. Si este fenómeno no se arregla, esta caída de 90.000 autos que mostró la exportación entre 2011 y 2012 puede llegar a profundizarse en 2013 y convertirse, lamentablemente, en suspensión de horas trabajadas, anulación de horas extras y, lo que puede ser muy grave, el inicio de despidos en el sector. Lo peor el caso es que el sobrecosto de los precios argentinos está haciendo desaparecer mercados externos. Del total exportado, en 2010 se vendían afuera el 77% en Brasil, el 10% en Europa y casi 4% en México y en Uruguay. En 2012 el 82% fue a Brasil, y no porque Brasil suba, sino porque el resto desaparece: en Europa se colocó menos del 6%, se perdieron cuatro puntos. Y en México y en Uruguay se vendió el 1%, se perdieron casi tres puntos en cada uno de esos mercados.

Si la inflación en dólares continúa, y si la brecha cambiaria se sigue estirando, las ventas de autos, y de todos los productos argentinos, serán cada vez más complicadas. Esa será la prueba más difícil que deberá enfrentar la plaza automotriz argentina durante todo el 2013.

El reparto

Del reparto total de vehículos a la red, en 2012 ?quizás gracias a la permanente presión del secretario Guillermo Moreno y de la ministra Débora Giorgi? hubo un incremento en la participación de los denominados autos de origen nacional, que aún siguen siendo perdidosos en su puja con los importados, considerando además que los autos denominados nacionales son armados en la Argentina, con 30% de piezas realmente argentinas y 70% de partes totalmente importadas, por lo que esta comparación ?siempre lo decimos? hay que tomarla con la punta de los dedos. De los 830.058 autos distribuidos el año pasado, 481.981 (el 58%) fueron de origen importado, en tanto que los 347.997 restantes (el 42%) fueron armados en el país con mayoría de piezas importadas.

Esta deficiencia sigue convirtiendo a la industria automotriz argentina en la principal fuente de fuga de divisas: estudios privados calculan que en 2012 se fueron de la Argentina por los autos aproximadamente 8.000 millones de dólares, casi el doble de lo que se pagó por intereses de la deuda externa. En cuanto a la actuación de la demanda debe decirse que el aburrido paladar automotor argentino no cambia. Los tres modelos más vendidos de 2012 fueron el Volkswagen Gol (64.514 unidades), el Chevrolet Classic (42.479) y el Peugeot 207 (30.451). Donde hay algunos cambios es a partir del cuarto puesto: en 2010 y 2011 en cuarta posición había entrado el Renault Sandero, que este año se retrasó al séptimo puesto. Gracias a políticas de abaratamiento de precios el año pasado el Volkswagen Suran entró cuarto (26.133), la Toyota Hilux quinta (25.582) y el Renault Clío sexto (23.219).

Sin embargo, el la durísima pelea por la participación de mercado que logra cada empresa, se observó en 2012 un final con bandera verde. Después de liderar todo el año cómodamente con cuotas de mercado superiores al 20%, la alemana Volkswagen logró terminar primera en diciembre, pero con un reparto de la torta del 18%, y con la estadounidense Chevrolet tocándole los talones con un 17,8%. Tercera quedó Ford (casi 16%), cuarta Renault (casi 12%) y mucho más abajo, en torno al 9%, se siguieron postergando Peugeot y Fiat. Bastante más lejos, con menos de 5% cada una, están Toyota y Citroên. Después, con 2,4%, una cifra lograda gracias a la brecha cambiaria, está Mercedes Benz (quienes tienen dólares billete sacan autos de la estrella con descuentos formidables). Y Honda, que prometía mucho más, terminó el año muy para abajo rozando el 1%.

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