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Proyecto aprobado

¿Y ahora?

04 mayo de 2012

Con 207 votos a favor y 32 en contra, la Cámara de Diputados sancionó el proyecto de estatización de YPF.  Así, la Casa Rosada logró que proyecto más polémico de su segundo mandato, y quizás de toda su administración, tenga un paso rápido por el Congreso de la Nación.  El debate legislativo acabó, pero la discusión sobre lo que pasará con la principal petrolera del país recién comienza.

“Están de paso”, definió alguien cercano a Axel Kicillof sobre su rol en YPF. Todo indica que el secretario de Política Económica y sus colaboradores no demorarán en volver full time al Ministerio de Economía y dejar el ajetreo energético. Un managment profesional se aprestaría a desembarcar en la torre de Puerto Madero.

Kicillof dedicó gran parte de sus días a la cuestión YPF en el último tiempo. Trabajó el proyecto de ley de nacionalización, expuso su visión en el Congreso de la Nación y nombró a dos de sus colaboradores en la empresa. Nicolás Arceo y Emanuel Agis hoy ocupan un cargo en la petrolera. Kicillof también recibió (y recibe) a empresas que acercan proyectos de inversión para asociarse con YPF. Fuentes del sector privado señalan que el modelo de negocios que el Gobierno pretende para YPF consistirá en firmar convenios con proveedores que ayuden a extraer el combustible de los yacimientos.

Medanitos, una empresa que trabaja en la provincia de Neuquén, dejó una propuesta de inversión en el escritorio de Julio De Vido. Y Kicillof participó de esa reunión. Medanitos comenzará operaciones para extraer petróleo en Neuquén a través de la modalidad de shale-oil: una técnica que consiste en fracturar el suelo a través de la fuerza hidráulica. La Argentina posee el tercer yacimiento del mundo en shale-gas, Vaca Muerta (Neuquén).

El managment de YPF sabe que su mayor desafío es extraer el gas mediante esa técnica que hoy parece estar de moda y que requiere inversiones millonarias (e importaciones significativas: la arena que se utiliza en el procesamiento es importada). Arceo es el subsecretario de Planificación de Económica. Y Agis el de Programación Económica. El primero ocupa en YPF la Dirección Económica-Financiera. Y el segundo la Ejecutiva Comercial. Ni Kicillof ni Arceo ni Agis tienen experiencia en el negocio de los hidrocarburos.

Sí Miguel Galuccio u Oscar Vicente, los nombres que suenan para ocupar puestos en el managment de YPF. Cristina Kirchner reconoció que la reversión del balance energético en 2011 disparó la decisión de nacionalizar YPF. Echó responsabilidades a la gestión de la empresa y que a través de una gestión en línea con los intereses del país la Argentina recuperará el autoabastecimiento de combustibles.

Se calcula que el sector importa más de U$S 10.000 millones y el déficit comercial superará los U$S 3.000 millones. Los críticos del proyecto oficial señalan que la reversión del rojo comercial del sector no depende de la mejor gestión de YPF si no de un cambio de la política energética. Cuando la Argentina salió de la crisis de la convertibilidad el gobierno de Eduardo Duhalde congeló las tarifas de los combustibles. Una política que terminaría convalidando Néstor Kirchner cuando gobernaba, entre 2003 y 2007.

Sin embargo, hay quienes creen que aquella decisión que se había tomado en un contexto de recesión y desempleo alto, terminó por ahogar la inversión de las empresas cuando la economía comenzó a recuperarse. Mientras la tasa de actividad crecía a tasas chinas las firmas se negaban a invertir en ampliar la capacidad instalada de la industria argumentando que los precios que cobraban eran demasiados bajos.

“La política energética de los últimos años ha sido cortoplacista y, al menos respecto de YPF, bastante errática”, señala un informe de Analytica. “Si bien en parte pudo estar guiada por objetivos nobles como mantener los precios controlados para impulsar el consumo y la producción, o fomentar la nacionalización parcial para evitar la dispersión de objetivos estratégicos, los resultados no han sido buenos”.

Un capítulo crítico es el de la inversión. Perfilar cómo, cuánto y de qué manera se invertirá en los próximos años pasa a ser central para resolver el creciente déficit externo generado por la importación de combustibles, en el corto plazo, y para poner en valor el potencial de reservas que, bajo la forma de petróleo y gas no convencional, la Argentina tiene en su territorio. El Gobierno está decidido a intervenir más agresivamente en el sector mediante un mayor control sobre la propiedad y la gestión de los recursos naturales. La pregunta del millón es la magnitud del avance.

Existe una oportunidad inédita que está dada por la magnitud de las reservas. Pero también es necesario poner sobre la balanza los desafíos que implica este avance. En primer lugar los financieros. Una reestatización implicar un esfuerzo económico importantísimo, no solo en términos de la adquisición del paquete accionario sino también en la recapitalización de la empresa para afrontar las inversiones necesarias. Se estima que el sector necesita U$S 20.000 millones para desarrollar el potencial de las reservas del yacimiento de Vaca Muerta.

De acuerdo con la consultora Petroleum Intelligence Weekly Ranks, 16 de las 20 grandes empresas de petróleo y gas del mundo son controladas por sus estados nacionales. Estas compañías, llamadas NOCs (National Oil Companies) administran el 90% del petróleo mundial.

(De la edición impresa)

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