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¿Hacia dónde va la economía mundial?

Más dudas que certezas.

23 julio de 2012

(Columna de Maximiliano Castillo Carrillo, director de la consultora ACM)

Las perspectivas sobre la evolución de la economía mundial continúan exhibiendo más dudas que certezas. A comienzos de año, de alguna manera se preveía una diferencia entre el comportamiento de la economía de Estados Unidos y la de la zona del euro.

En efecto, en EE.UU. se esperaba un crecimiento más robusto de la mano de una tasa de desempleo que venía reduciéndose, mejoras en el crédito y en los activos financieros. Sin embargo, en los últimos meses el desempleo se estancó en 8% junto con una producción industrial que crece a ritmo más apaciguado y una caída en la confianza de los consumidores y empresarios. Es por eso que se espera para este año un crecimiento tenue en torno al 2% mientras que el próximo año se ubicaría en 2,3%.

De todas formas, no sólo fue una evolución más anodina la que está afectando las previsiones de crecimiento, sino también el deterioro de las propias perspectivas para los próximos meses en un año electoral que combina, además de la propia incertidumbre sobre esta contienda presidencial, la finalización de los recortes de impuestos definidos en el gobierno de Bush y la reducción automática de algunos gastos, evento conocido hoy como fiscal cliff. No perdamos de vista que si no se prorrogan los recortes impositivos y se ejecutan los recortes automáticos del gasto, el impacto fiscal de estos cambios sería de 4% del PIB.

A este desempeño norteamericano más modesto, se suma también un nuevo deterioro en la zona del euro. Las iniciativas desplegadas por las autoridades comunitarias siguen sin lograr despejar las dudas sobre la solvencia fiscal de algunos países y de sus sistemas financieros, dinámica que como es bien sabido, ya no sólo afecta a países periféricos de la región (i.e. Irlanda, Grecia, Portugal y Chipre), sino también a dos de las economías más importantes, como son España e Italia. Bajo este contexto la zona Euro mostraría en 2012 una recesión de 0,5%, que recién podría revertir en 2013 cuando crecería alrededor de 0,8%.

Hasta el momento no se ha podido revertir el círculo vicioso que entre mayores ajustes fiscales, que afectan negativamente al nivel de actividad y de empleo, con ello, potencian las dudas sobre la solvencia del sistema financiero. En efecto, en España se ve cómo el desempleo y la recesión afectan a una caída del precio de los inmuebles y a una alta tasa de morosidad, lo cual incrementa las presiones sobre el sistema financiero.

De todas formas, en las últimas semanas, particularmente luego de la reunión del Consejo Europeo el 28 y 29 de de junio, los países “del sur”, junto con Francia, lograron flexibilizar la posición alemana (y la de otros países nórdicos) y ahora los mecanismos de rescate (el ESFM y su sucedáneo ESM) tendrán una mayor flexibilidad para capitalizar directamente a los bancos en problemas, sin incrementar directamente el nivel de deuda de los países, elemento que permitirá descomprimir la dudas sobre la sostenibilidad de la deuda en los países afectados. Más aún, también se ampliarían las posibilidades para intervenir directamente en el mercado de bonos de los países en problemas (i.e. España e Italia), al tiempo que se eliminaría el status de deuda privilegiada sobre esta asistencia. De todas formas, la “aplicabilidad” efectiva de estas iniciativas aún está por verse, toda vez que quedan aspectos por resolverse como la implementación del mecanismo único de supervisión sobre los bancos y el tamaño del ESM, que actualmente es de ?500.000 mill. En cualquier caso, las dudas surgen porque las autoridades europeas han demostrado una importante lentitud para avanzar en las medidas necesarias para sortear la crisis. De hecho, los mercados financieros siguen reflejando desconfianza y los rendimientos de los bonos españoles se mantienen en niveles muy elevados, (7% para el título a 10 años), mientras que los mercados bursátiles muestran una fuerte aversión al riesgo y la Bolsa española cayó 22,4%.

Los emergentes

A pesar de que para los emergentes todavía se prevé un crecimiento relativamente más robusto, la actividad económica será también algo más moderada. En particular, China está mostrando una desaceleración ligada a una evolución algo menos dinámica de su producción industrial y sus exportaciones, por lo que se espera que muestre un crecimiento en el 2012 de 8% y 8,5% el año que viene, mientras que a principio de año se estimaban en 8,2% y 8,8% respectivamente. En esta misma línea la India también muestra un comportamiento similar, siendo que las expectativas de crecimiento para este año se redujeron desde 7,5% a 7% y para 2013 de 8,1% a 7,3%.

En el ámbito regional, la situación no es muy distinta. Particularmente en Brasil, también se han deteriorado las perspectivas de crecimiento y este año el principal socio del Mercosur crecería, si se cumplen los últimos pronósticos 2%, luego de exhibir un aumento de su PIB real de 2,7%. De cualquier manera, y luego de un primer semestre bastante flojo, muy posiblemente la economía brasileña muestre un mejor desempeño en esta segunda mitad del año, en parte como respuesta a las acciones de policía fiscal y monetaria que están tomando las autoridades brasileñas. Esta posible recuperación ayudará también a mejorar las propias perspectivas para nuestro país, principalmente por su impacto sobre la industria automotriz. De todas formas las previsiones de crecimiento para 2013 en ningún caso se asemeja a la recuperación de 2010 y la actividad crecería en torno al 4% el año próximo.

A pesar de este escenario más modesto en términos de actividad, el contexto global actual por el momento no justifica la idea de que el mundo se “nos cayó encima”. Además, la desaceleración del nivel de actividad global en ningún caso se asemeja a la retracción observada durante la crisis de 2008/2009. Por ejemplo, en el “pico” y el “valle” la economía de Estados Unidos cayó 5,4%, la de la zona del Euro 6,3% y la de Brasil 2,4%, con un reflejo en el comercio mundial que se desplomó 10,5% en el período. Hoy, aunque más lento, todos estos indicadores siguen mostrando un desempeño positivo.

Además, y a pesar de los riesgos crecientes de un escenario todavía más modesto, la dinámica global hasta el momento en ningún caso se asemeja a la crisis de 2008/2009 y, aunque más moderado, se mantendría el crecimiento este año y en 2013 en torno 3,5% y 3,9% respectivamente.

(De la edición impresa)

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